BUSCADOR CATÓLICO

martes, 25 de noviembre de 2008

La Memoria

Con este Gobierno, la verdad es que estamos de vuelta con la Historia más reciente de España. Guerra civil y Dictadura de Franco, en lugar de formar parte de nuestro pasado común, son fuente de discordia y separación. Parece que no se ha aprendido a superar el clima de crispación previo a la Guerra.
La Ley de Memoria Histórica, Histérica diría yo, tan sólo ha servido para poner de manifiesto una cosa: no somos un país que sepa seguir adelante y evolucionar. Es innegable que hubo gente que murió, durante y después de la Guerra, víctima de represión política. Pero también la hubo, y mucha, durante la República y durante la Guerra, que murió a manos de los republicanos. Eso nadie lo dice, pero yo tampoco lo voy a reivindicar aquí. Hay cientos de casos como los de mi tía monja, que estuvo a punto de morir fusilada por republicanos, sólo por ser religiosa. Y cientos que murieron, fusilados, torturados o sabe Dios cómo.
Aunque, de verdad, todo esto, después de todo, carece de importancia. Que Dios sabrá perdonar a los culpables respectivos. Lo que es esencial es que sepamos caminar adelante y, como dice el Presidente de nuestros obispos, Rouco Varela, olvidar a Franco y saber perdonar. Unos hechos tan desgraciados como los que se dan en una guerra, y otros muchas veces cuestionables como en la Dictadura (uso "Dictadura" en sentido técnico, no despectivo) generan división, pero debemos ser más listos y mirar hacia delante, sabiendo que ambos bandos compartieron culpas, y que si Franco murió, Carrillo sigue vivo (ay, esas religiosas y esos curas que le sufrieron...).
Doy gracias por las palabras de Rouco Varela, pues representan lo que debe ser un espíritu católico: reconciliación y paz.
"Loado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor,y soportan enfermedad y tribulación; bienaventurados aquellos que las sufran en paz, porque de ti, Altísimo, coronados serán". Estas palabras de Francisco pusieron paz entre el Podestá y el Obispo de Asís. Sólo es posible vivirlas si se está en una actitud de acogida espiritual, de oración, de Pureza, de sencillez, dejando a un lado el orgullo, el rencor y esas actitudes de "Memoria Histórica" que tanto separan en vez de unir. Menos buscar resarcimientos y más mirar porque todos podamos convivir expresando nuestra religión (otros su ateísmo o agnosticismo) de forma pública, sin problemas. Eso sería Memoria Histórica: acordarse que la religión cristiana lleva 1.700 años guiando el desarrollo de Europa.

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