BUSCADOR CATÓLICO

lunes, 31 de diciembre de 2007

FECUNDIDAD


Deseo que este Nuevo Año sea Espiritualmente Fecundo: que nuestra relación con Dios se traduzca, como María y Francisco nos enseñan con su ejemplo, en "Frutos Dignos de Penitencia" (1 CtaF 4). Que nuestras obras, nuestras palabras... enseñen a los demás dónde está Dios: en la Caridad y la Misericordia, en buscar el Bien del que tenemos al lado, de vivir fielmente nuestra vocación. Que el 2008 sea un camino de regreso a la casa del Padre. Vivamos con Dios la relación de los santos: amémosle por encima de todo, dándole preferencia, abriendo nuestro corazón a su Ser Amoroso, Encarnatorio, Kenótico. Que sepamos dejar aquello que no nos deja ir de su mano, y demos de verdad un paso hacia Él, con Él y en Él. Pidámosle que por encima deseemos "El Espíritu del Señor y su Santa Operación" (2R 10,8), para que nos modele a Imagen de su Hijo. Para ello, actuemos como Él, salgamos de nosotros mismos y busquemos al otro, busquemos su Voluntad, en cada momento y circunstancia de la vida. PACE BENE.

martes, 25 de diciembre de 2007

Los cielos, con todas las otras cosas creadas, no pueden contener a su Creador


¡¡¡"Los cielos, con todas las otras cosas creadas, no pueden contener a su Creador"!!! (Carta tercera de Santa Clara a Inés de Praga, 22). Es la Noticia con la que hoy nos despertamos, y que nos llena de Gozo en este día tan especial. Y yo me pregunto: ¿cómo pudo el Amor de Dios derramarse e incendiar de forma tan especial a una criatura? Es digno de ser meditado, profundizado, contemplado, gozado, y, sobre todo, vivido. Sí, porque de la misma manera que se derramó en María (ya lo vimos) se derrama en la Eucaristía. Así lo veía San Francisco. Y hoy, podemos contemplar, como depositarios de la mayor fortuna espiritual, a un Niño que duerme en un Pesebre, con unos padres irrepetibles: José y María, cada cual contemplando el Misterio a su manera. José, habiendo superado dudas, miedos, frustraciones... se dió, se entregó y confió en lo que le dijo el Ángel. María, tras la sorpresa inicial del encuentro con el Ángel, y su encuentro de Intimidad con Dios, encuentro fecundo como ninguno, que la introdujo en las entrañas mismas de la Trinidad, observaba y meditaba, como observa Lucas en su Evangelio. Gocemos, pues, contemplemos, saltemos de gozo, pues una Criatura Nueva ha venido al mundo, y es Dios mismo, hecho Niño. Cuánta dulzura, qué ternura, qué paz da el solo mirarle, contemplarle, pues es la Ternura de Dios encarnada. ¿Cómo no pararse y preguntarse si soy merecedor de tanta merced? No lo soy, pero esa es la Grandeza de Dios, que me ama tanto, que ha desgarrado los cielos y habita entre nosotros.

jueves, 20 de diciembre de 2007

ES ÉL


Ahora que Navidad está tan cerca, deseo que todos renovemos nuestros deseos de seguir a Dios, de buscarle en la Oración, en la Providencia, en el Amor Fraterno. Que de verdad dejemos que la Luz que desprende el Portal llegue hasta lo más recóndito de nuestra alma y limpie, con su amorosa suavidad, aquellos obstáculos que no dejan a Dios habitar en nosotros. Que, como Francisco, gocemos contemplando al Niño. Que, como María y José, nos dejemos llevar y cautivar por esa presencia que todo lo llena. La Trinidad se ha derramado en la Vida del Hombre. Acojámosla y tomemos el camino de regreso a la casa del Padre. Desandemos el camino de Adán y Eva y, Fieles como buenos Amantes de Dios, volvamos a esa Comunión con Dios y las Criaturas en la que lo normal es Hablar con Dios, que se paseará a nuestro lado, y como dice Pablo "lo veremos tal cual es". Pace Bene.

martes, 18 de diciembre de 2007

FRATERNIDAD


El hombre, por naturaleza, busca a Dios. Y esta búsqueda se desarrolla a través de un camino. En este camino no estamos solos. El Señor nos da su Gracia, la compañía de los Hermanos y su sustento espiritual. Ello nos obliga a discernir qué es lo verdaderamente importante, lo que de verdad vale la pena. Y no es otra cosa que buscar a Dios a través de su Voluntad, y procurar estar con los que nos quieren, que son los que, además, nos ayudarán a estar cerca de Dios. He aquí lo que verdaderamente importa, lo que es de verdad vida, vida en Dios: Buscar su Voluntad y buscar su Amor en la Fraternidad.

lunes, 17 de diciembre de 2007

PROVIDENCIA


Ha nevado en Mallorca. Estos días, el frío es intenso. Pensaba en cómo vivirían Francisco y los Primeros Compañeros cuando nevaba y hacía tanto frío. Porque no llevaban más que una burda tela a modo de hábito y nada de calzado. Sin embargo, no se amilanaban. Y pensaba, ¿no sería que lo que tanto hablamos de confiar en Dios ellos lo vivían hasta el extremo? Al igual que las criaturas, que nada piden, porque todo se les da, así vivían ellos, en un estado paradisíaco de comunión existencial con la Creación y, por ende, con el Creador, con Dios. Si tenemos frío, en seguida buscamos abrigo, estufas... no estamos en sintonía con la Creación. Al contrario, es como si nos agrediera, como si el "todo tiempo" nos perjudicara. Y así es: el calor nos asfixia, el frío acaba con nosotros... y como no aguantamos, buscamos remedios, protecciones. Ellos, sin embargo, se abandonaban a la Misericordia y al Cuidado del Padre: "todos los cabellos de vuestra cabeza están contados" (Mt 10, 30). El frío no los atenazaba, el hambre no los echaba atrás, porque su existencia, su alma y su cuerpo, estaban en manos del Padre, pero de verdad, sin preocuparse, sin buscar otra cosa que la Voluntad de Dios. La preocupación material la habían confiado a Dios. Y, por ello, seguramente gozaban del calor del Abrazo del Padre, del frescor de su Bondad, de la saciedad de su Presencia.

domingo, 16 de diciembre de 2007

THEOTOKOS, PERIJORESIS


Hoy quisiera compartiros algo que creo que es digno de ser meditado: María en la Trinidad, como parte activa en la Perijóresis Eterna Trinitaria. En los primeros siglos, la perijóresis era un término usado para designar la inhabitación mutua de las hipóstasis (naturalezas) divinas de una Persona de la Trinidad en las otras. Inhabitación Eterna, constante. Hoy, este término se usa en el sentido de comunicación de Amor, de relación entre Padre e Hijo por el Espíritu, de forma que el Padre engendra al Hijo, y el Hijo glorifica al Padre. Pues bien, partiendo de esta acepción del término, propongo contemplar a María como asumida por Dios en la Trinidad, de forma que ella acoge esta Actividad del Padre de Engendrar. Una criatura que, por Gracia Especial y Particularísima, entra, por haberse llegado a Ella el Espíritu, a formar parte del mismo Dios. En la Web en la que también comparto espiritualidad, hablaba de que María ha conocido íntimamente a Dios. Pues bien, esta intimidad es tan profunda, que podría decirse que María forma parte de Dios, si bien no deja de ser ella misma, en cuanto criatura finita, limitada y, por supuesto, libre de pecar o no. Es este gran Misterio, que nos remite además a la Eucaristía: si María, acogiendo al Hijo en su seno, entra en la Trinidad, cómo nosotros, al Comulgar y haber participado activamente de la Eucaristía, no vamos a formar parte de esta Vida Divina, que el Espíritu ha infundido en el Pan y en la Asamblea. Meditemos, pues, qué excelencia nos regala Dios, que no sólo se Encarna para rescatarnos, sino que además Consagra el Pan para acogernos en el seno de su Ser.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

NTRA. SEÑORA


La Virgen. La Madre de Dios. Ella, en silencio, acogió la Palabra de Dios que le transmitió el Ángel. El Amor Trinitario se desbordó en Ella, en una criatura, y engendró, como en la misma Eternidad, al Hijo. Si el Padre, por el Espíritu, engendra constantemente al Hijo a través del Espíritu, ese Amor lo derramó en el Seno de la Doncella de Nazaret. Por eso, tal y como la contemplaba Francisco, es la Criatura más Pura, el Vaso más cristalino, pues debía albergar al mismísimo Dios.

"Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de Dios, María, que eres virgen hecha iglesia y elegida por el santísimo Padre del cielo, a la cual consagró Él con su santísimo amado Hijo y el Espíritu Santo Paráclito, en la cual estuvo y está toda la plenitud de la gracia y todo bien.
Salve, palacio suyo; salve, tabernáculo suyo; salve, casa suya.
Salve, vestidura suya; salve, esclava suya; salve, Madre suya y todas vosotras, santas virtudes, que sois infundidas por la gracia e iluminación del Espíritu Santo en los corazones de los fieles, para que de infieles hagáis fieles a Dios".


Es pues, ella, la Intercesora, pues, ahora en la Gloria Eterna, ya tenía como Don en su Ser, en su Existencia Terrena, limitada, sufrida, expuesta al Pecado... la Vida Intratrinitaria.

domingo, 9 de diciembre de 2007

ENCARNACIÓN


Una misma realidad, un mismo Don, manifestado, a nuestros ojos mortales y limitados, en dos momentos, o de dos formas distintas. Sin embargo, es lo mismo. Encarnación y Eucaristía: el mismo Amor de Dios que se derrama en una criatura, se derrama ahora en el Pan y el Vino. El "resultado", la epifanía, el Sacramento, es el mismo: Jesús Encarnado, ora en el seno de María, ora en las especies eucarísticas. La Encarnación, Obra del Padre por el Espíritu, es Eterna, Constante, Vital. Dios ES AMOR QUE SE DA. Lo que nos debería sobrecoger es que se derrama en nosotros, criaturas que, por nuestros pecados, nada merecemos.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

EL ENCONTRADIZO


La oveja busca constantemente pastos buenos donde saciar su hambre y su sed. En estos pastos se halla todo lo que necesita. Así es el alma, que busca al Único que le puede saciar: Jesús, el Hijo del Hombre. Él nos da de beber; Él es Verdadera Comida y Verdadera Bebida (cf. Jn6). Acudimos constantemente a su búsqueda. Si sabemos buscar, encontramos, y Él, con su sola presencia, nos llena, nos conforta y nos da alimento para Vida Eterna. Y, si no sabemos buscar, es Él quien viene a buscarnos, como Buen Pastor que busca a la oveja que se le ha extraviado y que, desorientada, bala sin cesar, con la esperanza de ser hallada y recogida. Es, pues, el Pastor de la Misericordia, pero no sólo de una Misericordia que se compadece, sino una Misericordia Enamorada, que nos busca porque estamos perdidos sin Él, sí, pero es que Él también nos necesita (analogía impropia). Desea, con todo su Ser, Infinito, que estemos con Él, y Él en nosotros. Y así, con cada una de sus criaturas, todas predilectas, todas piedras preciosas por Él escogidas. Y, cuando, nos recoge y nos lleva, ya no nos falta nada. Lo material pasa también a segundo, tercer, cuarto o enésimo plano, porque allí, en su PRESENCIA, sólo deseamos comer de aquel Pan de Vida que multiplica Eternamente para nosotros. Nos queda disfrutar. Pero, ojo, si no entendemos bien su Señorío, su Pastoreo, e intentamos acomodarlo a nuestra conveniencia más material e humana (humana en el sentido <> de la palabra).


"Atráeme; en pos de ti correremos. El rey me ha metido en sus cámaras; Nos gozaremos y alegraremos en ti; Nos acordaremos de tus amores más que del vino; Con razón te aman". (Ct 1, 4).

lunes, 3 de diciembre de 2007

TAN LEJOS Y TAN CERCA


" ¿Quién eres tú, dulcísimo Dios mío? Y ¿quién soy yo, gusano vilísimo e inútil siervo tuyo?" (Ll 3). Con estas palabras vio rezar León a San Francisco en La Verna. Con ellas, el Poverello no expresaba sino lo que puede sentir, palpar y ver un alma del todo unida a Dios. Un alma que, ajena al espacio, al tiempo y a toda sensibilidad, ha arrobado incluso su corporeidad en la Infinitud, en el Eterno, en Dios. Nada más había en aquel momento para el Santo. Y expresaba lo que se ha llamado en alguna ocasión el "vértigo espiritual". Un alma que, al contemplar el abismo de la divinidad, no puede sino temblar, y a la vez percatarse de lo pecadora que es su condición.
"Cuando yo decía las palabras que tú escuchaste, mi alma era iluminada con dos luces: una me daba la noticia y el conocimiento del Creador, la otra me daba el conocimiento de mí mismo. Cuando yo decía: «¿Quién eres tú, dulcísimo Dios mío?», me hallaba invadido por una luz de contemplación, en la cual yo veía el abismo de la infinita bondad, sabiduría y omnipotencia de Dios. Y cuando yo decía: «¿Quién soy yo», etc.?, la otra luz de contemplación me hacía ver el fondo deplorable de mi vileza y miseria". Así explica el Poverello su experiencia a León. Y es que, cuando rezamos y tratamos de adorar a Dios, no podemos sino percibir, con nuestra experiencia tan lejana, al menos en mi caso, de la de Francisco, que Dios es Eterno, Altísimo, Inalcanzable y que, sin embargo, permanece a nuestro lado, es más, en nuestro interior más íntimo, valga la expresión. Nada es comparable a esta experiencia de sentir vivo a Dios, más allá de lo que somos, y a la vez tan dentro. Sólo queda gozarlo, y, por ende, devolverle estos dones con nuestra Fidelidad.

viernes, 30 de noviembre de 2007

LO HA DEJADO TODO POR DIOS


Ayer, para nosotros los cristianos, hubo una buena noticia: Mercedes Aroz, Senadora por el PSC, dejaba la Política porque se había convertido al cristianismo. Ha sido la senadora más votada en la historia de la democracia española. Y lo deja, porque ha oído otra Voz: la de Cristo. Y, por ello, no puede seguir defendiendo en la Cámara Baja las leyes que su partido propone, puesto que atentan contra la vida y la dignidad humanas. Es una muy buena noticia. Como decía ayer Fernando Ónega en Onda Cero: "es como las tentaciones del desierto. Todo esto te daré, prestigio, buenas posiciones en las listas... si me adoras. Y ella ha preferido oír la voz de su Pastor". Creo que, con el ejemplo de esta mujer, deberíamos plantearnos si en nuestro día a día estamos dispuestos a dejar nuestras preferencias en un segundo plano, relativizándolas según Dios. ¿Moriríamos por Él?

miércoles, 28 de noviembre de 2007

BÚSQUEDA


Debido a algunos acontecimientos que he podido observar, pensaba hoy en lo largo que a veces puede hacerse el camino de búsqueda de Dios, del Infinito, de la Cabaña en el Tabor que tanto deseamos, aunque a veces la misma vida espiritual exija salir de ella y bajar otra vez a la ciudad o al mismo Getsemaní. Pero es la Cabaña que queremos habitar, y que nuestra alma desea, ansía, necesita, porque está cerca de la Gloria, de Jesús - Cristo, siempre manifestado a nuestras vidas como una fuente de Paz, Amor, Gozo, Eternidad... Nos podemos pasar años buscando a Dios y un día darnos cuenta de que en realidad no le buscábamos tanto a Él como al hecho mismo de habitar la cabaña del Tabor porque en ella se está bien, sencillamente, y quizá no tanto al mismo Jesús. Lo que decía, te puedes pasar años y, cuando al final ves que era lo otro, resulta que necesitas buscar en otras fuentes, por otros caminos. Y eso está bien, es necesario y seguramente será de Dios, de forma que volveremos a nuestra primera fuente de búsqueda renovados completamente. Pero esencialmente la idea es esa: que el Camino Espiritual no es fácil, es arduo, lleno de laberintos, curvas, baches... pero con la Esperanza de Tabor llamándote constantemente, sabiendo que es Dios mismo quien te espera tras ese obstáculo que, quizá en más de una vez, te has puesto tú mismo. "Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío" (Sal 41).

martes, 27 de noviembre de 2007

NUEVA VIDA EN DIOS


Paz y Bien. Se acerca el Adviento. Este Domingo empieza este tiempo de recogimiento y de espera del Niño Jesús. Es hora de que todo aquello que nos estorba para amar a Dios y que está en nuestras manos cambiar: pecado, afectos, preocupaciones, ocupaciones, rutinas... pase a no tener relevancia ya en nuestras vidas, o a tenerla en su justa medida. El Nacimiento de Jesús debe ser un timbre que despierte nuestro corazón y nuestra alma para "acelerar" en el Camino hacia Dios. No podemos dejar pasar la ocasión de renovarnos, de cambiar, de dejar atrás lo que nos pesa y enturbia nuestras relaciones con Dios y con los demás. La Luz que desprende el Pesebre debe ser clarificadora, consoladora. Necesita pues ser acogida en lo más hondo de nuestro ser y, para ello, debemos hacer un hueco, otro pesebre. ¿Cómo? Proponiéndonoslo de verdad y pidiendo ayuda al Señor. Caminar cada día prestando atención a aquello que hay que depurar. La Cueva de Belén es lo más puro que hay. Y para poder sumergirnos en dicha Pureza y en esa Santidad hay que estar en sintonía, escuchando. Los Cuatro Domingos de Adviento son una ocasión única para ir abriéndonos y preparándonos para lo que Dios quiera decirnos en la Noche de las Noches, la que iluminó el mundo para siempre.

sábado, 24 de noviembre de 2007

CRISTO REY


Este Domingo es el último antes de Adviento. Celebramos a Cristo Rey. Entramos, por tanto, en un periodo de recogimiento espiritual, de espera, de atención, porque este Cristo Rey vendrá en forma de Niño Pobre. Es lo que se quiere decir con esta fiesta: que el Rey de reyes, el Creador, va a venir al hombre.

Y se impone una reflexión, como cada vez que celebramos una fiesta: ¿realmente es Él rey de mi corazón, de mi vida, de mis afectos, de mis deseos y aspiraciones? Para el cristiano, que por serlo lleva consigo el compromiso de andar tras los pasos del Maestro, no puede ser otro que la Persona del Salvador la que guie su ser íntimo, puesto que de eso se trata. Si eres cristiano, es porque quieres seguirle, y si quieres seguirle es para ser como Él. Así pues, debe ser Él nuestro supremo deseo, nuestra aspiración. Esto, en nuestra vida concreta, humana, difícil... debe realizarse de alguna manera. Sabemos que poniendo la oración en la cima de nuestras actividades, lo demás adquirirá carácter de hecho para Gloria de Dios. Pero no basta. Nuestras elecciones, preferencias, deseos... han de ser purificados por Él. Debemos poner nuestra existencia en sus manos, o eso se supone. ¿Contamos con Él cada vez que hemos de dar un paso en la vida? ¿Ponemos sus valores en primacía respecto de los nuestros? Cristo reinó desde la Cruz. ¿La rechazamos cuando llama a nuestras puertas? ¿Sabemos tender la mano al que tenemos al lado?

miércoles, 21 de noviembre de 2007

PROVIDENCIA

Leyendo el pasaje del Capítulo de las Esteras (Flor 18) no puede uno menos que emocionarse, contemplando la santidad de la vida de aquellos hermanos ocupados sólo de Dios, supremo afán de sus vidas y al cual se habían consagrado. Allí reunidos, conformaban un bello espectáculo espiritual: conversaciones sobre Dios, Caridad llevada a la práctica, oración, recogimiento, silencio... DIOS. Sí, Dios habitaba en aquella explanada de Santa María. El Espíritu soplaba, dando vida dichosa a aquellos varones de Cristo. Se narra también que el Cardenal Hugolino, guiado por humana prudencia, temía por el bienestar corporal de tantas personas. Y Francisco, cual Jesús en el pasaje de Jn 6, confía en el Padre, dando de comer, de nuevo, a cinco mil personas (cf. Jn 6, 10). Y los frutos de tal confianza en la Providencia fueron muchos y variados: Fraternidad entre los hermanos, Caridad de las ciudades vecinas, y hasta lo que podríamos considerar, si no de forma, sí en esencia, el Voto de Pobreza de Santo Domingo. La edificación espiritual allí sería tal, que sería digno de ver. ¿Os imagináis cinco mil hombres en silencio, oración, caridad... y repartiéndose comida para que ninguno pasara hambre? Qué escena, ver llegar aquellos jumentos y carros llenos de Amor Paternal de Dios. El Testimonio de aquellos franciscanos sería brutal, para que tanta gente se acercara. La vida del cielo se había acercado, en primicias, a aquella explanada. EL Yo no existía, tampoco la dispersión mundana, ni nada que pudiera hacer pensar en otra cosa que no fuera Dios y sus santos preceptos. Ojalá con nuestras vidas pudiéramos recrear, yendo en pos de Jesús, esta escena, y dejar que Él nos alimentara con Pan y Sangre de Vida Eterna.

lunes, 19 de noviembre de 2007

TODO ES GRACIA


A fray N., ministro: El Señor te bendiga (cf. Núm 6,24). 2Acerca del caso de tu alma, te digo, como puedo, que todo aquello que te impide amar al Señor Dios, y quienquiera que sea para ti un impedimento, trátese de frailes o de otros, aun cuando te azotaran, debes tenerlo todo por gracia. 3Y así lo quieras y no otra cosa. 4Y tenlo esto por verdadera obediencia al Señor Dios y mí, porque sé firmemente que ésta es verdadera obediencia. 5Y ama a aquellos que te hacen esto. 6Y no quieras de ellos otra cosa, sino cuanto el Señor te dé. 7Y ámalos en esto; y no quieras que sean mejores cristianos. 8Y que esto sea para ti más que el eremitorio. 9Y en esto quiero conocer si tú amas al Señor y a mí, siervo suyo y tuyo, si hicieras esto, a saber, que no haya hermano alguno en el mundo que haya pecado todo cuanto haya podido pecar, que, después que haya visto tus ojos, no se marche jamás sin tu misericordia, si pide misericordia. 10Y si él no pidiera misericordia, que tú le preguntes si quiere misericordia. 11Y si mil veces pecara después delante de tus ojos, ámalo más que a mí para esto, para que lo atraigas al Señor; y ten siempre misericordia de tales hermanos. 12Y, cuando puedas, haz saber a los guardianes que, por tu parte, estás resuelto a obrar así.
13Y de todos los capítulos de la Regla que hablan de los pecados mortales, con la ayuda del Señor, en el capítulo de Pentecostés, con el consejo de los hermanos, haremos un capítulo de este tenor: 14Si alguno de los hermanos, por instigación del enemigo, pecara mortalmente, esté obligado por obediencia a recurrir a su guardián. 15Y todos los hermanos que sepan que ha pecado, no lo avergüencen ni lo difamen, sino tengan gran misericordia de él, y mantengan muy oculto el pecado de su hermano; porque no necesitan médico los sanos sino los que están mal (Mt 9,12). 16De igual modo, estén obligados por obediencia a enviarlo a su custodio con un compañero. 17Y el custodio mismo que lo atienda con misericordia, como él querría que se le atendiera, si estuviese en un caso semejante (cf. Mt 7,12). 18Y si cayera en un pecado venial, confiéselo a un hermano suyo sacerdote. 19Y si no hubiera allí sacerdote, confiéselo a un hermano suyo, hasta que tenga un sacerdote que lo absuelva canónicamente, como se ha dicho. 20Y éstos no tengan en absoluto potestad de imponer otra penitencia sino ésta: Vete, y no quieras pecar más (cf. Jn 8,11).

Esta carta de San Francisco se podría resumir, como bien señala Tadeo Matura, en la frase de Santa Teresa de Lisieux "Todo es Gracia". El Poverello anima al Ministro a que acoja todo lo que Dios le envía como Gracia, o sea, como una oportunidad de sentir y pensar como Dios mismo. Los hermanos, que tanto daño le causan con su obrar y pensar, no son obstáculos. Puesto que el camino hacia Dios no lo configuramos nosotros, es Él quien nos da lo que necesitamos para llegar a Él, para llegar a sentir lo que Él sintió en la Cruz: una Misericordia desbordante que Ama a los que le golpean, y que no tiene para ellos otra cosa que ofrecer que brazos acogedores, que se extienden en la Cruz para que no falten a nadie. Y eso es a lo que llama Francisco al ministro: a convertir su amor humano, que busca un camino fácil y no exigente, en un Amor como el de Dios, que Ama y se da de verdad a aquellos que no le quieren, e incluso lo azotan. Deberíamos plantearnos si lo que vemos como inconveniente en nuestra vida espiritual no podría ser en realidad una oportunidad de aprender del Corazón de Dios.

viernes, 16 de noviembre de 2007

LOS FRUTOS


"Hubo un hermano, en su porte exterior de vida devoto y santo, que de día y de noche parecía muy solícito en hacer oración. Guardaba de tal manera silencio continuo, que, cuando se confesaba con el sacerdote, se valía, a veces, de señas, no de palabras. Tan devoto y fervoroso parecía en el amor de Dios, que, sentado en ocasiones con los hermanos, con sólo oír buenas palabras -nunca hablaba-, se alegraba de forma extraordinaria interior y exteriormente; tanto que con esto movía muchas veces a devoción a los demás hermanos.
Habiendo llevado muchos años este tenor de vida, sucedió que viniera el bienaventurado Francisco al lugar donde él estaba. Cuando le informaron de la vida de este hermano, les dijo: «Tened, en verdad, por cierto que está asediado por tentación diabólica; la señal es que no se quiere confesar».
Llegóse allí el ministro general (cf. LP 116) a visitar al bienaventurado Francisco y empezó ante él a elogiar al mencionado hermano. Pero el bienaventurado Francisco atajó: «Créeme, hermano, que está llevado y engañado por el espíritu maligno».
El ministro general repuso: «No deja de ser raro y casi increíble que pueda suceder esto en un hombre que ostenta tantas señales y obras de santidad». Mas el bienaventurado Francisco continuó: «Pruébalo; dile que se confiese una o dos veces a la semana. Si no te obedeciere, ten por cierto que es verdad lo que he dicho».
El ministro general intimó al hermano: «Hermano, quiero absolutamente que te confieses dos veces a la semana, o una por lo menos». El taciturno se puso el dedo en la boca y, moviendo la cabeza y haciendo señas, manifestó que no lo haría de ninguna manera, por amor al silencio. El ministro, temiendo escandalizarlo, lo dejó.
Pocos días después salió de la Orden voluntariamente y regresó al siglo vestido de hábito seglar.
Y sucedió que dos de los compañeros del bienaventurado Francisco que iban de camino cierto día, tropezaron con él, que venía solo, como paupérrimo caminante. Con gran compasión le hablaron: «¡Infeliz! ¿Dónde ha quedado aquel tenor de vida tan devoto y santo? No querías conversar ni mostrarte a tus hermanos, y ahora andas errante por el mundo, como hombre que no conoce a Dios».
Él empezó a hablar, perjurando muchas veces por su fe, como suelen hacer los del mundo, y le dijeron: «¡Infeliz! ¿Por qué juras ahora por tu fe, como suelen hacer los del siglo, cuando antes evitabas no sólo las palabras ociosas, sino hasta las buenas?»
Y así, le dejaron. A los pocos días murió. Nosotros quedamos admirados al ver que se cumplía a la letra lo que había dicho el bienaventurado Francisco en el tiempo en que aquel desdichado era tenido como santo por los hermanos". (LP 102).

En este texto se cumplen las Palabras de Jesús "por sus frutos los conoceréis". Es una guía perfecta para nuestra vida espiritual. Si queremos calibrar hasta qué punto una experiencia que creemos y sentimos que es de Dios, o un acto es o no realmente de Caridad y guiado por Dios, debemos atenernos a cómo nos mostramos a los demás habitualmente, después de dicha experiencia, o de haber actuado de aquella forma que juzgamos justa. Si nuestro porte es obediente, alegre, fraterno, caritativo... seguramente es que nos hemos encontrado con Dios y lo estamos compartiendo. Si, por el contrario, seguimos mostrándonos y actuando como siempre, o más tristes, menos fraternos, menos caritativos... es que nos hemos engañado de alguna forma, y no podemos mostrar la alegría de haber estado con Dios, porque seguramente no habrá sido así. El hermano que cito más arriba creía ser más santo que los demás, o al menos, distinto, peculiar (es la tentación que Francisco llamaba "singularidad"). Separado de los demás, actuando como si estuviera provisto de dones especiales... no era obediente, acaba fuera de la Orden y vaga por el mundo como triste y errabundo. Analicemos cómo actuamos con los demás y con Dios, y podremos discernir si hemos estado con Él, aunque el Amante sabe cuándo ha estado con el Amado.

lunes, 12 de noviembre de 2007

LAS TENTACIONES


Quisiera en el día de hoy hacer incidencia sobre algo que en la vida cotidiana no se habla más que para confesarse. Me refiero a las tentaciones, y al papel que realmente juega Satanás en ellas y en nuestra vida espiritual en general. Es verdad que, por la Revelación y por las experiencias de los santos y de los cristianos que intentamos llevar una vida espiritual coherente con nuestros compromisos (cuando menos bautismales y los profesados en la Confirmación), mediante una relación asidua con Dios en la Oración, los Sacramentos, y sobre todo la Caridad puesta por obra, nos encontramos con frecuencia con tendencias naturales propias del hecho de ser-humano, que son contrarias a lo espiritual. En ellas, hallamos con frecuencia dificultades para avanzar en el camino hacia Dios y hacia los demás. Para cada persona son distintos, particulares. Cada personalidad lleva consigo dichas tendencias, y no pueden extrapolarse de individuo a individuo. Tratan ellas de alejarnos de Dios y de la vida espiritual, no por sí mismas, sino porque se nos presentan como radicalmente opuestas a la Vida del Espíritu. San Juan habla de Tinieblas opuestas a la Luz, San Pablo de Carne contra Espíritu, San Francisco lo presenta como una opción por Amor al Crucificado, el cual puede revertir dichas pulsiones en principio egoístas y destructivas en un auténtico camino a Dios (habla por tanto de integrarlas y reorientarlas hacia Dios, usándolas como vehículos hacia Él.

Pues bien, en dichas tentaciones, (tentación del latín temptatĭo, -ōnis = Instigación o estímulo que induce el deseo de algo), es donde el diablo actúa como instigador, o sea, como el que, conociendo nuestra debilidad, o lo que más nos cuesta, o sabiendo cómo es nuestra personalidad, nos insinúa y sugiere seguir tal o cual tendencia o deseo carnal (carnal en sentido amplio, no restrictivo al ámbito sexual). Es ahí donde la lucha toma cuerpo y el alma debe agarrarse a la Gracia. Sin embargo, esto indica otra cosa: que el alma adulta y madura que, conscientemente ha optado por tal voto-estilo de vida, o compromiso, sabe qué es lo que ha escogido. Si la entrega es sincera, y motivada por Amor a Dios, las tentaciones cobrarán otro cariz más profundo y quizá más duro. Por ejemplo, si una monja opta por la clausura libre, consciente y responsablemente, habiendo discernido bien la Vocación, no tendrá tentaciones de sentirse encerrada tras unos muros y salir al mundo. No, porque ha optado por otra cosa, por otra vida. La tentación será, quizá, a nivel de convivencia con las hermanas, a nivel de lo que afecta a una relación espiritual con ellas. O quizá será en el ámbito de la oración, del trabajo manual, de la Obediencia, etc. Es decir, las tentaciones se dan en aquello que en nuestra vida espiritual más nos pueda apartar de Dios, debido a nuestra predisposición natural y particular. Y no necesariamente en lo carnal - sexual, ni en las cosas que el mundo hoy día valora. No, sino en los aspectos de la vida espiritual que más nos cuesta asimilar, porque el alma necesita a veces tiempo para recorrer el camino de unión con Dios, o porque estamos sujetos a error, y un mal discernimiento puede llevarnos a complicaciones de cariz más espiritual, pero que, al fin y al cabo, si no se analizan y cortan de raíz, o bien si no se saben reconducir, pueden llevarnos a caminar en tinieblas. El diablo, como ya he dicho, sugiere, propone un plan contrario al de Dios. Nuestra libertad, pues, como en toda elección, está intacta. Podemos sentir las pulsiones de la tentación, evidentemente, pero podemos escoger no seguirlas. Y, por ende, a veces pecamos y el diablo ni se ha acercado a nosotros. A veces, quiero decir, escogemos, y no hemos sido instigados, sino que hemos hecho uso de la libertad de un modo arbitrario. Aquí hay que plantearse a qué nivel se entrega uno a Dios en realidad, o bien si nos reservamos todavía algo. En conclusión, tan equivocado es pensar que el diablo no existe o no actúa nunca, como pensar que está por todo siempre, demonizando la realidad y anulando la Gracia y nuestra libertad.

jueves, 8 de noviembre de 2007

LA OVEJA PERDIDA


El Evangelio de hoy nos recuerda cómo Jesús enseñaba a los suyos cómo es en verdad el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Les enseña a sus oyentes que el Padre Ama a todos con un Amor único y entrañable. De esta forma, el Dios del Antiguo Testamento que, si bien no exento de Amor, aparecía vengativo y fuerte, omnipotente, soberano, alejado... HA BAJADO DEL CIELO PARA ENCONTRARSE CON EL HOMBRE. El Dios de los Señores, el Eterno, Inmutable, Omnipotente... no pudo contener su Amor y se ha hecho débil, pequeño, contingente... para venir a nuestro lado y caminar con nosotros. No hay mayor noticia para el hombre que la Navidad. Sí, ese momento que cambió la Historia para siempre, pues el hombre ya no estará más solo. No tendrá que subir a una montaña o acudir al Templo y ofrecer sacrificios para encontrarse con Dios y vivir en Paz con Él. Porque ya no se trata de Obediencia por Temor, de Servitud por Agradecimiento, de Sacrificio Compensatorio. No, el Niño de Belén nos trae la Noticia de que Dios nos ama con unas entrañas que hasta el momento Israel ni imaginaba. Entonces es cuando vemos que somos elegidos, predilectos... pase lo que pase, seamos como seamos. Si le tendemos la mano, siempre encontraremos la suya, abierta, cálida, acogedora, fuerte.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

EL CUERPO DEL SEÑOR


"Del cuerpo del Señor I:Dice el Señor Jesús a sus discípulos: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, ciertamente conoceríais también a mi Padre; y desde ahora lo conoceréis y lo habéis visto. Le dice Felipe: Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Le dice Jesús: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me habéis conocido? Felipe, el que me ve a mí, ve también a mi Padre (Jn 14,6-9). El Padre habita en una luz inaccesible, y Dios es espíritu, y a Dios nadie lo ha visto jamás (Jn 1,18). Por eso no puede ser visto sino en el espíritu, porque el espíritu es el que vivifica; la carne no aprovecha para nada (Jn 6,64). Pero ni el Hijo, en lo que es igual al Padre, es visto por nadie de otra manera que el Padre, de otra manera que el Espíritu Santo. De donde todos los que vieron al Señor Jesús según la humanidad, y no vieron y creyeron según el espíritu y la divinidad que él era el verdadero Hijo de Dios, se condenaron. Así también ahora, todos los que ven el sacramento, que se consagra por las palabras del Señor sobre el altar por mano del sacerdote en forma de pan y vino, y no ven y creen, según el espíritu y la divinidad, que sea verdaderamente el santísimo cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo, se condenan, como lo atestigua el mismo Altísimo, que dice: Esto es mi cuerpo y mi sangre del nuevo testamento, [que será derramada por muchos] (cf. Mc 14,22.24); y: Quien come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna (cf. Jn 6,55). De donde el espíritu del Señor, que habita en sus fieles, es el que recibe el santísimo cuerpo y sangre del Señor. Todos los otros que no participan del mismo espíritu y se atreven a recibirlo, comen y beben su condenación (cf. 1 Cor 11,29). De donde: Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo seréis de pesado corazón? (Sal 4,3). ¿Por qué no reconocéis la verdad y creéis en el Hijo de Dios? Ved que diariamente se humilla, como cuando desde el trono real vino al útero de la Virgen; diariamente viene a nosotros él mismo apareciendo humilde; diariamente desciende del seno del Padre sobre el altar en las manos del sacerdote. Y como se mostró a los santos apóstoles en carne verdadera, así también ahora se nos muestra a nosotros en el pan sagrado. Y como ellos, con la mirada de su carne, sólo veían la carne de él, pero, contemplándolo con ojos espirituales, creían que él era Dios, así también nosotros, viendo el pan y el vino con los ojos corporales, veamos y creamos firmemente que es su santísimo cuerpo y sangre vivo y verdadero. Y de este modo siempre está el Señor con sus fieles, como él mismo dice: Ved que yo estoy con vosotros hasta la consumación del siglo (cf. Mt 28,20)". Con estas Palabras, Francisco nos enseña su contemplación del Misterio de la Eucaristía. Poco puedo yo añadir, o más bien nada. Sólo me motiva a escribir esto, humildemente, el hecho de haber escuchado hace dos días a un sacerdote negar la presencia real de Cristo en el Pan Consagrado. De forma que, aun queriendo tener con él la misma actitud que tuvo Francisco para con los sacerdotes, no quiero sin embargo dejar pasar la ocasión de llamar a todos a contemplar, como el Poverello, el Amor Trinitario Derramado en tan Magno Sacramento. Es el Amor que Cristo quiere que vivamos. El Ágape (para mejor profundización: http://hierogamia.blogspot.com/).

domingo, 4 de noviembre de 2007

EUCARISTÍA


Una vez que, gracias a la Palabra, nos hemos situado en la Historia de la Salvación. Una vez que hemos escuchado la Voz de Dios que nos llama a la Santidad. Una vez que hemos asimilado el Mensaje de Jesús, es el momento de prepararnos en cuerpo y alma para recibirlo en su Venida. Y no hablo de la Parusía, que ciertamente hemos de esperar, pues vendrá "como ladrón en la noche". Hablo de que Cristo, Glorioso, va a bajar como tal "al altar en manos del sacerdote". (Adm 1). Y este Misterio lo vamos a vivir en la dimensión sacrificial que le es propia. Dicha dimensión tiene como puntos de referencia Víctima, Sacrificio y Aquel a quien se ofrecen para un fin determinado. Así pues, como Cristo dejó en manos de la Iglesia el Memorial de su Cena, de forma que cuando quisiéramos recordarle y tenerlo presente entre nosotros, hiciéramos lo mismo que Él hizo con el Pan y el Vino. ¡Glorioso Misterio es que quiera quedarse con nosotros bajo la forma de dos especies el que nos ha creado y redimido! Por tanto, al acabar la Liturgia de la Palabra y haber profesado que Creemos en la Fe que esta Palabra nos ha transmitido, el Sacerdote (in persona Christi) presenta al Padre el Pan y el Vino (en una oración que debe ser suya en intimidad con Dios, no compete al Pueblo), como Ofrendas que serán Cuerpo y Sangre. Es decir, le pide al Padre que acepte el Sacrificio que después se va a realizar. Pero para ello debe serle propicia la Víctima. Como esto ya se verifica, porque se trata de su Hijo, "en quien me complazco" (Mt 17, 5), le pedimos acepte las Ofrendas por las cuales se va a ofrecer su Hijo como tal Víctima.

sábado, 3 de noviembre de 2007

LOS DIFUNTOS



Mis disculpas. Ayer no agregué nada al Blog, sencillamente porque había cogido un buen catarro. Hoy estoy mejor, y quisiera hablar un poco de la otra festividad, la que se celebró ayer: Los hermanos difuntos. San Francisco acogió a la Muerte como a su HERMANA. No le tenía miedo, ni respeto más allá de lo que presupone el hecho de que para él no era sino un paso más, el PASO. Por fin, sus anhelos se veían colmados. La unión con Dios a la que había llegado en la tierra se completaría con la unión eterna con el Absoluto, en el goce Eterno de las Nupcias del Alma amante con Jesús amado. Por eso, en los relatos de los biógrafos vemos cómo el Poverello celebra la misma Liturgia que celebró Cristo: reparte el Pan, y aunque no puede por su enfermedad, desea sin duda lavar los pies a sus hermanos, y dejarle consginas de vida en Dios. Y no pudiendo como he dicho lo primero, les da lo segundo. Les dice cómo llegar a la Unión con Cristo por la Pobreza, y les predica además muchas otras y santas palabras. Si leemos el Evangelio de Juan, nos damos cuenta de que Francisco viene a seguir ahora el mismo itinerario de Jesús, tanto como lo ha seguido a lo largo de su vida.


"Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la muerte corporal, de la cual ningún hombre viviente puede escapar. ¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal!: bienaventurados aquellos a quienes encuentre en tu Santísima Voluntad, porque la muerte segunda no les hará mal". Es un canto. El canto de un Trovador, de un enamorado de la Eternidad.

jueves, 1 de noviembre de 2007

TODOS LOS SANTOS

Un breve paréntesis para hablar de la Festividad de hoy. En general, cuando vamos a Misa o meditamos acerca de esta festividad, incidimos mucho en que hoy se recuerda a los santos no canonizados, a los que la Iglesia no tiene en el elenco, y poca cosa más se nos suele decir. Al menos esa es mi experiencia. Por eso, quisiera incidir en algo distinto: en el hecho de la Santidad como Objetivo alcanzable por todos, en primer lugar. En segundo lugar, en que cada cual evalúe hasta qué punto desea alcanzar la santidad, que no consiste por cierto en una vida de tipo angelical, sino en la Identificación y Unión con Cristo aquí en la Tierra.
¿Por qué recalco todo esto? Pues porque, en general, la Mentalidad en el seno de la Iglesia (al menos a nivel de Fieles, Sacerdotes, Religiosos...), a pesar de la irrupción de tantas nuevos carismas en los últimos tiempos, es que la Santidad está muy bien para aquellos que la han recibido de Dios como un Don Especial, y que no debemos ni atrevernos a pensar en querer serlo. No olvidemos que Cristo es la Palabra del Padre, y dejó un camino a seguir para quien quisiera unirse a Él en la Vida de Hijo. Quienes reconocemos hoy santos, son los que, de una forma u otra, han llegado a esta Unión, ya sea más o menos perfecta.
Debemos preguntarnos a nosotros mismos hasta qué punto queremos ser santos, o sea, hasta qué punto deseamos, en esta vida, Unirnos en Cuerpo y Alma al Jesús-Cristo, o sea, al Hijo Hombre que vivió como uno más de nosotros estableciendo signos, y al Jesús Ungido por el Espíritu en la Resurrección: el Cristo. Unidos a Él en la dimensión humana reflejaremos a los demás la Pobreza y el Amor de Dios. Y llegaremos al Estado de Vida en el Espíritu, por la cual seremos "Luz para ejemplo de otros".

miércoles, 31 de octubre de 2007


Poco más podemos decir sobre la Palabra en la Liturgia Eucarística. Si acaso añadir que siembra en el corazón del hombre el deseo de recibir el Pan y el Vino, y le da la capacidad para comprender la Transubstanciación como el momento supremo de la Salvación perpetuado en las especies eucarísticas. "Memorial" no es simple recuerdo, sino Actualización, y si se me permite podríamos decir que se "repiten" el Sacrificio y la Resurrección, aunque esto matizado. O sea, que Cristo no sufre más, pero sí que su Acto Salvador se perpetúa, no tanto cuando se Consagran las especies, cuanto el Espíritu consagra a la Comunidad, haciéndola parte del mismo cuerpo. Un Cuerpo Salvador, una Sangre que Lava. La Comunidad, por el Espíritu, es unida en un solo cuerpo, unido a su vez a Cristo, su Cabeza. Y el Pueblo, también, es introducido en la Trinidad, por la incorporacion a esa Comunión Divina y Perpetua de Amor.

martes, 30 de octubre de 2007

DABAR (II)


Respecto a lo que decíamos el día anterior, sólo precisaré una cosa, antes de continuar. Dije que Palabra, en Dios, es Acto, Manifestación. Quisiera precisar que no es sólo eso, sino que, más aún, es su SER. O sea, Dios es Acto de Amor. Ya hemos hablado de la "perijoresis", de esa comunicación Eterna entre Padre e Hijo por el Espíritu. Pues bien, eso es Dios, Palabra, Acto. Dios no puede dejar de crear, de manifestarse, de comunicarse.

Siguiendo con el tema, decíamos que la Palabra es indispensable en la Liturgia. Y es que es de Dios que en la estructura eucarística se haga anteceder la Palabra a la Consagración. El Dios Creador, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de Moisés... se manifestó al Pueblo en Tablas de Piedra, en los Profetas y de diversas formas (teofanías), hasta que se automanifestó, dándose a si mismo. Es la misma Palabra, pero antes manifestada de forma misteriosa, oculta al hombre. Ahora, visible en su Plenitud, en una realidad concreta y encarnada, que transfigura por completo primero en la Cruz, luego al resucitar, como dos escenas de un mismo acto, estructurado en la gran Historia de la Salvación. Con un recorrido por el AT y por el NT, engarzado por la oración del hombre, en respuesta al obrar de Dios, y culminado con la Voz de la PALABRA, Cristo mismo, vemos cómo "Dabar" pasa de venir de lo alto del Sinaí, a dar su más profundo grito de entrega en el Monte Calvario. Sólo así podemos entender mejor la anáfora y la epíclesis.

viernes, 26 de octubre de 2007

DABAR


"Dabar". La Palabra de Dios. En la Liturgia, ocupa un puesto no ya relevante, sino vital, indispensable. San Francisco decía que son las Palabras las que hacen que el Pan y el Vino sean Cuerpo y Sangre de Cristo.  Y ello lo profesaba en Comunión con la Iglesia, consciente de que sólo las Palabras de Cristo en la Última Cena hacen posible que el Hijo de Dios descienda "en manos del Sacerdote". Y es que "Dabar" no es una palabra como las nuestras, que no "garantizan" ni "hacen presente". La Palabra de Dios es Él mismo. El Verbo, la Manifestación de Dios. Se ha dicho muchas veces que Jesús es la Palabra de Dios, y Francisco la llama "Esta Palabra del Padre". O sea, que SER, ACCIÓN y PALABRA no son instancias separadas, sino que en Dios, en la Trinidad, y para el hombre, Palabra es Acto, Manifestación, Intervención de Dios en la Historia de forma real, palpable, eficaz. Por eso las Palabras de Cristo son Consagración, un descender Glorioso para, bajo una pequeña forma de pan, permanecer en nosotros, estar con nosotros. Y es que la Verdadera Relación con Dios es ESTAR con ÉL, ser UNO CON Él. Y la Promesa "vendremos a Él y haremos morada en Él", que se cumple con la Fidelidad del Hombre se Verifica en la Eucaristía, cuando Jesús mora en el Fiel Físicamente.

lunes, 22 de octubre de 2007

LA MISA, MEMORIAL DE LA CENA

Haremos si Dios quiere un recorrido por las diversas "partes" de la Misa, o "liturgias" de una misma Liturgia. Y todo en torno al Memorial de la Cena, de la Última Cena, Instauradora del Memorial Eterno.

jueves, 18 de octubre de 2007

ACCIÓN DE GRACIAS


"Eucaristía". Acción de Gracias. Los Domingos nos reunimos en nuestra Parroquia para celebrar el Día del Señor. Sin embargo, creo que pocas veces por no decir nunca meditamos lo que en realidad es, ya no la Eucaristía como Consagración, sino la Liturgia en conjunto. A lo largo de la Historia, la Liturgia ha ido cambiando y evolucionando, madurando en la Verdadera Comprensión del Misterio, y aplicando esta Comprensión a la Celebración del Memorial de la Pascua del Señor, desde la Pasión hasta la Resurrección. Actualmente, sin embargo, la Liturgia no olvida que la Vida de Jesús en la Tierra está encuadrada en la Historia de la Salvación. Pero no como un Episodio más, sino como su Culminación, punto de estallido del Amor de Dios y Nueva Creación. "¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!” (2 Corintios 5:17). Por tanto, en todas las partes de la Misa podemos encontrar memoriales, recordatorios, indicaciones, oraciones... que nos llevan hasta el origen de todo, para atravesar la Historia de la Salvación y llegar a Cristo. Meditaremos la Eucaristía en su Celebración, tal y como está hoy en la Liturgia Occidental.

martes, 16 de octubre de 2007

GENEROSIDAD, ETERNIDAD (II)


La Adoración en Espíritu y en Verdad no es un concepto abstracto, y por lo tanto, no debe quedar como tal en nuestras vidas. Es algo concreto, diario, permanente, constante. Vimos que se concreta en el Sacrificio de la Cruz, y en el Lavatorio de los Pies de Jn 13, como en un díptico quecalibra, por un lado, hasta dónde llega nuestro Amor realmente, y en el otro, cómo vivimos el Amor día a día, momento a momento, en consonancia Eterna con Mt 25 ("lo que hicistéis... a mí me lo hicistéis"). Ambos lados del díptico conforman un Único Modelo: Jesús Hombre, Pobre y Crucificado, que se da a los suyos hasta revestirse de lo que llamaríamos Servitud Humana, pero que a los Ojos del Altísimo no es sino Auténtica Realeza, consistente en la Capacidad del Amor en llegar hasta lo más profundo del Hermano para llevarle el Soplo de Dios, y dejar que su corazón lo sienta, lo acoja, y le haga sentirse Querido por Dios, Comprometido con Él y Animado Irreversiblemente a vivir lo mismo que su Maestro vivió.

lunes, 15 de octubre de 2007

GENEROSIDAD, ETERNIDAD


"Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad". (Jn 4, 24). Estas Palabras del Evangelio de San Juan nos dicen cuál es la verdadera relación que el hombre debe desear tener con Dios. Una relación conformada a la del Hijo por el Espíritu. Si el Hijo, en la Trinidad, mantiene relaciones perpetuas con el Padre en esa Eterna Perijóresis de la que alguna vez ya hemos hablado, el hombre, por la Resurrección del Hijo del Hombre, está llamado también a incorporarse a esa peculiar forma de ser divina. "En Espíritu y Verdad" es lo contrapuesto a Templo, Culto Humano, Sacrificio. Porque el Templo ahora es Él (en Espíritua). El Culto es el Culto de la Ofrenda de uno mismo en la línea de Jn 13 (en Verdad). El Sacrificio es la Entrega de la Vida hasta "el extremo" (en Verdad). Ya no hay distinción de Lugar ni de Culto. Dios es Todo en Todos. El Verbo se ha derramado hasta la Última gota de sangre. Es el Verdadero Culto acepto al Padre. Que sepamos encarnar esta dimensión de entrega.

viernes, 12 de octubre de 2007


Viviendo el bienaventurado Francisco en el eremitorio de San Eleuterio, frente a Rieti, a causa del frío que hacía forró interiormente con algunos retazos su túnica y la de su compañero. Con esto, ya que él no acostumbraba usar más que una túnica, su cuerpo comenzó a sentirse un tanto aliviado. Al volver poco después de la oración, dijo con gran alegría a su compañero: «Es preciso que yo sea forma y ejemplo para todos los hermanos; aunque necesita mi cuerpo de túnica reforzada de retazos, tengo que considerar, sin embargo, que otros hermanos míos padecen la misma necesidad, y acaso no tienen con qué ni pueden remediarla. Debo, pues, ponerme yo en su situación y soportar las mismas necesidades, para que, viendo ellos mi ejemplo, las soporten con más paciencia». En este relato de Espejo de Perfección 16, vemos a Francisco en una actitud no muy frecuente en él: se cuida, y se protege del frío, y también a su compañero. Lo que llama la atención es, por una parte, los frutos que sacaba de la oración este santo varón y, por otro lado, el Amor Fraterno que ardía en su corazón. Estando con el Señor se da cuenta que los hermanos le miran a él como ejemplo de lo que hay que hacer para vivir la radicalidad de la Pobreza. Además, es la Esposa que él abrazó, y con la cual quiere vivir siempre unido. Así, se une espiritualmente a sus hermanos, padeciendo lo mismo que ellos, deseando lo mismo, viviendo lo mismo, igual que hizo con aquel hermano que en Rivotorto se moría de hambre. Comieron todos con él, para que no se avergonzara. Es el mismo Amor que tenía Jesús para con los Doce. Intimidad, unión espiritual. Francisco no quería estar ni más cómodo que sus hermanos, ni con ningún tipo de privilegio. Acaso aparte del dar ejemplo le movía a ello el Amor Materno por los suyos. Se hacía uno más con ellos. ¿Somos capaces nosotros de compartir con los demás sus necesidades, probando quizá de pasarlas con ellos, abajándonos y acogiéndolos con nuestra mano extendida?

miércoles, 10 de octubre de 2007

ANTE TEOLOGÍA, EXPERIENCIA


En una ocasión, un Teólogo le hizo una pregunta a Francisco sobre un pasaje de la Biblia, y éste, en lugar de responder desde el intelecto, le respondió desde la Experiencia que poseía de Dios. En efecto, cuando el alma ya ha recorrido un camino espiritual, un camino junto a Dios y en Dios, llega un momento en que, si bien quizá no renunciará al estudio o a la meditación intelectual de la Palabra o de la Teología, sí es cierto que pensará, evaluará, actuará, se moverá y dara razón de Dios en base, sobre todo y ante todo, a su experiencia personal del Eterno. Si a una persona que lleva una vida de espiritualidad le preguntan quién es Dios para él, responderá, seguramente, desde lo que ha vivido. Dios te guía, te lleva de la mano, te marca el camino y te ayuda a caminar. Es decir, Dios te transforma, te cambia. Tu ser lleva su impronta, la huella de su paso por tu vida. Y esto es válido tanto para el santo como para el más pecador, pues la relación con Dios ha existido, y eso deja algún rastro, por más que a veces nuestra miseria pueda ocultarlo o mancillarlo. Y la experiencia de Dios, aun teniendo rasgos comunes con las de otras personas, es única, personal e "intransferible". Lo que se vive es especial, y no está sometido a categorías racionales o a instancias teológicas de ningún tipo, por más que desde la Ciencia Sagrada pueda tratar de acercarse uno. No procede, pues, juzgar o catalogar esas consecuencias del trato del alma con Dios. No puedo decir, por más que esté en desacuerdo, que aquella definición de Dios o de, por ejemplo, la intimidad con el Sagrario, es correcta o incorrecta. Es así, porque aquella persona así lo ha vivido. Que nuestro ejemplo ayude a los demás a encontrarse con Dios. PAZ Y BIEN.

martes, 9 de octubre de 2007

EL ESPOSO


El Alma que se ha desposado con el Espíritu Santo, consagrándose en Cuerpo y Alma, y escogiéndolo como el Amor de su Vida, porque por Él ha sido seducido, experimentará la Intimidad de su Alma con Dios. Esta Intimidad, sin embargo, no es un momento dado, que luego termina a la espera de que se repita. La Intimidad Esponsal es constante. Constantemente, el Esposo piensa en la Esposa, y la Esposa en el Esposo. Es lo mismo con Dios. Aún más, las relaciones esponsales humanas son reflejo de las relaciones intratrinitarias, de las que el Alma Desposada participa, estableciendo el mismo vínculo con el Espíritu Santo. Y como Esposa, el Alma siente la Dulzura del Esposo, Dulzura que se derrama bien como un torrente, bien como un suave efluvio, pero se derrama. Y el Alma, en palabras de Clara, no puede sino desear: "¡Llévame en pos de ti, correremos al olor de tus perfumes (Cant 1,3), oh esposo celestial! Correré, y no desfalleceré, hasta que me introduzcas en la bodega (cf. Cant 2,4), hasta que tu izquierda esté debajo de mi cabeza y tu diestra me abrace felizmente (cf. Cant 2,6), hasta que me beses con el ósculo felicísimo de tu boca (cf. Cant 1,1)".

lunes, 8 de octubre de 2007

EL RETORNO AL PADRE


El joven que abandonó la casa paterna y gastó licenciosamente su herencia volvió a casa del Padre cuando vió que no le quedaba más remedio, si quería subsistir. Dios se nos da, y a veces mucho. Lo que ocurre es que no siempre somos agradecidos, y echamos al olvido todos los beneficios que nos ha concedido. En lugar de acogerlos y fructificarlos, corremos el riesgo de hacer que se pierdan, en virtud de nuestra ingratitud. Pero siempre se puede volver, y qué mejor manera que plantarse ante Dios, pedirle perdón (confesarse si es necesario) y vovler a empezar, pero no para recaer, sino para aprender y rectificar. La frase "santo no es el que nunca cae, sino el que siempre se levanta", no debe servirnos de excusa para dejarnos caer con la esperanza de que un nuevo amanecer sea lo mejor que nos ha pasado en mucho tiempo. No, se trata de FIDELIDAD, incluso cuando la noche es cerrada y parece que el amanecer no llegará. Es importante saber cómo somos objetivamente, y desde ahí avanzar. PAZ Y BIEN.

sábado, 6 de octubre de 2007

SOMOS SIERVOS INÚTILES


Es la frase que resume otra idea más genérica, más global, pero no por ello menos densa: "Dios me libre de Gloriarme sino es en la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo".(Gal 6, 11-18). Así, Pablo enlaza con la enseñanza de Jesús, según la cual todo, en la vida espiritual, es Gracia. De nada podemos sentirnos orgullosos, pues todo aquello que hacemos siguiendo nuestra vocación, y que sabemos que nos ha pedido Dios, lo hacemos justamente porque Él nos otorga la Gracias de hacerlo, y no para reaolizarnos nosotros o llegar a nuestro propio cumplimiento, sino para su Gloria, y para extender a los demás su Amor, el conocimiento de que Él es el Creador, el Omnipotente, el Salvador Encarnado. No hacemos nada por nosotros mismos, sino que sencillamente nos abrimos a su Gracia, y Él hace el resto, guiándonos a cada paso. Una Obra de Misericordia, un Gesto de Caridad o Fraternidad, una Entrega ya no puntual sino prolongada en el tiempo, una predicación, incluso lograr almas para Dios... son logros de Dios, a través nuestro. Somos meros instrumentos, pinceles que dibujan su obra. "Yo he concluido mi tarea. Que Dios os enseñe la vuestra". Así se despedía Francisco de sus hermanos. Sabía que, para él, todo "estaba consumado". Había llegado al final del camino. Que podamos un día tener el conocimiento y la certeza del Encuentro con Dios.

viernes, 5 de octubre de 2007

CUANTA MÁS GRACIA, MÁS RESPUESTA

En el Evangelio de hoy vemos cómo Jesús reprocha a Corozaín y Betsaida su incredulidad. Y es que en tales ciudades obró milagros, pero ellos, judíos, que se creían justificados, no creyeron y no acogieron el Don de Dios. Les advierte el Señor que Sodoma y Gomorra hubieran creido si hubieran recibido lo mismo. Y es que todos deseamos que el Señor derrame sus Gracias en nosotros, y así se lo pedimos. No es que esté mal, ni mucho menos. Lo que ocurre es que cuando es al revés, nos cuesta y hasta nos olvidamos. O sea, cuando se trata de devolver y restituir lo que Dios nos concede, material o espiritualmente, ahí la cosa cambia. Habiendo recibido, no sabemos devolver. Y ¿cómo devolverle a Dios sus beneficios? Pues cada cual debe descubrir en su Relación Personal con el Señor qué es lo que, en su caso, más le agrada, y cuál es el camino, el Plan que Dios tiene para cada uno de nosotros. Vivir este Plan, o sea, Vivir la Propia Vocación a tope, sin reservas, es una forma de devolver a Dios sus inmensos beneficios (la misma Vocación es uno de ellos). Pero no se trata de "devolver un favor". No, es una continua entrega Amorosa de Dios a nosotros, que crea un torrente de Gracia y Comunión con Él, que debemos continuar para estar con Él. Es un continuo ir y venir, un flujo que es continuo en las relaciones Intratrinitarias Padre - Hijo por el Espíritu, y de las que participamos por la Gracia de Jesús Muerto y Resucitado.

jueves, 4 de octubre de 2007

AMANECE EN ASÍS

Asís, 1225. Hoy la ciudad ya no es la misma. En 1181 daba a luz a un varón que sería Luz para el Mundo. Un varón que acogió la llamada de Dios, y se dejó transformar en otro Jesús. Un hombre que vió cumplidos sus sueños de Gloria y Conquistas, pero para Dios. No sería en la Pulla, sino en la Verna, donde coronaría su Vida con la Gloria, pero la Gloria Eterna. Dejó que Dios transfigurara su vida y la hiciera nueva. Un humilde varón lleno de Amor a Dios y a sus Hermanas Criaturas, que comulgó con ellas y con su Creador, retornando con ellas al Edén. Hoy, este hombre, que ha dejado un camino a los hombres para andar hacia Cristo, se ha ido, y está ya con el Padre.

miércoles, 3 de octubre de 2007

SE ADENTRÓ EN LA ETERNIDAD

San Francisco de Asís llega al fin de su vida terrena. Su anhelo más profundo se va a realizar. Pasará a los brazos del Padre, a estar con Él para toda la Eternidad. Francisco, que había sido el Trovador de Dios, el Enamorado de Dama Pobreza. Francisco, que había anunciado a todos "que no hay otro Omnipotente sino Él", con las palabras y con las obras. Francisco, que llenó los caminos de la presencia de Jesús con aquel saludo "El Señor os dé la Paz". Francisco, que no quiso a nadie por enciam de Cristo "Pobre y Crucificado". Francisco, que llevó, por el fuego de sus palabras, a los hombres a Dios. Francisco, que sembró de alegría la Tierra sanando física y espiritualmente a hombres y mujeres, mayores y niños. Francisco, que restauró la Iglesia, que estaba en ruinas. Francisco, el Poverello, que cantaba en francés el gozo que le producía el Amor de Dios. Francisco, que Transformado en Jesús en la Verna, vuelve hoy a la que ya era su casa. Desde el Cielo se le da la bienvenida. La Trinidad acoge en su seno a este Nuevo Jesús. Nosotros, desde aquí, no podemos sino pedirle su intercesión y bendición, y que nos enseñe a amar como él amó, para algún día poder pasar al Padre como él lo hizo. Entró al Cielo desde el Paraíso. La Inocencia vuelve a casa.

martes, 2 de octubre de 2007

"LO ARRASTRABA A LA ORACIÓN"

"A ello le instaba, en cierta manera, aquella dulzura que había pregustado; visitábalo con frecuencia, y, estando en plazas u otros lugares, lo arrastraba a la oración". (Tres Compañeros 8). Con esta Frase, los Compañeros del Santo quieren dejar constancia de una de las Fuentes de la Relación Dios-Francisco: la Oración. Por una parte, como Iniciativa de Dios, y por otra, como respuesta Libre y Adulta del hombre. Dios tenía su Plan para Francisco. Y era un Plan de Bodas, una Alianza. Y "lo arrastraba a la oración". Dios toca el Corazón del hombre, y éste puede responder, en su libertad, SÍ o NO. Y Francisco prefirió a Dios, aunque fuera amador del bullicio, de las fiestas, de estar con la gente... eligió. Fue seducido por el Amado. Dios ofrece alternativas, no renuncias. O estas con ÉL, o no lo estás. Es una elección. El "lo arrastraba" no es sino una nota nupcial, de enamoramiento. El Amado arrastra al Amante por el Amor. Y el Amante desea estar con el Amado. Corre a su encuentro. Ojalá se incorporara esta Dimensión de la Espiritualidad en la Iglesia.

lunes, 1 de octubre de 2007

ELLOS SERÁN MI PUEBLO

"Yo seré su Dios, y Ellos serán mi Pueblo". Con estas Palabras de Jeremías se expresa el Amor (Agapao) incondicional de Yahvé para con Israel, quedando en segundo plano el amor (Fileo) de Israel para con Yahvé, un amor frágil, sujeto a la volátil Fidelidad del hombre. Francisco, en su Fidelidad entregada, engendró "hijos para el Padre". La Fidelidad Dios-Hombre se traduce en frutos espirituales del hombre mismo, y luego, cuando el hombre recibe un Carisma hasta entonces inédito, en Hijos, en un nuevo pueblo. Un pueblo, una familia, que es parte del gran Pueblo de Dios, la Iglesia, pero que sin embargo la revitaliza y le da un aire y empuje nuevos. Así sucedió con Francisco: fructificó en Obras Santas, y Engendró una nueva familia. Y esta familia renovó los aires de la Iglesia del s. XIII, tan preocupada por mantener su posición dominante, su Poder, y sobre todo la Doctrina, ante las Herejías emergentes. La Promesa "Yo seré su Dios" se hizo extensiva no sólo a las Tres Órdenes, sino también a la Iglesia, que vio cómo Dios se preocupaba una vez más por ella, y la llenaba de dones: Órdenes nuevas, aires de Evangelio y Simplicidad, Recordatorio de Jesús Hombre-Humilde-Pobre, una nueva forma de entender y vivir la Vida Consagrada... Dios nos abraza, se trata sólo de cerrar los brazos y abrazarle a Él.

domingo, 30 de septiembre de 2007

NO CREERÁN NI AUNQUE RESUCITEN LOS MUERTOS

La Lectura del Evnaglio de este Domingo arroja una frase que, a mi entender, resume lo que es la Ceguera Espiritual. Y nos dice quiénes son las Virgenes Prudentes que pudieron entrar con el novio a la fiesta. "Si no escuchan a Abraham y los profetas, no creerán ni aunque resucite un muerto". Los "Abraham y los profetas" venía a resumir la Ley, la Torah, la Palabra de Dios, su Revelación. Dios nos llama a cada uno por nuestro nombre, y nos tiene reservado un lugar en su Reino. Para llegar hasta nosotros, se sirve de su Palabra, que cada Domingo podemos oír en la Misa. Sin embargo, el lugar habitual y diario de comunión Hombre-Dios, es la Oración. En ella, Dios se nos da, nos habla al corazón, nos susurra sus "Palabras de Vida Eterna". Es aquí donde oímos o deberíamos oír la voz del necesitado, del que sufre, o del que simplemente reclama nuestra atención. En este itinerario Dios - Prójimo, es donde descubrimos la verdadera esencia del Ser-Jesús, del Ser-Hijo. En el necesitado, no necesariamente de algo material, está Jesús, que nos pide derramar en Él el Amor que antes ya nos ha dado en ese "Orar en lo íntimo". Si no somos capaces de oir esta Voz, y aunque parezca mentira, los milagros y cosas extraordinarias nos llamarán la atención a nivel sensorial o psicológico, pero el alma, que es la que debe "contener al Creador" no verá, no oirá, estará dormida, como las Vírgenes necias. Y Francisco oyó su Voz, y como oveja obediente y mansa se puso a caminar tras el Pastor, hasta el punto de ser igual a ÉL.

viernes, 28 de septiembre de 2007

LA PAZ SEA CON VOSOTROS


Cuando Francisco tuvo la Experiencia con el Cristo de San Damián, podemos decir con tranquilidad que fue similar al Encuentro de los discípulos con Cristo Resucitado. Aquí se trata de una Nueva Revelación del Señor a los suyos, que aunque habían comido y bebido con Él, no habían comprendido. Allí, es un encuentro de Francisco con Jesús Resucitado, pero un Cristo Crucificado al fin y al cabo. Le llama a reparar la Iglesia. Es como si le dijera que nada le podrá arrebatar la Gloria que se le ha dado a la Derecha del Padre, pero que, a la vez, los pecados del hombre le siguen crucificando. Es decir, la Obra no es aún plena, pues el hombre no se ha cristificado, y la Cruz, siendo como es Tálamo Nupcial, es también Cruz de sufrimiento para el hombre que se aleja de Dios. Es Imagen del Pecado que rechaza a Dios y lo golpea. El de Francisco será un camino de vuelta a Dios, de incorporación al estado de Gloria de los Hijos de Dios.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

EL SEÑOR O EL SIERVO

Es la pregunta que Dios formuló a Francisco en Espoleto, y la misma que todos deberíamos hacernos. Sueños, Ilusiones, Proyectos, Posesiones, Afectos y Quereres... ¿Nos ayudan a estar cerca de Dios o nos separan de Él? Pregunta sin duda nada fácil, y cuyo discernimiento requiere de Oración, mucha Oración. Sentarse ante el Sagrario y pedir, sincera y honestamente a Dios, qué es lo que no deja que sea Él cada día el Primero en nuestras vidas, de verdad, no de sentimientos, sino "con obras y de verdad". Así lo hizo Francesco: volvió a casa, y guardando en su corazón las Palabras del Señor, maduró y puso por obra los dictados del Espíritu. Obediencia es la Virtud que nos conforma a Jesús. Nos hace dispuestos a cualquier movimiento de la Gracia, a cualquier Revelación del Señor en nuestra vida, a cualquier moción del Espíritu. Pidamos a San Francisco que nos sepamos abrir al Amor de Jesús en nuestras vidas, que no se manifiesta sino en la Vocación que nos regala, como Camino Privilegiado para llegar a Él. Paz y Bien.

martes, 25 de septiembre de 2007

SAN FRANCESCO. EL HERMANO DE TODOS

Pace Bene. Hoy empieza la Novena a Nuestro Padre San Francisco de Asís. La vida de este gran Santo empezó espiritualmente en el Valle de Espoleto. Y a la llamada de Dios, dijo SÍ. No era un superhombre, no era alguien superdotado de dones especialísimos, al que Dios eligió para una super misión. No, sencillamente respondió, se dio por entero. Y hoy día, en el mundo entero, resuenan los ecos de aquel SÍ. Cristianos y no Cristianos admiran y reconocen en Francisco a alguien distinto, nuevo, que ha traido al mundo la presencia de Dios, que tan falto de ella está. A lo largo de estos 9 días iremos contemplando la belleza del camino espiritual que este santo escribió con su vida inocente, llena de un único deseo: Dios y su Santa Voluntad. Paz y Bien.

lunes, 24 de septiembre de 2007

EL MURO DE LAS LAMENTACIONES

Hoy he leído en una noticia que han hallado en Jerusalén la Cantera de la que se sacaron las piedras para construir el Templo de Jerusalén. He pensado que en el Evangelio de San Juan, Jesús se revela a si mismo como el Nuevo Templo, como la Nueva Morada de Dios. Además, le dice a la samaritana que "llegará un tiempo en que ni aquí ni en Jerusalén adoraréis a Dios´. Dios es espíritu, y quiere que sus adoradores le adoren en Espíritu y en Verdad". Así, Israel no entendió que es Jesús la Revelación de Dios, que los templos y los edificos ya no valen en sí mismos, sino que tan solo prevalecen "La Justicia, la Misericordia y la Fidelidad".

domingo, 23 de septiembre de 2007

María Santísima

La Virgen María, la Madre de Dios. En el Misterio de la Encarnación se encierra el Misterio de la Concepción Virginal, del concebir sin haber conocido varón. "Salve Tabernáculo de Dios, Salve Casa de Dios", dirá Francisco. Y también: "Consagrada por Él con su Santísimo Hijo Amado y el Espíritu Santo Paráclito". María, para Francisco, es un Templo, es decir, ella albergó al mismo Dios en su Seno. El Espíritu Santo la Desposó consigo, al venir sobre ella, y cubrirla la sombra del Poder del Altísimo. Así, vemos que contemplando el texto lucano de la Anunciación, Francisco ve cómo las Tres Personas de la Trinidad intervienen activamente en la Encarnación. El Padre (el poder del Altísimo), el Hijo (Hijo de Dios-Hijo del Hombre) y el Espíritu Santo (viene sobre la Virgen y concibe Ella al Niño). Así, la Encarnación no es obra de una sola Persona, sino de las Tres, de forma que podríamos decir que la Trinidad, si bien el que se Encarna es el Hijo, permanece la Trinidad Inmanente manifestándose como Trinidad Económica: Jesús el Dios-Hombre Ungido por el Espíritu, en Constante Comunión y Reciprocidad de Amor con el Padre.

sábado, 22 de septiembre de 2007

LOS PRIMEROS COMPAÑEROS. LA FECUNDIDAD ESPIRITUAL

Dos años después de empezar su andadura evangélica, Francesco vio cómo su familia crecía con nuevos hijos espirituales. Hijos nacidos de su relación esponsal en Fidelidad con el Espíritu Santo. La Fecundidad espiritual es, pues, la consecuencia natural del que, unido en cuerpo y alma a Dios, y tras haber entrado en una relación profundamente esponsal con Él, engendra hijos para el Padre. Es la imagen espiritual del matrimonio entre hombre y mujer aquí, en este mundo. O mejor, el amor entre hombre y mujer es imagen del Amor Trinitario, de esa Perijóresis eterna entre Padre e Hijo por el Espíritu Santo. Tanto ama Dios a la criatura, que le da la posibilidad de participar de lleno en ese Amor Celestial. Tanto, que 2nos hacemos madres" de Jesús, al engendrarlo por medio de las obras santas. Así, este engendrar a Jesús da Luz al mundo, Luz que atrae a todos a Dios, a la Vida Evangélica. Es por ello que Bernardo, Gil, Silvestre, Leone, Clara, Ángel, Maseo... corrieron "tras el olor de sus perfumes".

viernes, 21 de septiembre de 2007

Francesco, Francesco

Francesco. Así se llama el Santo más grande de la Historia. Así, el segundo Cristo. Así, el que iba por los caminos del mundo proclamando "Que el Señor os dé la Paz", y recordando a todos "Que no hay otro Omnipotente sino Él"; el mismo que llamó al Hermano León y le explicó en qué consiste la Perfecta Alegría. El mismo que amaba a todas las criaturas con ternura indecible, porque eran sus hermanas. El mismo que cuando pasó de este mundo al Padre, las alondras le ofrecieron un sentido homenaje volando sobre la cabañita que le vio dejar este mundo. Francesco, el Santo. Francesco, el Hermano, el Pobre, el que nos habla al oído y nos recuerda que "El Amor no es Amado". Cristo Pobre y Crucificado habló al mundo a través de este hombre excepcional.

jueves, 20 de septiembre de 2007

"Tú eres el Altísimo"

Al bajar Francisco de su encuentro con Dios, en el que le imprimió las Sagradas Llagas, escribió Francisco al Hermano León las Alabanzas del Dios Altísimo y más abajo la Bendición. Así, Leone se vio libre de su tentación. No hay remedio más saludable para el alma que Alabar a Dios aun cuando las tentaciones abruman el alma. No es fácil, pero sólo así el alma se hace ligera y ves las tentaciones desde la óptica de Dios. Dios pasa a ser lo importante, y no dejas que lo sea el problema.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Jesús Versus Francisco; Clara versus Francisco

Escuchando una de las canciones de Francesco il musical, en la que Francisco, muriéndose, se despide de Clara, piensa uno en lo igual que fue Francisco a Jesús, y lo unida que estaba Clara a Francisco, siendo su plantita, un brote espiritual que dio frutos de Vida Eterna para el mundo.