BUSCADOR CATÓLICO

domingo, 9 de diciembre de 2007

ENCARNACIÓN


Una misma realidad, un mismo Don, manifestado, a nuestros ojos mortales y limitados, en dos momentos, o de dos formas distintas. Sin embargo, es lo mismo. Encarnación y Eucaristía: el mismo Amor de Dios que se derrama en una criatura, se derrama ahora en el Pan y el Vino. El "resultado", la epifanía, el Sacramento, es el mismo: Jesús Encarnado, ora en el seno de María, ora en las especies eucarísticas. La Encarnación, Obra del Padre por el Espíritu, es Eterna, Constante, Vital. Dios ES AMOR QUE SE DA. Lo que nos debería sobrecoger es que se derrama en nosotros, criaturas que, por nuestros pecados, nada merecemos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente!!!! mil gracias, Dios te bendiga y retribuya lo que das.