BUSCADOR CATÓLICO

lunes, 30 de agosto de 2010

Reflexión del Mensaje del 25 de Agosto de 2010 por el Padre Francisco Angel Verar

Mensaje de la Santísima Virgen María Reina de la Paz, del 25 de agosto de 2010, Medjugorje, Bosnia Herzegovina.


"¡Queridos hijos! Con gran alegría, también hoy, deseo nuevamente invitarlos: oren, oren, oren. Que este tiempo sea para ustedes tiempo de oración personal. Durante el día busquen un lugar donde, en recogimiento, puedan orar con alegría. Yo los amo y los bendigo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!".


Una vez más, la Virgen cumple con su cita habitual para darnos un hermoso mensaje a través de la vidente Marija. Se recuerda, que las apariciones diarias continúan para Iván, Marija y Vicka, pero el mensaje, mensualmente, nos viene por medio de Marija. Los otros tres videntes tienen la aparición una vez al año y Mirjana, tiene todavía el encuentro mensual de oración, el día dos de cada mes, por quienes no experimentan el amor de Dios en sus corazones. Y para tal ocasión, también la Virgen da un mensaje, especialmente, para los peregrinos que participan en la aparición.


La Virgen este mes en su mensaje, ha hecho referencia a la alegría especial que la acompaña durante estos días. Seguramente, debido a la cantidad de peregrinos que, como nunca antes, visitan estos días Medjugorje. Como detalle particular, la concelebración eucarística cada día, rebasa los ciento veinte sacerdotes, provenientes de numerosos países, y la Misa internacional permanece abarrotada de fieles, con la peculiaridad, que difícilmente se encuentra puesto para participar sentado.


Los videntes siempre han destacado que en cada aparición, la Virgen se les aparece alegre. Sin embargo, en este mensaje, Ella misma ha querido que todos los peregrinos, y quienes siguen sus mensajes en todo el mundo, sean conscientes de la alegría que experimenta en esta ocasión. Por eso ha dicho: "Con gran alegría, también hoy, deseo nuevamente invitarlos..."


Seguidamente, el mensaje dice: "oren, oren, oren". Quienes siguen de cerca los mensajes de la Santísima Virgen María, a lo largo de estos veintinueve años, dos meses y un día que tiene de estarse apareciendo en Medjugorje, sabe muy bien cuántas veces la Madre ha hecho esta llamada. Que no es otra cosa que una triple invitación al amor hacia Dios. Esta invitación no es nueva. Lo que sí es nuevo, que en el mes de agosto de 2010, cuando muchos todavía están de vacaciones en Europa, la Virgen, renueve la triple invitación a permanecer en Dios. La Madre, en lugar de decir: "oren, oren, oren", pudo ahorrarse palabras diciendo una sola vez: oren. Sin embargo, al hablar de la oración lo hace en forma repetitiva. Obviamente, está llamando la atención sobre la importancia del tema. Obsérvese, por ejemplo, que nunca ha dicho: conviértanse, conviértanse, conviértanse... o, ayunen, ayunen, ayunen...etc. Porque la prioridad para la Madre es la oración.


Cuando la Virgen hace esta invitación, no es sólo para orar, sino para orar de forma continua. Nótese que la Virgen ha dicho varias veces: "¡Queridos hijos! que la oración sea la vida de ustedes". Entonces, se puede entender esta triple llamada, para que la oración se haga vida en todos sus hijos. ¿Cómo se logra esto? Sólo a través de la oración continua hecha con amor. Y para responder a ella es imprescindible echar mano a los diversos métodos de oración que la iglesia nos propone, puesto que con uno sólo difícilmente se puede avanzar hacia la plena unión con Dios.
Para orar o mantener el ritmo de la oración continua, además del rezo de varias partes del santo Rosario durante el día, se debe reservar espacios para meditar la Biblia, visitar a Jesús Sacramentado, rezar varias partes de la Liturgia de las Horas, repetir jaculatorias durante el día... Y, como recomienda la Madre, buscar espacios y lugares para la oración silenciosa en recogimiento.


La peculiaridad de este nuevo mensaje que la Virgen nos da, está, en que además de invitarnos a la oración frecuente, pide que se aproveche el tiempo (este mes) para la oración personal. Lo cual no suprime la oración en familia o en comunidad. Quienes escuchan los mensajes de la Virgen, saben que la Madre ha pedido muchas veces a las familias rezar cada día el santo Rosario, leer juntos la Biblia... Pero ahora invita a la oración personal. Y no es para abandonar la oración familiar o comunitaria, si no para complementar la misma a través del recogimiento y la soledad. Se trata siempre de otro método de oración. Recuérdese que también Jesús en el evangelio nos enseñó: que donde hay dos o tres reunidos en su nombre Él está allí en medio de ellos. Pero también mencionó: "tu cuando vayas a orar entra en tu habitación y cierra la puerta y tu Padre que escucha en lo secreto te recompensará".Por lo tanto todo discípulo de Jesús y de María práctica ambos métodos de oración.


En el mensaje también dice: "durante el día busquen un lugar donde, en recogimiento puedan orar con alegría". Ese lugar puede ser un rincón de la casa, el jardín, un bosque, una montaña, pero de todos los lugares disponibles para orar, todo cristiano católico sabe que el Sagrario, por antonomasia, es el mejor lugar para orar. Lo importante es buscar el recogimiento y la soledad.

La soledad y el recogimiento en la oración son importantes, porque son herramientas para permitirle a Dios hablar en la profundidad del corazón. Si sólo se reza el Rosario, la Liturgia de las Horas, jaculatorias y no se busca la soledad, el silencio y el recogimiento del corazón, será muy difícil escuchar a Dios, y quien no sabe escuchar a Dios no puede vivir en su voluntad ni enamorarse de Él. Una persona que se sienta enamorada de otra, es porque el amor ha ido fluyendo por medio de la comunicación verbal. Para amar y sentirse amado de alguien, las palabras son esenciales. Sobre todo cuando las palabras son espontáneas, cuando brotan de lo profundo del corazón. En nuestra relación personal con Dios, más importante que decirle todo lo que Él ya sabe, es escucharle. Porque cuanto podamos decirle a Dios en la oración, antes de presentárselo, ya es materia conocida Suya. Sin embargo, muchos fieles no tienen la menor idea de lo que Dios diariamente les pudiera decir, porque oran muy poco.


La Virgen ha dicho: "¡Queridos hijos! que este tiempo sea para ustedes tiempo de oración personal", y ha dicho además, que hay que buscar un lugar adecuado para la oración en recogimiento y con alegría. ¿Qué puede significar orar con alegría?


Una vez dijo la Virgen en un mensaje: "¡Queridos hijos! oren hasta que la oración se transforme alegría en ustedes". Sin embargo, ahora ha dicho: "oren con alegría". Esto puede significar dos cosas diferentes que pueden ir de la mano. Es decir, la primera: que antes de ir a orar yo debo disponerme con alegría para la oración. No debo ir a la oración por obligación, por deber, por necesidad, ni siquiera porque María me lo pide, sino porque amo a Dios. Una persona que tenga a Dios en el primer lugar de su corazón, no tendrá dificultad para orar con alegría. Pero, una persona que tenga un corazón dividido, que esté apegado a las cosas del mundo, a las actividades por encima de Dios... No sólo tendrá dificultad para orar con alegría, sino que sentirá la oración como un gran peso difícil de ejecutar.


La otra razón del porqué la Virgen dice en este mensaje: "oren con alegría",puede hacer referencia a que sólo cuando se ora con amor, en recogimiento, cuando se ora con el corazón, se puede encontrar la alegría. En resumen: lo importante es orar y orar siempre alegre.


También se puede pensar que muchas personas no oran con alegría por no haberse reconciliado con Dios o con el prójimo. O bien, por las heridas profundas y los vacíos que puedan permanecer en el corazón, en estos casos habría que hacerse aconsejar por un sacerdote, perdonar de corazón y hacer una buena confesión.


Al final del mensaje la Virgen dice: "yo los amo y los bendigo". Muchas veces la Virgen en sus mensajes ha destacado cuanto ama a los fieles. Ella sabe que, según los planes de Dios, no todos la pueden ver. Sin embargo, no hay quien no pueda escucharla. Porque cada mes tenemos un nuevo mensajes. Ahora bien, considérese que cuando una persona ama a otra, más que verla simplemente, le gustaría escuchar de sus labios que le dice "te amo". Quien ama a María sabe que es más importante escuchar de sus labios "yo les amo" que verla. Si pudiéramos ver todos a la Virgen y la Virgen permanece callada, no serviría de mucho haberla visto, pero si no viéndola nos dice que nos ama, tiene más valor. Y la Virgen como Madre lo sabe.


También en el mensaje dice: "los bendigo". Quienes podemos estar en el momento de la aparición, seguramente, recibimos los efectos directos de esa bendición, toda vez, que los videntes subrayan que cuando María aparece, extiende sus brazos, ora por los presentes e imparte su bendición Maternal. Pero cuando María en un mensaje que transmite al mundo entero dice: "los bendigo", es porque también quiere hacer participe de su bendición, a quien lee y medita su mensaje.


Para terminar, menciona su acostumbrado: "Gracias por haber respondido a mi llamada". Aún sabiendo que muchos de los que lean y mediten este mensaje no van a responder, de todos modos agradece la acogida al mismo. Lo que refleja la delicadeza y la ternura con que trata a todos sus hijos.


Medjugorje es una gran oportunidad para quien desea vivir conforme a la voluntad de Dios. La llamada que la Virgen hace este mes, tiene como fin: atraer el mayor número de almas hacia la plenitud de vida con Dios; y la Virgen sabe que eso sólo se alcanza a través de la oración continua. La Madre en el cielo, y quienes permanecen con Ella, no tienen necesidad de orar todo el día para vivir la vida plena con Dios. Pero quienes aún estamos en tierra necesitamos la oración como medio eficaz para alcanzar a Dios y transformarnos en su amor. Por eso nos dice: "oren, oren, oren".


¡Sea alabado Jesucristo!


Padre Francisco Angel Verar.

miércoles, 7 de julio de 2010

¿Qué es Medjugorje?



Es un pueblecito pequeño de la antigua Yusgoslavia donde la Virgen María se viene apareciendo desde 1981.
No son unas apariciones marianas más, sino una verdadera fuente de paz donde miles de personas se han convertido y se siguen convirtiendo, donde miles de almas han encontrado la paz en sus vidas, en sus familias y en donde la Iglesia está viviendo un renacer espiritual sin precedentes.

¿Cuáles son los puntos claves de la espiritualidad de Medjugorje?

1. La oración.
2. El ayuno.
3. La lectura de la Biblia.
4. La confesión.
5. La Eucaristía .

Todo enmarcado en una fuerte llamada a la conversión, a un despertar de nuestra fe, a vivirla de corazón y practicarla con nuestros hermanos.
(Fuente:
http://es.groups.yahoo.com/group/medjugorje_paz).
Mensaje del 25 de Junio de 2010.

"Queridos hijos! Con alegría los invito a todos a vivir mis mensajes alegremente, sólo así, hijitos, podrán estar más cerca de mi Hijo. Yo deseo conducirlos a todos únicamente a El, y en El encontrarán la verdadera paz y la verdadera alegría del corazón. A todos los bendigo y los amo con inmenso amor. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!"

lunes, 18 de enero de 2010

Celibato opcional (I)

Antes de escribir lo que pienso acerca del celibato opcional, creo que sería útil que respondiérais a la encuesta, para conocer vuestras opiniones.
Pace Bene.

jueves, 11 de junio de 2009

Entender y vivir la Misa (III): Última Cena-Cruz-Resurrección

Última Cena, Pasión, Muerte y Resurrección conforman una única realidad sacramental, y constituyen la esencia de la Eucaristía.

- En la Mesa, el Señor reparte a los discípulos el pan y el vino, acompañados de las Palabras "Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío. De igual modo, después de cenar, la copa, diciendo: Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros" (Lc 22, 19-20). Con ello hace principalmente tres cosas: una, garantizar su Presencia continua a través del Pan y el Vino (cosa que sólo es comprensible con la Cruz y la Resurrección), y la segunda, declarar una Nueva Alianza en mi sangre, es decir, lo viejo ya no vale para llegar a Dios, ahora todo pasa por Él, por el Hijo, por su Sacrificio (esto tampoco lo entenderían hasta Pentecostés). La tercera, constituye la verdadera comunidad o Iglesia: reunión de hermanos alrededor de la Mesa, en disposición y actitud de servicio y entrega mutuos.

- Al exhalar el Espíritu en la Cruz (Jn 19, 30), Jesús, el Hijo, vuelve al Padre. Ahora vendrá el Paráclito, tal como prometió. Pero es que ahora que se ha ido, descenderá al Pan y al Vino en las manos del sacerdote por las Palabras que constituyen el memorial ("este es mi cuerpo... esta es mi sangre") y por el Espíritu que, derramado una vez en la Cruz-Resurrección, hace presente verdaderamente al Hijo, en cuanto Ofrecido en Sacrificio Redentor (expía los pecados) agradable al Padre (Pan y Vino - Cuerpo y Sangre - Sacrificio Total). La donación mutua del Espíritu entre Padre e Hijo se actualiza en el Sacrificio de la Misa, puesto que Cristo mismo instituyó tal signo, tal sacramento. Nos deja no sólo un recuerdo y unas palabras bonitas, sino una presencia activa, constante, real, total. El Cordero puede ser comido una y otra vez, gracias a la nueva Sacramentalidad inaugurada por Cristo en la Encarnación.

Por tanto, la Última Cena encuentra plenitud y cumplimiento una vez Cristo exhala el Espíritu y resucita. Y es a partir de esas manifestaciones del Resucitado que los primeros cristianos celebran la fracción del pan (así se llamaba al principio).

miércoles, 20 de mayo de 2009

Entender y vivir la Misa (II)

Antes que nada, decía, es imprescindible comprender la naturaleza de lo que celebramos, y cómo se ha ido entendiendo, expresando y concretado a lo largo de los siglos, desde Pentecostés hasta hoy. Así, ¿en qué perspectiva habría que situar lo que llamamos "Sacrificio Eucarístico"? ¿Por qué decimos que Jesús murió por nuestros pecados? ¿Cómo expresa la Eucaristía este Sacrificio?

El Levítico, (caps. 1-7) desarrolla la "Ley de los Sacrificios", según la cual Israel ofrecía al Señor diversos tipos de sacrificios, según la causa y la finalidad que los motivaran: holocausto, oblación, sacrificio de comunión, sacrificio por el pecado del Sumo Sacerdote, sacrificio por el pecado de toda la comunidad, o de un jefe de la comunidad, o de un hombre del pueblo, aparte de otros sacrificios debidos a causas más concretas y específicas.

Así, el sacrificio por el pecado de toda la comunidad, reza como sigue: Si la que obra inadvertidamente es toda la comunidad de Israel –que sin darse cuenta se hace culpable, cometiendo una falta contra alguna de las prohibiciones contenidas en los mandamientos del Señor– apenas se conozca el pecado cometido, la asamblea ofrecerá un novillo sin defecto en calidad de sacrificio por el pecado. Lo llevarán ante la Carpa del Encuentro, y los ancianos de la comunidad impondrán sus manos sobre la cabeza del novillo, delante del Señor. El novillo será inmolado en la presencia del Señor, y el sacerdote consagrado por la unción llevará la sangre a la Carpa del Encuentro. Luego mojará su dedo en la sangre y con ella hará siete aspersiones delante del Señor, frente al velo del Santuario. Después pondrá un poco de esa sangre sobre los cuernos del altar que está delante del Señor, en la Carpa del Encuentro, y derramará toda la sangre sobre la base del altar de los holocaustos, que está a la entrada de la Carpa. Luego extraerá toda la grasa del novillo y la hará arder sobre el altar, haciendo con él lo mismo que hizo con el novillo del sacrificio por el pecado. De esta manera, el sacerdote practicará el rito de expiación en favor de la comunidad, y esta será perdonada. Finalmente, llevará el novillo fuera del campamento y lo quemará como en el caso anterior: es un sacrificio por el pecado de la asamblea (Lev 4, 13-21). Vemos cómo el novillo es desangrado, despedazado y quemado.

En el caso del sacrificio por el pecado, se extrae del animal los riñones, el hígado y la grasa. Y vemos cómo en cada sacrificio se ofrecen, además de toda la sangre, partes diferentes del animal. Pues bien, si vemos cómo estos sacrificios servían para expiar pecados, individuales o colectivos, y que dichos sacrificios se matizaban según la colectividad o no de la falta cometida, no nos resultará difícil entender cómo el Padre, por Amor al hombre, ofrece a su propio Hijo en Sacrificio para librarnos del pecado. Y esto porque:
- Los sacrificios y expiaciones que el hombre ofrecía ya no bastaban: el pecado no quedaba borrado de Israel, la purificación no era total.
- El Sacrificio de Jesús, como hemos dicho, es total, completo, se dona hasta la última gota. Expía todos los pecados: individuales y colectivos, de una vez para siempre. El Hijo se da al Padre por nosotros, en un acto voluntario y plenamente Amoroso: "los amó hasta el extremo" (Jn 13).

La reflexión cristiana postpascual entendió esta dimensión sacrificial de Cristo a la Luz de la Cruz y la Resurrección, con total y clara vinculación a la Última Cena: "este es mi Cuerpo", "esta es mi sangre". Habían recibido un memorial, y empezaron a celebrarlo, conscientes de que al partir el pan, Jesús mismo se hacía presente.

En definitiva, Jesús se sitúa en la línea sacrificial de Israel, y se ofrece a si mismo como víctima por los pecados de todos, en una única entrega, que expia todos los pecados del hombre, para siempre. En nuestras manos y nuestra voluntad deja la elección de adherirnos a este perdón ya dado, del que el Sacramento de la Penitencia es actualización activa y efectiva, y recuerdo confortante. Es esto lo que celebramos en la Misa: damos gracias (Εuχαριστία, eucharistia, "acción de gracias") por el Don de su Perdón, y por el Don de su Presencia.