BUSCADOR CATÓLICO

viernes, 30 de noviembre de 2007

LO HA DEJADO TODO POR DIOS


Ayer, para nosotros los cristianos, hubo una buena noticia: Mercedes Aroz, Senadora por el PSC, dejaba la Política porque se había convertido al cristianismo. Ha sido la senadora más votada en la historia de la democracia española. Y lo deja, porque ha oído otra Voz: la de Cristo. Y, por ello, no puede seguir defendiendo en la Cámara Baja las leyes que su partido propone, puesto que atentan contra la vida y la dignidad humanas. Es una muy buena noticia. Como decía ayer Fernando Ónega en Onda Cero: "es como las tentaciones del desierto. Todo esto te daré, prestigio, buenas posiciones en las listas... si me adoras. Y ella ha preferido oír la voz de su Pastor". Creo que, con el ejemplo de esta mujer, deberíamos plantearnos si en nuestro día a día estamos dispuestos a dejar nuestras preferencias en un segundo plano, relativizándolas según Dios. ¿Moriríamos por Él?

miércoles, 28 de noviembre de 2007

BÚSQUEDA


Debido a algunos acontecimientos que he podido observar, pensaba hoy en lo largo que a veces puede hacerse el camino de búsqueda de Dios, del Infinito, de la Cabaña en el Tabor que tanto deseamos, aunque a veces la misma vida espiritual exija salir de ella y bajar otra vez a la ciudad o al mismo Getsemaní. Pero es la Cabaña que queremos habitar, y que nuestra alma desea, ansía, necesita, porque está cerca de la Gloria, de Jesús - Cristo, siempre manifestado a nuestras vidas como una fuente de Paz, Amor, Gozo, Eternidad... Nos podemos pasar años buscando a Dios y un día darnos cuenta de que en realidad no le buscábamos tanto a Él como al hecho mismo de habitar la cabaña del Tabor porque en ella se está bien, sencillamente, y quizá no tanto al mismo Jesús. Lo que decía, te puedes pasar años y, cuando al final ves que era lo otro, resulta que necesitas buscar en otras fuentes, por otros caminos. Y eso está bien, es necesario y seguramente será de Dios, de forma que volveremos a nuestra primera fuente de búsqueda renovados completamente. Pero esencialmente la idea es esa: que el Camino Espiritual no es fácil, es arduo, lleno de laberintos, curvas, baches... pero con la Esperanza de Tabor llamándote constantemente, sabiendo que es Dios mismo quien te espera tras ese obstáculo que, quizá en más de una vez, te has puesto tú mismo. "Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío" (Sal 41).

martes, 27 de noviembre de 2007

NUEVA VIDA EN DIOS


Paz y Bien. Se acerca el Adviento. Este Domingo empieza este tiempo de recogimiento y de espera del Niño Jesús. Es hora de que todo aquello que nos estorba para amar a Dios y que está en nuestras manos cambiar: pecado, afectos, preocupaciones, ocupaciones, rutinas... pase a no tener relevancia ya en nuestras vidas, o a tenerla en su justa medida. El Nacimiento de Jesús debe ser un timbre que despierte nuestro corazón y nuestra alma para "acelerar" en el Camino hacia Dios. No podemos dejar pasar la ocasión de renovarnos, de cambiar, de dejar atrás lo que nos pesa y enturbia nuestras relaciones con Dios y con los demás. La Luz que desprende el Pesebre debe ser clarificadora, consoladora. Necesita pues ser acogida en lo más hondo de nuestro ser y, para ello, debemos hacer un hueco, otro pesebre. ¿Cómo? Proponiéndonoslo de verdad y pidiendo ayuda al Señor. Caminar cada día prestando atención a aquello que hay que depurar. La Cueva de Belén es lo más puro que hay. Y para poder sumergirnos en dicha Pureza y en esa Santidad hay que estar en sintonía, escuchando. Los Cuatro Domingos de Adviento son una ocasión única para ir abriéndonos y preparándonos para lo que Dios quiera decirnos en la Noche de las Noches, la que iluminó el mundo para siempre.

sábado, 24 de noviembre de 2007

CRISTO REY


Este Domingo es el último antes de Adviento. Celebramos a Cristo Rey. Entramos, por tanto, en un periodo de recogimiento espiritual, de espera, de atención, porque este Cristo Rey vendrá en forma de Niño Pobre. Es lo que se quiere decir con esta fiesta: que el Rey de reyes, el Creador, va a venir al hombre.

Y se impone una reflexión, como cada vez que celebramos una fiesta: ¿realmente es Él rey de mi corazón, de mi vida, de mis afectos, de mis deseos y aspiraciones? Para el cristiano, que por serlo lleva consigo el compromiso de andar tras los pasos del Maestro, no puede ser otro que la Persona del Salvador la que guie su ser íntimo, puesto que de eso se trata. Si eres cristiano, es porque quieres seguirle, y si quieres seguirle es para ser como Él. Así pues, debe ser Él nuestro supremo deseo, nuestra aspiración. Esto, en nuestra vida concreta, humana, difícil... debe realizarse de alguna manera. Sabemos que poniendo la oración en la cima de nuestras actividades, lo demás adquirirá carácter de hecho para Gloria de Dios. Pero no basta. Nuestras elecciones, preferencias, deseos... han de ser purificados por Él. Debemos poner nuestra existencia en sus manos, o eso se supone. ¿Contamos con Él cada vez que hemos de dar un paso en la vida? ¿Ponemos sus valores en primacía respecto de los nuestros? Cristo reinó desde la Cruz. ¿La rechazamos cuando llama a nuestras puertas? ¿Sabemos tender la mano al que tenemos al lado?

miércoles, 21 de noviembre de 2007

PROVIDENCIA

Leyendo el pasaje del Capítulo de las Esteras (Flor 18) no puede uno menos que emocionarse, contemplando la santidad de la vida de aquellos hermanos ocupados sólo de Dios, supremo afán de sus vidas y al cual se habían consagrado. Allí reunidos, conformaban un bello espectáculo espiritual: conversaciones sobre Dios, Caridad llevada a la práctica, oración, recogimiento, silencio... DIOS. Sí, Dios habitaba en aquella explanada de Santa María. El Espíritu soplaba, dando vida dichosa a aquellos varones de Cristo. Se narra también que el Cardenal Hugolino, guiado por humana prudencia, temía por el bienestar corporal de tantas personas. Y Francisco, cual Jesús en el pasaje de Jn 6, confía en el Padre, dando de comer, de nuevo, a cinco mil personas (cf. Jn 6, 10). Y los frutos de tal confianza en la Providencia fueron muchos y variados: Fraternidad entre los hermanos, Caridad de las ciudades vecinas, y hasta lo que podríamos considerar, si no de forma, sí en esencia, el Voto de Pobreza de Santo Domingo. La edificación espiritual allí sería tal, que sería digno de ver. ¿Os imagináis cinco mil hombres en silencio, oración, caridad... y repartiéndose comida para que ninguno pasara hambre? Qué escena, ver llegar aquellos jumentos y carros llenos de Amor Paternal de Dios. El Testimonio de aquellos franciscanos sería brutal, para que tanta gente se acercara. La vida del cielo se había acercado, en primicias, a aquella explanada. EL Yo no existía, tampoco la dispersión mundana, ni nada que pudiera hacer pensar en otra cosa que no fuera Dios y sus santos preceptos. Ojalá con nuestras vidas pudiéramos recrear, yendo en pos de Jesús, esta escena, y dejar que Él nos alimentara con Pan y Sangre de Vida Eterna.