BUSCADOR CATÓLICO

miércoles, 31 de diciembre de 2008

Año Nuevo, Vida de Gracia



Acaba el 2008, y empieza el 2009. Semejante acontecimiento astronómico acostumbra a despertarnos la esperanza en un mejor devenir de nuestras vidas. Formulamos deseos, pidiendo a Dios que nos bendiga, que nos proteja y colme de felicidad nuestros hogares, nuestras familias, nuestro porvenir... por lo menos el del próximo año, que arranca ya.
A mí se me ocurre pedirle a Dios, para este año, lo mismo que Juan asegura ya hemos recibido "su plenitud [...] y gracia por gracia" (Jn 1, 16). En efecto, dice Jesús que "Mi Padre trabaja hasta ahora, y yo también trabajo" (Jn 5, 17). Nuestra Esperanza, pues, nunca puede ni debe verse truncada, porque Dios sigue operando la Creación, o sea, sigue cuidando de nosotros, velando por cada uno de sus Hijos.
En este Fin de Año, quisiera pedirle a Dios que no permita que me separe de Él, que no deje que pierda la Esperanza, que no me olvide que Él siempre está ahí, amándome, soplando su Espíritu en mi vida y en las vidas de los que me rodean.
Que me deje llenar del pleroma que es su Hijo. Que adivine en todo un Don de su Gracia, que me da la oportunidad de saber dónde y cómo debo estar, según su Divino, Sabio y Eterno Plan para mí y los que me rodean. Que mi Voluntad se identifique con la Suya, porque la Suya siempre opera, siempre crea, y la mía es débil, contingente, sujeta a ese perenne e inherente error que es el pecado. Que no me olvide de darle las Gracias por todo lo que nos ha concedido, y por lo que nos quiere conceder.
Que, como Francisco en aquella chocita humilde de San Damián, sepamos entonar un Canto de Acción de Gracias, por sus Criaturas y su Creación, a semejanza del Hijo de Dios que, en la Cruz, "entregó el Espíritu" (Mc 27, 50), y en la Resurrección Gloriosa nos dio la Vida y la Certeza Eternas.


Altísimo, omnipotente, buen Señor,tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.A ti solo, Altísimo, correspondeny ningún hombre es digno de hacer de ti mención.
Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,especialmente el señor hermano Sol,el cual es día y por el cual nos alumbras.Y él es bello y radiante con gran esplendor:de ti, Altísimo, lleva significación.
Loado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas:en el cielo las has formado luminosas, preciosas y bellas
Loado seas, mi Señor, por el hermano viento,y por el aire, y el nublado, y el sereno, y todo tiempo,por el cual a tus criaturas das sustento.
Loado seas, mi Señor, por la hermana agua,la cual es muy útil, y humilde, y preciosa, y casta.
Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego,por el cual alumbras la noche:y él es bello, y alegre, y robusto, y fuerte.
Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra,la cual nos sustenta y gobiernay produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.
Loado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amory soportan enfermedad y tribulación.Bienaventurados aquellos que las sufren en paz,pues por ti, Altísimo, coronados serán.
Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la muerte corporal,de la cual ningún hombre viviente puede escapar.¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal!Bienaventurados aquellos a quienes encontrará en tu santísima voluntad,pues la muerte segunda no les hará mal.
Load y bendecid a mi Señory dadle gracias y servidle con gran humildad.


Amén.


PACE BENE, Y FELIZ AÑO 2009.

lunes, 29 de diciembre de 2008

La Iglesia cuida de la familia

Noticia de hoy en elpais.com: La secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, ha dicho hoy que, pese a que el Gobierno "no estaba" en el acto de ayer en la Plaza de Colón de Madrid en defensa de la familia organizado por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y los movimientos eclesiales, es el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero "el que más ha hecho por la familia". "Lo paradójico es que en estos últimos años quien más ha hecho por la familia y ha apostado por que las parejas de este país tengan una ayuda cuando su hijo nace, que puedan tener un acceso a la vivienda por parte de los jóvenes o que haya una ayuda a aquellas familias que tienen problemas para pagar la hipoteca como consecuencia de la pérdida de empleo de uno de sus miembros, ha sido este Gobierno, que no estaba en esa concentración", ha recalcado Pajín. Olé!
Este Gobierno cree que los católicos no nos enteramos de la película, y está convencido de que la Iglesia habla por hablar. Con todos mis respetos a la Sra. Pajín, creo que no goza de ningún tipo de autoridad ni moral ni de otra clase para decir que han aportado a la familia. No negaré que las medidas que ha citado están muy bien, y ayudan, en efecto. Ahora bien, se olvida del divorcio exprés, de la ley del aborto que van a reformar, de las uniones homosexuales...
Es decir, ¿qué entiende este gobierno por familia? Si cree que no es más que una mera convivencia de dos progenitores con sus hijos e hijas, va bastante desencaminado. Creo que a ningún miembro (perdón Sra. Aído, o miembra) de este gabinete "progre" (se confunde progreso con revolver y poner patas arriba las entrañas de la naturaleza) le hubiera gustado tener dos papás o dos mamás - dicho sea con todo el respeto a los homosexuales -. Lo que no es respetable ni discutible es equiparar su unión a la de un matrimonio, puesto que éste, más allá de ser unión entre hombre y mujer, es, además, expresión de la auténtica complementareidad entre ambos, psicológica, sexual y afectivamente. Es una cuestión casi casi más antropológica que otra cosa. No se trata de responder a requerimientos de sectores sociales, en pro de "derechos".
No, hablando en propiedad, los homosexuales no tienen "derecho" a unirse y pretender formar una familia. Sí lo tienen, por supuesto, a amar y ser amados, a ser respetados y ayudados como cualquiera a salir adelante en caso de encontrar dificultades. Así lo expresa la Iglesia en el Catecismo (
2357-2359). Es una cuestión de base, no de qué quiero o qué me apetece y a ver si la Ley me lo permite. Es saber qué es de por si lo mejor para el hombre y para la mujer, y respetarlo y protegerlo con las armas que nos da la Democracia. No es cuestión de derechos, ni de nombres, ni de nada más que lo obvio: la unión, la reproducción como acto natural, amoroso, libre y responsable, y el cuidado de los niños es posible sólo y compete sólo a uniones heterosexuales.
La Iglesia no hace otra cosa que defender aquellos valores (que se desprenden de la Revelación y son, además, comunes a todas las culturas, por cierto, no es monopolio vaticano, ni mucho menos) que alientan la vida, la fidelidad (el PSOE aboga por el divorcio exprés, lo mal que lo pasen los hijos, o si hay posibilidad de reconciliación importa un bledo), el Amor y el Respeto Mutuo. Pero claro, siempre se la contesta de alguna manera. Hay que reconocer que, en buena parte, es debido al papel en general desafortunado de la jerarquía (no toda, desde luego) en la época de Franco. Pero el Mensaje de Jesús, la Revelación, la Gracia... son los mismos desde siempre, y siempre los defenderá, pase lo que pase.
Bien mirado, hasta me gusta que haya dicho esto el PSOE, porque ponen al descubierto que a ellos sólo les van ciertos aspectos, que todo gobierno ha cuidado, y encima van de originales y patriarcas. Lo que han hecho bien, lo han hecho bien, y punto. Pero en materia de cuidar y procurar la familia como sede de amor, crecimiento y aprendizaje, han fracasado. Sin más. Y todo por escuchar a minorías que, aunque quede bien hacerles caso, no tienen razón.
La Iglesia cuida la familia porque cuida la Vida en todas sus manifestaciones. Todo lo demás es rizar el rizo porque sí. Si la Iglesia cae mal, al menos que se atengan al por qué dice o expresa sus opiniones: Jesús, el Evangelio, sin glosa (Espejo de Perfección 1).

miércoles, 24 de diciembre de 2008

El Niño, el Niño, el Niño



La suprema aspiración de Francisco, su más vivo deseo y su más elevado propósito, era observar en todo y siempre el santo Evangelio y seguir la doctrina de nuestro Señor Jesucristo y sus pasos con suma atención, con todo cuidado, con todo el anhelo de su mente, con todo el fervor de su corazón. En asidua meditación recordaba sus palabras y con agudísima consideración repasaba sus obras. Tenía tan presente en su memoria la humildad de la encarnación y la caridad de la pasión, que difícilmente quería pensar en otra cosa.
Digno de recuerdo y de celebrarlo con piadosa memoria es lo que hizo tres años antes de su gloriosa muerte, cerca de Greccio, el día de la natividad de nuestro Señor Jesucristo. Vivía en aquella comarca un hombre, de nombre Juan, de buena fama y de mejor tenor de vida, a quien el bienaventurado Francisco amaba con amor singular, pues, siendo de noble familia y muy honorable, despreciaba la nobleza de la sangre y aspiraba a la nobleza del espíritu. Unos quince días antes de la navidad del Señor, el bienaventurado Francisco le llamó, como solía hacerlo con frecuencia, y le dijo: «Si quieres que celebremos en Greccio esta fiesta del Señor, date prisa en ir allá y prepara prontamente lo que te voy a indicar. Deseo celebrar la memoria del niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos (28) lo que sufrió en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno entre el buey y el asno». En oyendo esto el hombre bueno y fiel, corrió presto y preparó en el lugar señalado cuanto el Santo le había indicado.
Llegó el día, día de alegría, de exultación. Se citó a hermanos de muchos lugares; hombres y mujeres de la comarca, rebosando de gozo, prepararon, según sus posibilidades, cirios y teas para iluminar aquella noche que, con su estrella centelleante, iluminó todos los días y años. Llegó, en fin, el santo de Dios y, viendo que todas las cosas estaban dispuestas, las contempló y se alegró. Se prepara el pesebre, se trae el heno y se colocan el buey y el asno. Allí la simplicidad recibe honor, la pobreza es ensalzada, se valora la humildad, y Greccio se convierte en una nueva Belén. La noche resplandece como el día, noche placentera para los hombres y para los animales. Llega la gente, y, ante el nuevo misterio, saborean nuevos gozos. La selva resuena de voces y las rocas responden a los himnos de júbilo. Cantan los hermanos las alabanzas del Señor y toda la noche transcurre entre cantos de alegría. El santo de Dios está de pie ante el pesebre, desbordándose en suspiros, traspasado de piedad, derretido en inefable gozo. Se celebra el rito solemne de la misa sobre el pesebre y el sacerdote goza de singular consolación.
El santo de Dios viste los ornamentos de diácono, pues lo era, y con voz sonora canta el santo evangelio. Su voz potente y dulce, su voz clara y bien timbrada, invita a todos a los premios supremos. Luego predica al pueblo que asiste, y tanto al hablar del nacimiento del Rey pobre como de la pequeña ciudad de Belén dice palabras que vierten miel. Muchas veces, al querer mencionar a Cristo Jesús, encendido en amor, le dice «el Niño de Bethleem», y, pronunciando «Bethleem» como oveja que bala, su boca se llena de voz; más aún, de tierna afección. Cuando le llamaba «niño de Bethleem» o «Jesús», se pasaba la lengua por los labios como si gustara y saboreara en su paladar la dulzura de estas palabras.
Se multiplicaban allí los dones del Omnipotente; un varón virtuoso tiene una admirable visión. Había un niño que, exánime, estaba recostado en el pesebre; se acerca el santo de Dios y lo despierta como de un sopor de sueño. No carece esta visión de sentido, puesto que el niño Jesús, sepultado en el olvido en muchos corazones, resucitó por su gracia, por medio de su siervo Francisco, y su imagen quedó grabada en los corazones enamorados. Terminada la solemne vigilia, todos retornaron a su casa colmados de alegría.
Se conserva el heno colocado sobre el pesebre, para que, como el Señor multiplicó su santa misericordia, por su medio se curen jumentos y otros animales. Y así sucedió en efecto: muchos animales de la región circunvecina que sufrían diversas enfermedades, comiendo de este heno, curaron de sus dolencias. Más aún, mujeres con partos largos y dolorosos, colocando encima de ellas un poco de heno, dan a luz felizmente. Y lo mismo acaece con personas de ambos sexos: con tal medio obtienen la curación de diversos males.
El lugar del pesebre fue luego consagrado en templo del Señor: en honor del beatísimo padre Francisco se construyó sobre el pesebre un altar y se dedicó una iglesia, para que, donde en otro tiempo los animales pacieron el pienso de paja, allí coman los hombres de continuo, para salud de su alma y de su cuerpo, la carne del Cordero inmaculado e incontaminado, Jesucristo, Señor nuestro, quien se nos dio a sí mismo con sumo e inefable amor y que vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo y es Dios eternamente glorioso por todos los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Aleluya.
(1 Cel 84-87).


Preciosa cita de Celano en la que se rememora el primer Belén de la Historia (como se puede ver, y en contra de lo que se cree, no porque Francisco fuera el primero en poner figuritas sino porque escenificó con paja, heno, el buey y el asno la Noche de Belén, además de gozar de la compañía de Jesús).


Pero volviendo a lo esencial y verdaderamente importante, creo que Francisco nos deja un claro mensaje para esta Nochebuena: lo importante es el Niño, es Jesús. Todo lo demás: compras, cenas, villancicos, felicitaciones... está muy bien y hay que vivirlo, pero esta vestimenta cobra sólo su real y pleno significado cuando es Jesús quien lo ilumina. Es decir, sólo cuando hemos rezado, nos hemos acercado con el corazón y el alma a Jesús, y hemos admirado, contemplado y agradecido su Misterio de Encarnación.


Lo importante, lo esencial, es que hoy podamos revivir lo que significó aquella Noche Santa. Que estemos centrados, en lo íntimo de nosotros mismos, en la Cueva, en el Pesebre. Todo es Don en la Vida de la Gracia - de eso se trata - y a cada cual Dios se le da de manera distinta, pero la intención y las ganas tenemos que ponerlas nosotros. Meditar y saborear el Amor de Belén, como hizo Francisco, nos llevará al Recién Nacido, a María, a José. Y, en definitiva, a la Navidad.
Lecturas, rezos, la Misa del Gallo... todo esto nos puede ayudar, y como mínimo seguro nos mantendrá "en la onda". Que el verdaderamente importante esta noche sea Él. Que sepampos guardarle un corazón puro, inocente, acogedor. Se trata de querer, de preferirle a Él, y no de mera sensiblería. Francisco así lo quiso, y obtuvo, como Premio, al Niño, al que pudo coger en brazos. Quizá es un Don muy grande para lo que yo merezca, pero sí pido que, al menos, me deje llevar por la misma alegría y gozo espiritual con que bendijo a sus Padres, a los pastores y a todas aquellas personas de Buena Voluntad y Sencillo Corazón que "velaban al raso". Velar, he aquí la clave para que nos halle despiertos y veamos su Luz.


Os deseo de corazón a Todos Muy Feliz Navidad, que la podáis pasar rodeados de los vuestros, y que la disfrutéis. Yo ya me dispongo a ayudar a preparar la Cena, que a las 23 tenemos la Misa del Gallo. Que el Señor os Bendiga.


Pace Bene.

martes, 23 de diciembre de 2008

Cuánta Misericordia




Cómo gozaba Francisco de la Navidad. Cómo recordaba al Niño Jesús, nacido en Belén. Y es que el Poverello estaba Enamorado de Jesús, de su Pasión, de sus Misterios, de su Vida. Atestiguan las fuentes que "La suprema aspiración de Francisco, su más vivo deseo y su más elevado propósito, era observar en todo y siempre el santo Evangelio y seguir la doctrina de nuestro Señor Jesucristo y sus pasos con suma atención, con todo cuidado, con todo el anhelo de su mente, con todo el fervor de su corazón. En asidua meditación recordaba sus palabras y con agudísima consideración repasaba sus obras. Tenía tan presente en su memoria la humildad de la Encarnación y la caridad de la Pasión, que difícilmente quería pensar en otra cosa" (1 Cel 84).
Francisco era el hombre que contemplaba la Gracia, derramada en los corazones de los hombres. Meditaba, pensaba, saboreaba a Dios. Para él, el Evangelio no era un conjunto de relatos, sino algo vivo, que le presentaba a la misma Persona de Jesús. Es cierto que había recibido mucho, pero a cambio también dio mucho, sin reservas. Su Piedad, Caridad, Humildad, Paciencia, Pobreza... fueron conformando en Francisco una personalidad profundamente humana, y un corazón fuertemente sensible, sobre todo a Dios, a su Encarnación, a su Humanidad.
No podía "pensar en otra cosa". Y cuando llegaba la Navidad, su naturaleza ante todo contemplativa le arrebataba a la máxima expresión de la Mística. Se unía a Jesús, real y auténticamente. Discurría sus Misterios, los Contemplaba, los Saboreaba, los Ponderaba. Procuraba, siempre, pensar en Dios y actúar según Dios. Por eso estaba siempre en su presencia, dejándose llevar y abrazar por su Espíritu.
Y Dios le colmaba de Gracias y Consolaciones. Mañana hablaremos de Greccio, una de las escenas con más carga encarnatoria en la vida del Pobre de Asís. Tendremos la ocasión de meditar un episodio auténticamente Navideño, que, acogido sincera y humildemente, debe llevarnos a una vivencia profunda y serena de la Noche más Santa de la Historia: aquella en la que hace 2000 años, Jesús vino a morar entre nosotros.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Assisi Nativity

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Consagración vs. Navidad


Por consiguiente, si tan grande y tan importante Señor, al venir al seno de la Virgen, quiso aparecer en el mundo, despreciado, indigente y pobre (cf. 2 Cor 8,9), para que los hombres, que eran paupérrimos e indigentes, y que sufrían una indigencia extrema de alimento celestial, se hicieran en Él ricos mediante la posesión del Reino de los cielos (cf. 2 Cor 8,9), saltad de gozo y alegraos muchísimo (cf. Hab 3,18), colmada de inmenso gozo y alegría espiritual, porque, por haber preferido vos el desprecio del siglo a los honores, la pobreza a las riquezas temporales, y guardar los tesoros en el cielo antes que en la tierra, allá donde ni la herrumbre los corroe, ni los come la polilla, ni los ladrones los desentierran y roban (cf. Mt 6,20), vuestra recompensa es copiosísima en los cielos (cf. Mt 5,12), y habéis merecido dignamente ser llamada hermana, esposa y madre del Hijo del Altísimo Padre (cf. 2 Cor 11,2; Mt 12,50) y de la gloriosa Virgen (Santa Clara, Carta I a Santa Inés de Praga, 19-24).


He aquí una profunda visión de la Navidad, de lo que es su esencia, su más íntimo significado. Clara de Asís, como Francisco, no era docta, ni tenía estudios de Teología. Tampoco era muy ducha, seguramente, en las ciencias humanas. Pero, también al igual que Francisco, sacaba su visión de Dios y su Sabiduría Espiritual de la experiencia que tenía en la Intimidad de la Oración, y del Ejercicio de la Caridad.


Este texto resume, a las claras, lo que para ella significó la Encarnación: "se hicieran en Él ricos mediante la posesión del Reino de los cielos". Es decir, el Don de la Vida Eterna. Jesús, al nacer en Belén, trajo a la Tierra la Vida que gozaba junto al Padre en los Cielos. Nos abrió las puertas a la Salvación; nos concedió el "acceso directo" al Padre. Se inauguró con él la Nueva y Definitiva Etapa de la Historia de la Salvación. Desde ese momento y hasta la Resurrección, se incuba en la Historia la posibilidad de acceder a Dios sin mediaciones. Y desde la mañana del "primer día de la semana", Israel conoce "a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios" (Jn 20, 17). Como Jesús, podemos entrar en comunión, aquí y ahora, con el Padre.


Es fácil de decir, pero muy grande y muy profundo. Es lo mismo que decir que nosotros, pobres criaturas, accedemos, por la Fidelidad y la Caridad, a la Vida Intratrinitaria. Sí, igual que Jesús. No es ninguna herejía, porque sino no tendría tampoco sentido la Eucaristía en particular, ni los Sacramentos en general. Es, por el contrario, la Buena Nueva - Evangelio -, así, sin más.
Y así lo contempla Clara, enamorada de su Esposo, "dulce huésped del alma" (Himno al Espíritu Santo). Y así se lo dice a Santa Inés de Praga: al escogerlo a Él, no sólo participa de los Bienes Eternos, sino que, además, y remitiéndose a la Natividad, es como si cogiera en brazos al Niño, como el Don más preciado y que no cambiaría ella por nada. Este texto nos pone allá, en la cueva, en aquella Noche Santa y Eterna que cambió la Historia. Nos sitúa ante la Sagrada Familia (estremece sólo pensarlo) y nos invita a hacer del Niño la máxima aspiración de nuestra vida, si acaso la única aspiración. Es aceptar el regalo, admirarse y estremecerse por Él. Es llorar de Acción de Gracias y derramar ante Él el corazón (CtaO 28).


Santa Inés, al acoger a Cristo como el Esposo de su Alma, además de entrar en la dinámica espiritual del Consagrado, adopta para sí el tesoro más preciado por los ángeles. Que en esta Navidad queramos, podamos y sepamos dejarnos iluminar por Él.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Ya queda menos


Nos quedan apenas 10 días para la llegada del Mesías. Os propongo asociarnos, como mejor podamos, a la vivencia que Francisco tuvo de la Navidad en Greccio. Jesús, Niño, se apareció. Era tanto el Amor que Francisco derramaba, que Jesús tuvo que aparecerse, inhabitando en aquella humilde cuevecita del santuario italiano.


Así lo atestigua Juan Velita, quien también declaró ver cómo Francisco cogía en brazos a ese Niño. Fue un remake espiritual (valga la expresión) del Misterio de Belén. El corazón de Francisco estaba tan lleno de Pureza, Inocencia y Amor a Dios, que fue un lugar natural de inhabitación de Dios ("y vendremos a él, y haremos morada en él").


Ojalá sepamos imitar al Poverello y vivir la Nochebuena como lo que es: la noche más Santa de la Historia.

viernes, 12 de diciembre de 2008

miércoles, 10 de diciembre de 2008

La Escatología en San Francisco (I)

En la Teología actual, al hablar del éschaton, se privilegia su aspecto profético de cumplimiento del Proyecto de Dios; se subraya la relación entre el Futuro Absoluto y el futuro histórico; se integran las dimensiones individual, social y cósmica de ese cumplimiento; se considera a las realidades últimas como situaciones existenciales. Esta es la base sobre la que debemos empezar a pensar cómo Francisco testimonió con su vida (palabras y actos) la Escatología, la Esperanza en las realidades últimas, más allá de la Muerte Corporal.
Y es que Francisco, desde la noche de Espoleto, fue un hombre que vivió la tensión entre el "ya" y el "todavía no" - tensión existente en todo hijo de Dios -, bajo la Relación tan especial que estableció con Dios. Una relación íntima, de Tú a Tú, experimentando a Dios como una realidad consistente, personal, absoluta, viva, trascendente e inmanente a la vez. Desde luego que no fue siempre así, porque Francisco tuvo que dar una serie de pasos antes de llegar a esta vida hecha oración que solemos contemplar en las biografías.
Además, en segunda instancia, esta íntima relación Francisco-Dios (en concreto, desde la escena de San Damián, Francisco-Cristo Crucificado), la traducía el Poverello en los Signos, y la prolongaba en los Sacramentos. El Pobre de Asís instauraba signos en su vida y en la de los demás: mandó a Fray Rufino a predicar desnudo; hizo a un hermano depositar una moneda sobre estiércol con la boca; cuando era invitado a comer, antes iba a pedir limosna, y la depositaba sobre la mesa y la repartía a los comensales... y tantos otros. Y hacía extensiva su relación con Cristo a la Eucaristía, en la que el Crucificado-Resucitado se le hacía verdaderamente presente; en aquellos a los que les había sido conferido el Orden Sacerdotal, también veía a Cristo y la realidad de su Reino; contemplaba también el Reino en la Creación, en los hermanos, en la Caridad...
Francisco vivía, pues, la realidad del "ya" del Reino por la presencia real y activa de Cristo, y por otro lado, esperaba en Dios la plenitud del Reino en la otra vida, después de la muerte corporal. Fue madurando en él una identificación con Jesús-Cristo por las obras y, sobre todo, el carácter oblativo que imprimió a toda su existencia. Todo iba orientado a la Mayor Gloria de Dios. Por tanto, quería que en todo momento la Voluntad del Creador se realizara en su vida, y en la vida de la Orden, de manera que gozaba del Reino en ciernes.

lunes, 8 de diciembre de 2008

viernes, 5 de diciembre de 2008

DE LA LEYENDA MENOR DE SAN BUENAVENTURA.



2.6 Una vez en que, alejado corporalmente de sus hermanos, vigilaba, como de costumbre, en oración, a eso de media noche, cuando algunos de los hermanos estaban entregados al sueño y otros a la oración, penetró por la portezuela de la habitación de los mismos hermanos un carro de fuego de admirable resplandor, sobre el que se alzaba un globo luminoso como el sol, el cual dio tres vueltas a lo largo de la estancia. Ante tal prodigiosa y refulgente visión, quedaron estupefactos los que estaban en vela, se despertaron llenos de terror los dormidos, y todos ellos percibieron la claridad que alumbraba no sólo el cuerpo, sino también el alma, pues a través de aquella luz a cada cual se le hacía transparente la conciencia de los otros. Coincidieron todos - al leerse mutuamente los corazones - en que había sido el mismo santo padre Francisco el que, transfigurado en aquella forma, les había mostrado el Señor, como que, viniendo en espíritu y poder de Elías y convertido en caudillo de la milicia espiritual, había sido constituido como carro de Israel y su auriga.

Vuelto el Santo a los hermanos, comenzó a confortarlos, hablándoles de la visión celestial que se les había mostrado; comenzó también a escudriñar los secretos de sus conciencias y a anunciarles cosas futuras; y de tal suerte comenzó a brillar por los milagros, que se hacía patente comprobar que sobre él descansaba el doble espíritu de Elías con tanta plenitud, que podían sentirse muy seguros quienes marchaban tras su doctrina y ejemplos de vida.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Profundidad Franciscana

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Adviento, tiempo de Esperanza


Pace Bene. Va quedando menos para la Navidad. Este tiempo de Adviento es un camino a recorrer. Cada año, Dios nos da la oportunidad de afrontarlo y caminarlo gozosamente. Debemos dar gracias a su Misericordia, que siempre nos deja empezar de cero y volver a sus brazos, desde el cuidado de cerdos a sus brazos; desde el hambre al banquete; desde el sentirse pecador al sentirse perdonado e hijo.

sábado, 29 de noviembre de 2008

En manos de Dios.

Notición para El País: "Los obispos pierden 29,5 millones por el IRPF de 2006". Creo que la Iglesia tiene ante si la ocasión perfecta para dar testimonio de Pobreza y Providencia. Es el momento de que vayamos aprendiendo a confiar más en Dios, porque el camino tomado es el de la autofinanciación.
A todos nos viene a la cabeza la Iglesia Primitiva, en la que cada uno aportaba sus bienes, y todos los compartían, de forma que a nadie le faltaba de nada. O el Capítulo de las Esteras, en que 5.000 hermanos fueron alimentados por la Providencia. La vida misma de Francisco está llena de estas escenas en que Dios cuida de los suyos. Soy consciente de que hablando de la Iglesia hablo de millones de personas, y es mucho más difícil no que Dios cuide de ellas, sino que tantas personas confíen en Dios.
Tendremos que autofinanciarnos en un futuro, lejano o cercano, pero habrá que hacerlo. Y entonces, si nos ponemos en brazos del Padre, y también el mono de trabajo, diremos al mundo que es posible no vivir ansiando dinero o seguridades. Que Dios es Padre y nos da lo necesario. Que lo que no es necesario, por eso mismo sobra. Que hay un Pueblo cuyo Pastor cuida, y que el IRPF, si bien nos iba como la seda, se queda en nada al lado del Amor de Dios.
Tampoco quiero expresarme mal. No es que no me dé miedo, o que no prefiera financiación del Estado. Pero también hay algo que me dice que eso no es del todo evangélico, y que quizá seríamos menos comodones y nos agarraríamos más a Cristo de la otra manera. Así se ha visto en Europa, en países que cuando lo han pasado mal (Polonia con el Gobierno Comunista, por ej.) han llenado seminarios y han sido foco de Fe.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Fidelidad, una necesidad

En estos días en que vemos a nuestros obispos hablando sobre la Ley de Memoria Histórica, creo que más que nunca debemos, los católicos, expresarles nuestro más sincero apoyo y ánimo. No es que no podamos hacer su tarea, porque también nos incumbe opinar, predicar y decir lo que pensamos sobre la situación actual. Pero su papel tiene más repercusión y tiene mayor contestación. Zapatero no ha tardado en responder a la llamada a la reconciliación que hizo Rouco. No les interesa. Van a lo suyo, que es escarbar. Y encima, contesta diciendo que la sociedad sí respetó las canonizaciones de mártires. Son dos cosas bien distintas: abrir fosas en busca de familiares - pienso que con mucha legitimidad y derecho - y canonizar - motivado por cuestiones religiosas - .
No debemos callar, todo lo contrario. Que nos oigan decir que el rencor y las vueltas al pasado, así de repente y sin mucho motivo, no ayudan.

martes, 25 de noviembre de 2008

La Memoria

Con este Gobierno, la verdad es que estamos de vuelta con la Historia más reciente de España. Guerra civil y Dictadura de Franco, en lugar de formar parte de nuestro pasado común, son fuente de discordia y separación. Parece que no se ha aprendido a superar el clima de crispación previo a la Guerra.
La Ley de Memoria Histórica, Histérica diría yo, tan sólo ha servido para poner de manifiesto una cosa: no somos un país que sepa seguir adelante y evolucionar. Es innegable que hubo gente que murió, durante y después de la Guerra, víctima de represión política. Pero también la hubo, y mucha, durante la República y durante la Guerra, que murió a manos de los republicanos. Eso nadie lo dice, pero yo tampoco lo voy a reivindicar aquí. Hay cientos de casos como los de mi tía monja, que estuvo a punto de morir fusilada por republicanos, sólo por ser religiosa. Y cientos que murieron, fusilados, torturados o sabe Dios cómo.
Aunque, de verdad, todo esto, después de todo, carece de importancia. Que Dios sabrá perdonar a los culpables respectivos. Lo que es esencial es que sepamos caminar adelante y, como dice el Presidente de nuestros obispos, Rouco Varela, olvidar a Franco y saber perdonar. Unos hechos tan desgraciados como los que se dan en una guerra, y otros muchas veces cuestionables como en la Dictadura (uso "Dictadura" en sentido técnico, no despectivo) generan división, pero debemos ser más listos y mirar hacia delante, sabiendo que ambos bandos compartieron culpas, y que si Franco murió, Carrillo sigue vivo (ay, esas religiosas y esos curas que le sufrieron...).
Doy gracias por las palabras de Rouco Varela, pues representan lo que debe ser un espíritu católico: reconciliación y paz.
"Loado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor,y soportan enfermedad y tribulación; bienaventurados aquellos que las sufran en paz, porque de ti, Altísimo, coronados serán". Estas palabras de Francisco pusieron paz entre el Podestá y el Obispo de Asís. Sólo es posible vivirlas si se está en una actitud de acogida espiritual, de oración, de Pureza, de sencillez, dejando a un lado el orgullo, el rencor y esas actitudes de "Memoria Histórica" que tanto separan en vez de unir. Menos buscar resarcimientos y más mirar porque todos podamos convivir expresando nuestra religión (otros su ateísmo o agnosticismo) de forma pública, sin problemas. Eso sería Memoria Histórica: acordarse que la religión cristiana lleva 1.700 años guiando el desarrollo de Europa.

viernes, 21 de noviembre de 2008

La Pureza, Virtud Paradisíaca


Y, más que virtud, estado de vida. Sí, entendida como estado de permanente contemplación de Dios y de comunión con Él, olvidado de uno mismo y con el corazón invadido por su Amor y su Espíritu.


Hoy celebramos la Presentación de Nuestra Señora en el Templo. María es ejemplo y forma de este estado paradisíaco. Insisto en estos términos porque si alguien permanecía en presencia de Dios, eran Adán y Eva, personajes centrales del Relato de la Creación (Género Mito), y figura de todo hombre o mujer que, unido a Dios en cuerpo y alma, no considera que valga la pena nada más, de forma que todo lo relativiza en orden al Creador.


María fue la mujer ideal, la mujer que, nacida Inmaculada, gozó del singular don de nacer y vivir como Adán y Eva, es decir, con su naturaleza no lastrada por el pecado. La presentación en el Templo no era sino por motivos cultuales, es cierto, pero en María simboliza algo más: la singular unión con Dios de la que Ella gozaba. Criatura, sí, pero agraciada como ninguna. Más tarde, Madre de Dios. Y así lo señala Francisco en el Saludo a la Bienaventurada Virgen María, cuando la llama "vestidura", "casa", "tabernáculo". El Poverello no hace sino contemplar la Pureza de María, la única que podía acoger en su seno a alguien tan puro y sagrado como el Hijo de Dios.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

La paz del atardecer


Da gusto llegar a casa, sacar a pasear al perro, hacer cuatro cosas y, al fin, descansar. Este mediodía he rezado un rato delante del Santísimo. Esta noche también lo haré, Dios mediante. Qué paz debía sentir Francisco al acabar los días de correrías por el mundo, predicando, haciendo el bien, sufriendo persecución. Al final, se refugiaban donde podían y a descansar. Francisco rezaba también de noche. Yo aún no llego a tanto. Ojalá, pero no soy tan espiritual. En fin, a reposar lo que queda de día y dar gracias al Altísimo por tantos bienes nos concede.


Antes de cerrar los ojos, los labios y el corazón, al final de la jornada, ¡buenas noches!, Padre Dios.


Gracias por todas las gracias que nos ha dado tu amor;


si muchas son nuestras deudas, infinito es tu perdón. Mañana te serviremos, en tu presencia, mejor.


A la sombra de tus alas, Padre nuestro, abríganos. Quédate junto a nosotros y danos tu bendición.


Antes de cerrar los ojos, los labios y el corazón, al final de la jornada, ¡buenas noches! Padre Dios.
Gloria al Padre omnipotente,


Gloria al Hijo Redentor,


Gloria al Espíritu Santo:tres personas, sólo un Dios.


Amén.

martes, 11 de noviembre de 2008

Rufino, hombre de Dios

Me viene a la mente aquella escena en la que Francisco manda a Fray Rufino a predicar a la catedral. Y todo porque el bueno del primo de Clara se había resistido a la obediencia de ir a predicar por Asís. No quería ir, alegando su poca gracia al hablar. Y el Poverello lo envía a hacerlo, pero desnudo, y a la catedral, nada menos.
Es una escena singular primero, porque Rufino ahora sí obedece y va. Segundo, porque Francisco se reprende a si mismo de haber dado tal obediencia y va también él desnudo a predicar. Me apetece meditar qué pudo pasar en aquella catedral. Las biografías nos dicen que la gente acabó llorando de compunción y compasión. Es un momento grotesco por los predicadores, y también conmovedor porque se ve cómo el Espíritu, a través de la Obediencia de Rufino, lleva a los habitantes de Asís la compunción y el arrepentimiento. Sí, aquel día se aprendió la lección de que el Señor nunca te pide nada que no puedas hacer por tus propias fuerzas y que, en caso de que éstas falten, Él te las dará. No nos pide para dejarnos colgados, ni nos llama para no ser encontrado. Es imprevisible ("no sabes de dónde viene ni a dónde va" -Jn 3-), rompedor, a veces espectacular, desconcertante, sorprendente. Pero, por ser Dios, no responde a los parámetros humanos, ni a nuestros condicionamientos. Nos da libertad, pero si nos dejamos llevar, de verdad, hasta el fondo, es Él quien nos guía, y nada puede parar su Santa Operación.

domingo, 9 de noviembre de 2008

VERGONZOSO

Sólo unas palabras para expresar mi pesar y mi indignación por un suceso que ha tenido lugar en el Santo Sepulcro de Jerusalén. Una pelea entre griegos ortodoxos y armenios delante del mismísimo Santo Sepulcro, sin duda uno de los lugares más sagrados y delicados para cualquier cristiano. Sé que es por desgracia algo frecuente, y no importa por qué se ha producido -aquí os dejo el enlace a la noticia (elmundo.es). Sólo decir que es vergonzoso y ojalá no se repita nunca más algo así, allí donde Cristo yació y Resucitó, habló con las mujeres y lugar que fue pisado por Juan y Pedro aquella Santa Mañana del Primer día de la Semana. Vaya ejemplo de Unidad y Gozo Espiritual. PAZ Y BIEN.

CELO, NO ENOJO


El Evangelio de hoy nos presenta una de las escenas, aparentemente, más desconcertantes de Jesús. Es la expulsión de los vendedores del Templo. Parece que Jesús es presa de un ataque de ira, de venganza o que está irritado. Así podría desprenderse en un primer momento. Pero cabe meditar unas cuantas cosas:

1. Jesús, aun pudiendo pecar, no pecó. Era libre de escoger bien o mal, igual que nosotros, pues a ello le llevaba su condición humana ("Perfecto Dios y perfecto hombre"). Así, si leemos con coherencia el Evangelio, no hallamos en Él rastro de pecado. Por tanto, ni ira ni nada parecido podemos considerar en esta escena.

2. Pensar enseguida en algo como ira o enojo es natural, pero primario. Porque es el motivo por el cual nosotros sí habríamos actudado, quizá, en una escena similar a la joánica.

3. El texto no dice que Jesús estuviera enojado, ni siquiera lo insinúa. Es más, el significado del texto se halla en este trozo: "[...]Y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos. Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: «Quitad esto de aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado». Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: El celo por tu Casa me devorará". Jesús purifica, instituye un Signo, una señal visible de lo que debe ser ya no el Templo, sino la Oración de todo Judío y de todo Hijo de Dios. Jesús desbarata los puestos de venta y las mesas de los cambistas. Sin embargo, como señaló una hermana, no toca a las palomas. Es significativo: destruye y desparrama sólo aquello que atenta, en esencia, contra la Pureza y la Intimidad de las relaciones con Dios. Las palomas, sin embargo, representan en Juan (escena del Bautismo de Jesús) al Espíritu (Jn 1, 32).

En resumen, Jesús, de forma visible, un tanto espectacular y muy significativa, depura la oración del Pueblo de Israel, y se presenta a si mismo como el Nuevo Templo. Eso es lo esencial. A mi juicio, cualquier otra consideración sobre la actitud psicológica de Jesús es peregrina.

sábado, 8 de noviembre de 2008

FIDELIDAD Y COHERENCIA

"Los católicos desoyen las consignas de la jerarquía sobre política y sexo. Una encuesta indica que la religión en España es cosa de mujeres y personas mayores". Así reza el titular de un artículo en elpaís.es, del pasado día 6. Pues sí, así estamos. Los que nos hacemos llamar católicos cortamos a veces el Evangelio en trocitos, según nuestros intereses. No es que las normas de la Iglesia, jurídicamente hablando, se identifiquen siempre con el Evangelio, ya que pueden ser fruto de experiencias o necesidades jurídicas diversas. Pero sí es cierto que se dictan y proponen con el ánimo sincero de hacer que el Evangelio impregne nuestras vidas. Así, no podemos, no es coherente, decir que vamos a Misa y llevamos a nuestros hijos a religión en el cole, pero luego desoir por sistema lo que la Santa Madre Iglesia propone. También es verdad que no es muy sano aplicar lo que dice porque sí, sin un sano espíritu crítico, o discerniendo por lo menos según nuestras particulares circunstancias. Lo que ocurre es que hay que tener un punto medio: procurar oir y escuchar sinceramente a la Iglesia, a través de sus lugares - Magisterio, Concilios, Homilías, Teología, o el fiel que tengamos al lado -, pero también saber que uno debe ver cómo aplica los consejos o normas a su situación personal, colectiva, familiar incluso. Y ser coherentes. Vivir el Evangelio, "sin glosa" (EP 1).

Cierto es que la Iglesia no debe meterse, como institución, en política, sino que debe dedicarse a despertar las conciencias. Pero si da orientaciones sobre el voto, también es porque sabe lo que dice. Al menos, en el fondo, si es que alguna vez puedan fallar las formas. Yo, como católico, ni siquiera como cristiano de otras iglesias, no puedo votar a un partido que promueva el aborto, por ejemplo. Si acaso, al menos malo en esta materia, que no lo promoverá aunque tampoco hará nada por abolirlo.

En fin, Fidelidad se nos pide, que hace mucha falta.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

ABORTO-VIDA


Ayer noche, al llegar del trabajo a casa, encendí la tele, y me encontré en CNN+ con un debate acerca del aborto. Ambos contendientes de tan repetida pelea se esforzaban en dirimir en qué momento empieza o no la vida tras la concepción. Vida humana como tal, se entiende, constitutiva de un ser humano, valga la redundancia. Porque biológica se sabe que ya la hay. Entonces, ¿qué sentido tiene discutirlo? La vida humana, la que entendemos como algo más que células vivas y órganos interconectados y funcionando, es algo tan serio, tan pleno y tan sagrado (no digo intocable, porque sabemos que hoy día se la atenta continuamente) que no cabe pelearse por dilucidar si la vida empieza en el momento "x" o "y". Nuestra dignidad, la que nos hace sentirnos y ser hombres o mujeres con inteligencia, sentimientos, capacidad de relación, de solidarizarnos, de buscar el sentido a nuestra propia vida, de buscar quién nos creó y nos puso en el mundo, de aspirar a cosas más profundas y cargadas de sentido que la mera vida biológica, no puede arrastrarse en discusiones como la que oí ayer (aunque no dudo de la buena intención de ambos debatientes por buscar la verdad). Es más, debería preocuparnos lo justo, y pensar de una vez por todas en motivaciones y cuestiones realmente trascendentes.


Cabe, además, observar lo siguiente: hoy día, la ley establece el aborto hasta las 12 semanas. ¿A esa altura no hay vida? Yo creo que sí. Es más, el feto está formado y es distinguible su composición: brazos, piernas, tronco, cabeza... No se puede decir que no haya vida. Pero se dice, porque si los abortistas reconocieran que sí la hay, entonces se verían abocados a reconocer que están acabando con una vida humana, ergo están asesinando. Y eso ya les parece inadmisible. Madre mía, cuánta hipocresía. ¿De verdad nos valoramos tan poco que nuestra vida se considera digna de ser vivida en base a discapacidades, enfermedades o porque la madre o el padre no pueden sacrificar su orgullo en pro de una vida que va a nacer? ¿Quiénes somos para poner trabas a una vida humana? Está encadenada, y si no nos damos cuenta de lo hermosa que es en sí misma, con sus buenos y malos momentos, encantos y desencantos, dudas, temores y demás, jamás la valoraremos. Como dijo Juan Pablo II, es la "cultura de la muerte".

domingo, 2 de noviembre de 2008

UN SOLO CUERPO

Ayer celebrábamos Todos los Santos. Hoy, el día de los Difuntos. Son dos fiestas cercanas en tiempo y en esencia. En efecto, ayer celebrábamos nuestra Comunión con todos aquellos que formamos parte del Cuerpo Místico que es la Iglesia, vivos o que ya estén en la Gloria del Padre. Y hoy recordamos en especial a aquellos que ya no están entre nosotros. De todas formas, la Vida del Cristiano tiene que tender a poner, por encima de todo, los valores y las aspiraciones espirituales. Se nos llama a tender a la máxima aspiración: la Gloria del Paraíso junto a Cristo en el Padre. Sí, Cristo, el Cordero Inmaculado, es la cima de toda meta e ilusión nuestra. Y, gracias a la Oración y a la Eucaristía, estamos íntimamente unidos los cristianos de Palma de Mallorca con los de Taiwan. Es una realidad espiritual, individual, que hace que, cuando nos unimos a Cristo por el ejercicio de la Caridad y la Vivencia de los Sacramentos, todos quedamos unidos en Él, Cristo, Esposo de la Iglesia. No se trata, pues de recordar sólo a los canonizados o a aquellos que han hecho el bien, sino de rememorar que la Iglesia, antes que Institución, es Cuerpo Místico, nacido en la Cruz y en el Sepulcro Vacio, constitutivos de una sola realidad: Cristo, el Hijo, que nos ha unido a Él por su Muerte y Resurrección. La Eucaristía nos configura a Él, y en la Misa no se consagra sólo el Pan, sino que el Espíritu nos consagra también a nosotros, y nos une al Pan Místico del Altar.

viernes, 31 de octubre de 2008

LA HOMOSEXUALIDAD Y EL SACERDOCIO

Esta mañana se ha presentado en la Oficina de Prensa del Vaticano el Documento "Orientaciones para la utilización de las competencias psicológicas en la admisión y formación de los candidatos al sacerdocio", que ha publicado la Congregación para la Educación Católica. No lo he podido leer, porque en la Web del Vaticano todavía está sólo en Italiano, y no lo he encontrado en Google. Pero lo que viene a sacar a colación, por lo que he podido leer, es el tema del auténtico y certero discernimiento vocacional de quienes quieren ser sacerdotes. Y doy gracias de que se hayan decidido a publicarlo, porque considero, particularmente, que es necesario, no sólo para el ámbito clerical, sino también para la Vida Consagrada en general.


Los sacerdotes son hombres que entregan su vida al servicio ministerial, y tanto el ejercicio de dicho ministerio como la administración de los Sacramentos y el servicio a los demás que ello conlleva, requieren que la persona sea humanamente madura y equilibrada. Hasta aquí bien, es normal, pensaremos todos. Pero ¿qué pasa cuando el candidato declara ser homosexual? Pues bien, lo mismo que si fuera heterosexual. Es decir, aparte de las eventuales dificultades o pruebas derivadas de la convivencia en el seminario, al candidato homosexual se le debe exigir, a mi juicio, lo mismo que al resto: madurez y equilibrio psicológico, humano, sexual, afectivo. El problema no es la tendencia (hetero- u homo-) sino la capacidad de conducir la propia afectividad a Dios y no a las criaturas. El celibato implica soltería, castidad. Y eso por igual a ambas tendencias. No por ser heterosexual corres menos riesgo de ser pederasta, pensarlo es una barbaridad. Todo radica en cuán integrado estás, y en cuán equilibrado eres. A partir de aquí, lo demás es más fácil y se ve más claro, por pegas y dificultades que haya. Y esto, para el sacerdocio y para la Vida Consagrada, repito.

lunes, 27 de octubre de 2008

LAS VIRTUDES

Francisco usaba mucho la personificación cuando hablaba de las virtudes: "Señora Santa Pobreza", "Señora Santa Humildad"... (cf. Sal Vir). Y es que las contemplaba no como un algo a conseguir, místicamente cosificado, por así decirlo, como si estuvieran allá y fuera necesario luchar para conquistarlas, como un tesoro o un territorio. No digo con ello que no haya que buscarlas, ni mucho menos. Hay que desearlas, y quererlas y procurarlas, puesto que son expresión de la vida de Cristo, de su Encarnación. En efecto, son prácticamente estados de vida, o al menos una forma de vida espiritual, que debe cuidarse, como se cuida a un bebé. Sí, porque se dignaron a acompañar al Hijo de Dios en su vida terrena y, con Él, a tantos hombres y mujeres de Dios. Son, en efecto, expresión de la vida divina. Una persona que es pobre espiritual, o que es humilde, o servicial, o alegre... nos recuerda a Dios. Si lo miramos bien, son frutos de la Vida Espiritual. Hay que pedirlas, pero no hay que centrar esfuerzos inútiles en adquirirlas, es decir, serán expresión y consecuencia de nuestra fidelidad. Pero sí que uno debe esmerarse día a día en cultivarlas y, ya digo, pedirlas, porque son Gracia. Son consecuencia y fruto de una búsqueda, y don a la vez. No vale con la mera frase "bueno, ya vendrán, yo me dedicaré a rezar". No, ya dije una vez que la oración da sus frutos, entre otras cosas, cuando somos vigilantes y procuramos hacerla fructificar. Dios nos concede Dones, pero pide nuestra colaboración, puesto que la dignidad de la virtud se concede a los que son amigos íntimos de la Trinidad. Y cuán dignas serán la Pureza, la Obediencia y la Pobreza cuando, en la Anunciación y la Encarnación se dignaron a recibir al Hijo de Dios en la Tierra, cual enviadas del Padre a recoger el regalo más preciado que se haya podido dar jamás a la Humanidad.
¡Santísimas virtudes!, a todas os salve el Señor, de quien venís y procedéis. (Sal Vir 4).

lunes, 20 de octubre de 2008

LA NOCHE

Ayer cogí, antes de acostarme, el libro "El Hermano de Asís", de Ignacio Larrañaga, y releí el trozo en el que el autor expone la intensa y espinosa problemática a la que se enfrentó el Hermano cuando los notables y sabios de la Orden querían organización, estudios, y una regla de las ya aprobadas por la Iglesia (San Agustín, San Bernardo, etc.).
Me conmovió ver cómo la única motivación de Francisco para oponerse a toda organización, seguridad, estudio o privilegio era la Voluntad de Dios. Sí, Dios mismo le había confiado una forma de vida, y era la que se tenía que vivir a la letra, sin glosa (cf. EP 1). En efecto, Francisco sólo quería vivir la misma vida que Cristo vivió y que conocemos, el Evangelio. No había más. Me conmovió también cómo escuchaba al Cardenal Hugolino, Guardián de la Orden y representante papal a todos los efectos. Escuchaba, reflexionaba... pero no podía menos que defender la Norma y Vida que "el mismo Altísimo me reveló". Mi pregunta es si nosotros tenemos esto tan claro, y si sabemos vivir y luchar dando preferencia a lo que sabemos que Dios quiere de nosotros, o si lo hacemos a un lado y decimos "esta regla es muy dura, que la haga para él, no para nosotros". Francisco fue fiel a todo, incluso por encima de la tentación de seguridades, privilegios, estudios... ¿Somos capaces de vivir, como él, de la Providencia, cogidos de la mando de Dios?

miércoles, 15 de octubre de 2008

¿POR QUÉ?

¿Por qué si Jesús fue pobre no nos gusta y hasta nos asusta la pobreza? ¿Por qué tantas veces, antaño, la Iglesia rechazó esta virtud, buscando glorias, prestigio y posesiones terrenas? ¿Por qué quienes estamos llamados a vivirla de alguna forma nos resistimos tanto? ¿Por qué no nos damos cuenta de que sin ella no habríamos tenido Encarnación ni, por tanto, Salvación ni Resurrección? ¿Por qué no vemos que los santos también la vivieron, todos sin excepción, de una forma u otra? ¿Por qué no pedimos al Señor que nos conceda el Don de abrazarla? ¿Por qué? "El Amor no es Amado", decía Francisco. Y "Bienaventurados los Pobres de Espíritu..." proclamó Cristo. Lo único que cuenta es que busquemos vivir la misma vida de Cristo, en la medida de nuestras posibilidades, y de lo que Dios nos pida.

martes, 14 de octubre de 2008

EL ESPÍRITU DE ASÍS


Día 27 de este mes celebramos, en la Familia Franciscana, el ESPÍRITU DE ASÍS. Es, como dice pazybien.org, "un impulso al encuentro que inauguró el Papa Juan Pablo II el 27 de octubre de 1986 en el Encuentro Interreligioso celebrado en la ciudad de Asís, cuando respondiendo a su llamada, rezaron y ayunaron juntos ciento cincuenta representantes de las doce principales religiones del mundo". Es el espíritu ecuménico y de Paz que brota del corazón y el mensaje de Francisco. Si lo menciono ahora, y no espero a día 27, es porque pienso que, al ser fruto del Espíritu, esta fiesta debe vivirse desde la oración, que nos lleve al encuentro con los demás, empezando por los que tenemos en casa. Es un salir de uno mismo, un abrir la mano, acoger a todos.

Francisco fue, sin lugar a dudas, uno de los hombres más libres que ha conocido la Historia de la Iglesia. Desposado con Dama Pobreza, supo vivir, desde el amor a ella, la disposición a la acogida de todos. En todo veía un Signo de la Providencia, una ocasión para el Encuentro con Él. Y esta actitud de acogida, de no exigir nada, de no esperar nada, le convierte en el hombre ideal, que, como Cristo, da a todos por igual.

domingo, 12 de octubre de 2008

CELIBATO OPCIONAL, ¿SÍ O NO? (II)


De todos modos, se acabó generalizando, y quien tiene vocación sacerdotal sabe que compromete su vida al celibato.

Hoy día, el problema acerca del celibato sacerdotal radica, básicamente, en la defensa a ultranza del o del no, como si de un derecho se tratara. En efecto, ni es un derecho inalienable el celibato opcional, ni, por otro lado, se debe considerar que la virtud radica sólo en ser cura y célibe. Las posturas opuestas chocan, y no se puede encontrar así, jamás, un acuerdo. La Iglesia mantiene el celibato, si bien hay una tendencia cada vez más generalizada a plantearlo como opcional. Y por el otro lado, están quienes, aprovechando su oposición sistemática a la Iglesia, lanzan dardos con el tema de la opcionalidad, como verdaderos oportunistas, pensando quizá que así el debate será más desestabilizador, y se impondrá una liberalización acerca del tema. Y lo reclaman como un "derecho", cuando estamos hablando de vocación, y ésta es Don, no derecho.

En mi opinión, no creo que un sacerdote lo sea menos, o vea mermadas sus facultades y su disposición por el hecho de casarse, como tampoco creo que el celibato opcional solucione los problemas que causa la falta de vocaciones. Así, pienso que, al ser el celibato un tema más humano que espiritual, no pasaría nada si se optara por hacerlo opcional.

Sin embargo, mientras la Iglesia lo mantenga, Fidelidad y Obediencia a nuestros pastores es lo que se nos pide, y no "hacerles la cama" como si el hecho de que no se cambie la postura fuera una actitud reprobable o destinada a fastidiar al personal. Ni mucho menos, sino como decía Francisco, "son mis señores". Ayudemos a la Iglesia a discernir qué es mejor en cada tiempo y época, y cuáles son las mejores decisiones a tomar. Debemos rezar mucho por ellos, y no generar división ni desconfianza.

sábado, 11 de octubre de 2008

CELIBATO OPCIONAL, ¿SÍ O NO? (I)


Me propongo hoy tocar un tema un tanto delicado, al menos para muchos católicos de hoy día.

Antes que nada, aclarar que el celibato no tiene nada que ver con el Voto de Castidad de los Religiosos/as y Consagrados/as. El Celibato lo define la RAE como "soltería", "estado de soltero". En cambio, el que profesa un voto de castidad se da en todas sus potencias y quereres a Dios. El soltero, sencillamente, opta por no casarse (de hecho, los sacerdotes no profesan "votos" como tales, sino promesas).

Bueno, en el I Concilio Laterano de 1123 se estableció el Celibato de los clérigos, en cualquiera de sus ministerios. Por tanto, vemos que se trata de una cuestión de tradición y de ley. También hay que decir que hasta tal fecha, el celibato se vivía como una opción muy estimada y valiosa, por hacer más libre para el Reino a quien optara por el mismo. Así que el Concilio lo reglamentó y lo generalizó no por fastidiar, sino porque se dio cuenta de que era algo muy vivido y apreciado en la Iglesia, si bien no lo vivían todos, y su aplicación precisó de tiempo, paciencia y prudencia, pues la conciencia general era la de un celibato opcional, y no todo el mundo estaba preparado.

miércoles, 8 de octubre de 2008

SANTOS, SANTIDAD...

Después de la fiesta de San Francisco, he hablado con alguien sobre la santidad, conversación que quisiera compartir.
Esta persona me decía que Santo lo es sólo Dios, y que no debemos hacer santo a nadie, ni tampoco considerarlo como tal. Yo le dije que la Santidad es verdad que sólo corresponde a Dios, hasta ahí podríamos llegar. Pero el hecho de llamar a alguien "santo" (del latín sanctus, que significa sagrado, y "sagrado" según el Diccionario de la RAE en su primera acepción es: "Digno de veneración por su carácter divino o por estar relacionado con la divinidad") significa dos cosas: o bien que ha sido propuesto como modelo a seguir en el camino del cristiano, y para ello ha sido canonizado (del latín canon, que significa regla, ley, norma - lo cual nos dice que la Iglesia ha agregado a tal persona al elenco normativo, por así decirlo, de personas que se pueden venerar como modelos de cristianos), o bien que ya está en la Gloria, junto a Dios y en Él, y por ello es Santo como Él lo es, puesto que ya es uno con Él. O sea, que San Francisco, por ejemplo, es Santo porque en vida entabló una relación especialísima con Dios (lo mismo vale para Santo Domingo o San Agustín, por ejemplo). Y, además, lo es porque ya está en la Gloria. Pero es que además nos ha dejado una vida a seguir para buscar a Cristo.
En definitiva, después de tanto rollo: Santo es sólo Dios, pero nos podemos asociar a su Santidad, faltaría más. De hecho, Francisco se hizo uno, igualito y calcadito con Cristo. Por tanto, es un "pedazo de ejemplo". PAZ Y BIEN.

sábado, 4 de octubre de 2008

HOY, DÍA DE SAN FRANCISCO


Hoy, este Blog y un servidor están de fiesta, igual que miles de personas en el mundo. Y es que celebramos la Fiesta de Nuestro Padre San Francisco de Asís. Ayer por la tarde celebrábamos su Tránsito de este mundo al Padre. La Hermana Muerte vino a buscarle cuando, como dice el biógrafo Tomás de Celano, fueron "cumplidos en él todos los misterios de Cristo". Creo que es la frase que resume la Vida y la Grandeza de este hombre, de este SANTO.


En efecto, su Fidelidad tuvo expresión diaria, continua, permanente, en caminar los mismos pasos de Cristo. Imitó su Vida, llevó a la perfección el Evangelio, se entregó a los demás como hizo el Señor. Recordaba asiduamente sus Palabras, "odoríferas palabras", decía Él. Y, así, su ser, su naturaleza, se iban conformando a la de Cristo, porque siempre le buscó por encima de todo. Y fue un segundo Cristo. En el vídeo que os he dejado más arriba es lo que trato de reflejar. Al final de su vida, su semejanza con Cristo ya no era semejanza, sino identificación, incluso en el cuerpo, no como algo sensacional, sino consecuencia del Amor al Crucificado.


1226 años después de la Encarnación del Señor, Francisco volvió a hacer visible la Revelación de Dios. Recordó al mundo que el Evangelio hay que vivirlo; que Cristo vino, se hizo pobre y murió crucificado por nosotros; que pidió que nos amáramos, que fuéramos pobres, fiándonos del Padre; que predicáramos a todos la Salvación. Sí, Francisco revivió los Misterios de Cristo, y por eso su figura resulta tan atractiva: porque llama a seguir a Cristo, porque de alguna manera, en el Poverello vemos a Cristo, tal cual, sin cataplasmas. Y no es presunción, sino el ejemplo acabado de lo que todos deberíamos vivir, de lo que todos deberíamos ser. Francisco vivió lo que Cristo pidió, y por eso reflejó tan perfectamente a Cristo. "Y haremos en él habitación y morada". Vaya morada, vaya habitación, que dejaba traslucir perfectamente a su huésped, el Crucificado.

jueves, 2 de octubre de 2008

ÁNGELES CUSTODIOS


Hoy celebramos la fiesta de los Santos Ángeles Custodios. Creencia antiquísima, que ya profesaban Orígenes y San Jerónimo, entre muchos otros. Y es que no es una novedad del cristianismo, sino que ya en la tradición veterotestamentaria aparecen estos seres sirviendo a Dios y ayudando al hombre. Véase el libro de Tobías, los Salmos, Judit... así como la continuidad en el Nuevo Testamento: la Anunciación, por ejemplo, y citas puestas en boca de Jesús.

Así pues, los ángeles los concebimos como seres puros, que moran siempre en presencia de Dios, y a los que Él envía para que nos asistan. De hecho, en griego angelos significa mensajero.

Y creo que es una Gracia más de todas las que Dios nos concede el poder contar con ellos. En la Porciúncula, sin ir más lejos, Francisco tenía presente la presencia de María, con los ángeles de Dios. De ahí que se llamara Santa María de los Ángeles, actualmente nombre de la Basílica y del pueblo en que radica, dependiente éste del Comune de Asís.

Y ¿qué decir de los Custodios? Pues, primero, que están allá para hacernos compañía, indudablemente, de forma que nunca estamos solos. Y segundo, que nos asisten de veras. Como muestra un botón: a mí mi Ángel de la Guarda me ha servido más de una vez como despertador. Sí, pedirle que me ayude a despertar a la hora que toca, y ver cómo te despiertas a esa hora. En fin, es un ejemplo, y no son magos ni criados a nuestra disposición, pero sí que son como el aliento de Dios permanentemente exhalado en nuestra cotidianeidad.

martes, 30 de septiembre de 2008

NOS DAN LA RAZÓN


El Mundo publica hoy, en su web, que el Supremo ha estimado el recurso del Arzobispado de Valencia, por lo que exime a la Iglesia de anotar en los libros de Bautismo que se ha solicitado apostatar. De esta forma, creo que ganamos en equidad y sentido cmún. Primero, porque el hecho de apostatar no te borra de la Iglesia Católica, puesto que los libros de registro son eso, libros que registran hechos acaecidos hace equis tiempo. Y segundo, porque uno no es más ateo o antieclesial por pedir la cancelación de sus datos. Y es que la cuestión de fondo es: ¿soy católico por haber sido bautizado? Hombre, pues en principio no, y me explico. Si te bautizaron de pequeño, eso no implica necesariamente que, una vez adulto elijas vivir cristianamente. Es una opción libre. Lo que pasa es que tus padres sí escogieron incorporarte al Cuerpo Místico de Cristo y, por ende, de la Iglesia. En este sentido sí eres católico y, por mucho que te empeñes, seguirás siendo uno más de la Iglesia, al menos en sentido místico-espiritual. Y, claro, esto último no todo el mundo se lo cree. Es una pena, pero es así. Esto me lleva a dar gracias a Dios por el Don de la Fe.

Con todo, una victoria (terrena, pero un caramelo después de todo). No por retener datos de nadie, o por evitar que nos obliguen a modificar los libros de Bautismo, ni siquiera por evitar que la tradición histórica de la Iglesia quede a expensas de decisiones judiciales, y del resentimiento de tantas personas que, con más o menos válidas razones o motivaciones, desean ponernos en evidencia. Así, queda la puerta abierta para que, quien quiera, vea que el Bautismo es algo mucho más profundo que una mera inscripción registral.

PAZ Y BIEN.

sábado, 27 de septiembre de 2008

LOS DESHEREDADOS MOLESTAN A LA SOCIEDAD


Creo que a todos nos ha ocurrido más de una vez cruzarnos por la calle con un drogadicto, un pobre que nos pide limosna, un alcohólico, o algún discapacitado mental y sentir al menos ganas de pasar rapidito y con un cierto temor o ganas de no implicarnos y girar la cabeza para otro lado. Sí, los desheredados de la sociedad molestan a la sociedad, y son muchos, por desgracia. Así, si nos piden limosna, o no damos, o damos poco, o incluso conozco gente que les espeta "hay trabajo, busca uno", como si supiéramos la historia de tal persona, y tuviéramos algún derecho de juzgarla o decirle lo que tiene que hacer.

En Palma hay, desde hace meses, una polémica en torno a un centro de transeuntes que el Ayuntamiento quiere ubicar en la zona de Es Molinar, debido a que el centro actual ocupa espacio del futuro Palacio de Congresos. Serán desplazados por un edificio público. Creo que a los políticos les importan poco los colectivos más desfavorecidos, pero en fin. El problema está en que los vecinos de El Molinar no quieren a estas personas a su lado: tienen miedo, porque creen que provocan disturbios, violencia, suciedad, etc. Y no los quieren. Incluso se publicó que algunos opositores a este Centro amenazan a aquellos vecinos que no lo hacen. Les molesta también que el Ayuntamiento, tal y como habían acordado, no lo consultara con la vecindad.

Pues que queréis que os diga, qué pena. Gente asentada, que vive bien, sin alardes pero bien. Gente trabajadora, que no le falta el pan, aunque sus problemas tendrán, claro. Pero es gente que debería dar gracias de, por lo menos, tener casa, trabajo y pan para comer. Y les molestan aquellos que tienen graves problemas personales, de salud, de adicciones. Molestan porque pretenden que sean como ellos. Pretenden que no generen conflictos, cuando su vida es un conflicto. ¿Por qué nadie se pone de parte de los pobres? ¿Por qué molestan? Es más, ¿qué nos molesta? ¿Su aspecto? ¿Su olor? ¿Su incapacidad de llevar una vida normal, por la que luchan? Lo más gordo es que dicen que es su derecho a estar tranquilos. Pues vaya sociedad, que va de solidaria, pero que rechaza a los predilectos de Dios, aquellos que nada pueden ofrecer, sino pedir. Y entre ellos habrá gente que vaya a Misa. Cristo fue un mendigo, y no trabajó mientras llevó una vida pública. ¿Y por qué no ver en estos pobrecillos la imagen de Cristo que pide ayuda, que dice "tengo sed"? Ojalá los vecinos de El Molinar no se vean nunca en tal situación. PAZ Y BIEN.

martes, 23 de septiembre de 2008

QUIÉNES SOMOS




El Catecismo de la Iglesia Católica dice, en el punto 2267, que el recurso a la pena de muerte no se excluye en cuanto suponga el único camino posible para "defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas".


Es este un tema delicado, y sobre el que nadie se pone de acuerdo. Unos dicen que es una pena necesaria y que en ocasiones merecen los asesinos o criminales, y otros decimos que todo el mundo, incluso los señalados como "malos", merece vivir.


Y es que antes de posicionarse como defensor o detractor de la pena de muerte, cualquier persona - creyente o no -, debe preguntarse si en verdad hay alguien con derecho de juzgar vida o muerte sobre otro individuo. Y es que la aplicación de tan extremo castigo se justifica, normalmente, por el bien común o, menos delicadamente, se dice que tal persona "merece morir". Yo creo que todo el mundo merece vivir. Los asesinos, sus víctimas y el vecino del 3º. No somos nadie para opinar que alguien merece morir, porque en ese momento nos convertimos en jueces, y creemos tener la facultad de poder hacer lo mismo por lo que tal o cual criminal ha sido apresado y juzgado. Él no puede matar, y está mal, y debe ser castigado. Pero el Estado sí puede. ¿Por qué? Está claro, a mi juicio, que en el fondo de todo está la venganza y el odio a esa persona que ha quitado la vida a mi hija, a mi madre o a la hermana de mi amigo. Son sentimientos que, aun malos y desechables en si mismos, se entiende que salgan en tales circunstancias, y Dios me libre a mi de tenerlos algún día. Pero no por inevitables legitiman a cometer el mismo delito, por muy legal e institucional que se precie.


Bien dice la Cita del Catecismo que es sólo aplicable cuando no hay otra forma de garantizar la vida y el bienestar de la comunidad. Pero es que estos casos nunca o casi nunca se producen. Así lo reconocía Juan Pablo II en su Encíclica Evangelium Vitae, sobre el Valor y el Carácter Inviolable de la Vida Humana, 56, del 25 de marzo de 1995: "Hoy, sin embargo, gracias a la organización cada vez más adecuada de la institución penal, estos casos son ya muy raros, por no decir prácticamente inexistentes".


Y es que Dios hace salir el sol sobre buenos y malos, y no podemos caer en la grave y profunda contradicción de dejarnos llevar por la misma motivación de un criminal: el odio, la venganza, el rencor. Hay personas a las que les es muy difícil perdonar que les abollen el coche, como para pedir que se perdone un asesinato, pero la verdad prevalece sobre nuestras limitaciones, debilidades y contradicciones, por justificadas que sean.


Un Estado que pretenda ser garante de los Derechos Humanos, de la vida, el respeto al otro, la dignidad, la solidaridad... no puede ni debe fomentar, ni con leyes ni a través de instituciones, el uso de la pena de muerte, pues el hombre así jamás se superará, y será como un animal que te ataca si le tocas las crías. Cada hombre vale más que mil pajarillos, y debe ser valorado como imagen de Dios, por manchada que esté. Quiénes somos para eliminar una imagen del mosaico del Creador.

lunes, 22 de septiembre de 2008

FIDELIDAD A LOS OBISPOS Y A LA IGLESIA


San Francisco, en muchas ocasiones, insistía a sus hermanos que fueran "católicos", es decir, vivieran sometidos a la Santa Madre Iglesia. También les hablaba del honor que debían tributar a los sacerdotes por el Oficio que ostentan de Administrar las Palabras del Señor y su Cuerpo y Sangre, y no tanto por lo que son, si se encontraban con sacerdotes pecadores. "Y no quiero advertir pecado en ellos, porque miro en ellos al Hijo de Dios y son mis señores" (Test 8-9).

Creo que hoy día, y dada lo necesitada que está la Iglesia de aliento y esperanza, los católicos de a pie, y sobre todo los que somos franciscanos, tanto frailes como monjas o seglares, debemos aplicarnos mucho en vivir estas palabras de Nuestro Padre Francisco. Y es que ayer, topando casualmente c0n su Web, leí una entrevista que le realizaron al Padre Fortea, el conocido exorcista español. Me alegraron y llamaron la atención las respuestas que dio a dos preguntas que le realizaron. En ellas le preguntaban qué pensaba de los Obispos españoles, y contestó enumerando virtudes, humanas y espirituales. Se limitó a alabarlos y manifestar fidelidad a ellos.


Podría haber contestado, como hacen muchos sacerdotes, arramblando con lo que pensaba acerca de los mismos, o quejarse de algo concerniente a su gestión, cuidado pastoral o lo que fuera, y no lo hizo. Por caridad con ellos, porque los quiere, o porque en efecto no encontraba falta en ellos. Lo que sea, pero el Padre Fortea no es franciscano, y a mí me dio una lección. Y es que lo tenemos fácil para criticar, opinar, y hasta poner en duda la fama de tal sacerdote o tal obispo, o incluso hay que oir de todo del Papa mismo. Ojalá aprendamos a quererlos, tapar sus defectos (ojo, no sus delitos o abusos, estos hay que denunciarlos), corregirlos fraternalmente, acogerlos con cariño y no difamarlos, sobre todo delante de aquellos que puedan oirnos y llevarse un mal ejemplo.

domingo, 14 de septiembre de 2008

HOY, DÍA DE LA ESTIGMATIZACIÓN DE SAN FRANCISCO


Hoy, 14 de Septiembre, en la Familia Franciscana celebramos la Estigmatización de San Francisco (aunque litúrgicamente se mueve al 17 para no hacerlo coincidir con la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, que la Iglesia celebra desde antiguo). Sí, hoy es día de meditación y recuerdo del Misterio acaecido en la Verna aquel 14 de Septiembre de 1224. Lo que allá ocurrió se nos narra en Consideraciones III .


Hay que anotar que fue Francisco el primer Estigmatizado de la Historia, si bien no es más que un dato. Lo que de verdad cuenta y lo que de verdad a mí particularmente me impresiona es que estamos ante una escena que marca el culmen de la Vida Espiritual de Francisco. Es la cima, el no va más. El Poverello había seguido fielmente los pasos de Jesús, y se fue identificando con Él, poco a poco, día tras día. Se entregó sin reservas. Amó a Jesús antes que a nadie, y amó a sus hermanos por encima de todo. Al abrazar la Pobreza de Cristo, abrazó a Cristo, y ya nunca se desprendió de Él. Por eso aconsejaba siempre el Camino de la Povertà. Fue un hombre extraordinario porque fue fiel como ninguno. Siempre buscó estar unido a Jesús. Lo amó con pasión, identificándose con sus Misterios. Fue señalado con gracias singulares del Señor. Se olvidó de si para llevar las "odoríferas palabras del Señor" (1 Cta F, 19) a los demás. Predicó, ayunó, oró, vivió la Pobreza y la Obediencia, la Fraternidad, la Humildad... fue un varón santo, y tal fue su Encarnación de los Misterios de Cristo, que fue uno con Él. Por ello, Cristo le otorgó sus mismas marcas, le concedió el Don Visible de la Gracia Invisible. De aquí que, como alguien señaló una vez, Francisco fue Eucaristía, porque Cristo se Encarnó en Él, descendió de los Cielos y transformó a Francisco en su viva y perfecta imagen. Por ello no dejamos de lado la Fiesta de la Santa Cruz, puesto que ambas celebraciones van íntimamente unidas. Cristo Crucificado, va de la mano de Francisco Crucificado, que siguió sus mismos pasos hasta la Cruz.

La Verna es, desde ese día, Monte Santo, parangón del Gólgota. Y el mundo conoció cómo alguien puede, y no es entelequia, identificarse con Cristo, ser uno con Él.

lunes, 8 de septiembre de 2008

UN SOLO SEÑOR, DISTINTAS FORMAS DE POBREZA.


En la vida de la Iglesia se hallan numerosas formas de vivir la Pobreza y de encarnarla en distintas formas de vida de seguimiento de Jesucristo. Ya en Hch 4, 32 – 35 hallamos esta primitiva forma de pobreza, modelo de las posteriores formas de vivirla comunitariamente: “La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo era en común entre ellos.Los apóstoles daban testimonio con gran poder de la resurrección del Señor Jesús. Y gozaban todos de gran simpatía.No había entre ellos ningún necesitado, porque todos los que poseían campos o casas los vendían, traían el importe de la venta,y lo ponían a los pies de los apóstoles, y se repartía a cada uno según su necesidad”. Sería esta una forma de continuidad con la vida que hasta el momento habían llevado los apóstoles con Jesús: lo habían dejado todo, y vivían de lo que la gente les quería dar, es decir, vivían de la mendicidad. “Jesús iba recorriendo ciudades y aldeas predicando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres a las que había curado de espíritus malos o de enfermedades: María, por sobrenombre Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de un administrador de Herodes, llamado Cuza; Susana, y varias otras que los atendían con sus bienes”. (Lc 8, 1-4). Vivían, por tanto, de la Providencia. De hecho, en los Evangelios nunca se habla de que ni Jesús ni los Doce trabajaran. Sencillamente, se dedicaban en cuerpo y alma a la Predicación del Reino de Dios, al anuncio de la Palabra. Esto, desde los primeros momentos postpascuales, fue una forma de vida que atrajo a muchos anacoretas, eremitas, a los mismos apóstoles, a Padres de la Iglesia… y que, por tanto, la abrazaron: vivir dedicados a la Vocación recibida, sin posesiones, sin seguridades materiales… sólo dependiendo de Dios Padre. Al surgir los monasterios, éstos organizaron sus vidas, siempre de acuerdo a las reglas que iban saliendo (San Benito, San Agustín, San Bernardo…) de forma que los bienes los entregaban los nuevos monjes a la comunidad, de manera que todos disponían de ellos. Es decir, dabas tus posesiones, pero no te faltaba de nada.

Esto fue un punto distintivo de la vida de Jesús, a la vez que lo fue la vida de las primeras comunidades cristianas, que ya hemos explicitado en el texto de Hechos. ¿Por qué? Pues porque Jesús no se preocupó, en toda su Vida Pública, del alimento, de la ropa, de la vivienda… De nada. Ni siquiera para nacer se buscó nada, sino que se puso en manos del hombre. La Pobreza que marcó la vida de Jesús fue, por tanto, una Vida de abandono total en la Providencia del Padre, dedicando cuerpo y alma a la propia vocación. Sin embargo, en Hechos vemos que la gente entregaba los bienes y se distribuían. Bravo, pero era algo ya nuevo. Jamás los Doce tuvieron tanta seguridad de que comerían, o de que tendrían con qué vestirse, pues ya no era un mero abandono, sino que los bienes eran seguros, por así decirlo. Lo cual no quita ningún mérito, al contrario: la gente más pobre era equiparada a la menos pobre, y a nadie le faltaba lo necesario. Realmente se compartía.

Otro aspecto a recalcar y analizar es la intención con que se abrazaba la Pobreza, y que según cual sea distingue unas órdenes de otras, a unos santos de otros: ¿Abrazo la Pobreza como forma de vida para llegar a Jesús purificándome y ejercitando mi Confianza, Abandono…? o ¿Abrazo la Pobreza partiendo de que Amo a Jesús, y quiero vivir como Él, por Amor a Él, no esperando más que la Vida Eterna?


Y es en el S. XIII cuando aparece la Forma de Vida de Francisco. El Poverello, en efecto, vive un proceso de conversión que le lleva a identificarse con los pobres, porque es lo que le lleva a identificarse de facto con Jesús, que pasó por el mundo viviendo abrazado a la Pobreza, sin confiar más que en el Padre. Esta forma de vida es la que le fue revelada en la Misa en San Damiano, en la que descubrió cuál debía ser su manera de vivir, y la de los que vinieran después. (TC 25; TC 29). Los textos evangélicos Mt 19, 21; Lc 9, 3; Lc 9, 23 le sirvieron no sólo de inspiración a él y a los primeros hermanos, sino que cobraron valor normativo para la Orden que iba creciendo: “La vida de los hermanos menores es ésta: vivir en obediencia, en castidad y sin nada propio” (1R, 1). (Cito la Regla no Bulada porque es, para mí, la que debería haber sido Bulada, al expresar más fielmente lo que Francisco llevaba en su corazón). Pues bien, se puede observar lo siguiente:

1. Francisco volvía, como consecuencia de su experiencia de encuentro con Cristo, a la forma de vida que Cristo mismo quiso para si en la tierra.
2. Francisco establecía así un signo, una ruptura respecto de las anteriores maneras de vivir la Pobreza. La frase sin nada propio dejaba claro que en los conventos nada se debía poseer, ni en privado ni en común, sino que los hermanos debían salir a pedir limosna, o bien trabajar, pero nunca a cambio de dinero, sino del sustento del día. Es más, los conventos debían ser lo más humilde posible: nada de casas, sino humildes casuchas de maderas y barro.
3. En la Regla dejaba claro que el aspirante a entrar en la Orden debía vender todas sus cosas y distribuirlo todo a los pobres (1R, 2). Asimismo, la Orden nunca debía recibir dinero (1R, 8; 1R, 9).


Así, Francisco engendró una familia de hijos espirituales que debía contentarse con tener sólo a Cristo.

PAZ Y BIEN.

jueves, 4 de septiembre de 2008

POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS

Cuando vas a Asís te das cuenta de la repercusión que ha tenido a lo largo de la Historia (y sigue teniendo) la Vida de Francisco y Clara, así como la de los Primeros Compañeros del Santo y Primeras Hermanas de Clara. Es bonito ver a grupos de jóvenes y no tan jóvenes que se dejan llevar por la atracción espiritual que tan fuertemente ejercen ambos Santos. Pero bueno, ¿qué hicieron?, puede preguntarse uno. Para los que somos sus Hijos está muy claro: San Francisco fue la Viva Encarnación de Cristo, fue otro Cristo, y he aquí un motivo, entre otros si bien el principal, por el que la gente no puede resistirse a su figura. Y Clara fue su plantita: es decir, su vida espiritual era una ramificación de la de Francisco, por lo que de él dependía.
Y es que Francisco, como ya he dicho en otras ocasiones, no hizo sino responder en fidelidad al Señor, "sin reservas". No se quedó nada para si mismo. Y dio fruto, fruto abundante. Su vida manifestó lo que su vida interior era: morada de la Trinidad.

lunes, 25 de agosto de 2008

HASTA PRONTO, ASSISI





Pace Bene a todos. Ya hemos vuelto de Assisi, :-(

Han sido casi 10 días de vacaciones que he disfrutado de verdad. Ir allá siempre es especial, pero cada año es distinto, no sé, es difícil de explicar, pero Dios siempre te da un motivo nuevo por el que disfrutar de aquello. Todo ha sido especial: el hotel, las comidas, el rezar aquí y allá, la presencia de Francisco, la Gracia de Dios que te acompaña por donde vas... y es que los frutos de Francisco son allá muy patentes, y se notan allá por donde vas. Porque a Assisi vas a encontrarte con Dios, a mirar dentro de ti, a ver qué necesitas cambiar para estar más cerca de Él, y Francisco te ayuda a ello. Vas a disfrutar espiritualmente, pero también se te regala disfrutar de todo. Y, cuando no es Asís, es Fonte Colombo, La Verna, Greccio, Le Carceri... Un día os tengo que hablar en particular de estos sitios, porque vale la pena.
Francesco es allá muy querido, y todos los que visitan Santa María y Asís quedan prendidos de lo grande que es el Espíritu de Asís. Francisco y Clara dejaron una impronta tan fuerte, que es imposible no percibirla en cuanto llegas. Es la Città de la Pace, la referencia para muchísimas personas en este mundo. Es una ciudad en la que muchísimas personas de todo el mundo buscan Luz, Paz, Orientación en sus Vidas.... o simplemente rezar. Y sabes que tienes eso en común con los que allá están. También hay mero turismo, por supuesto. No sé qué más deciros de Assisi, porque hay que ir allá para experimentarlo. Hay que estar en la Porci, en el Sacro, ir a Vísperas a San Damiano... para experimentar lo que, a cada cual, Dios le quiera regalar. Pero todos tendremos en común esto: aquello es Tierra de Dios, y quien va quiere y necesita volver.