BUSCADOR CATÓLICO

jueves, 14 de agosto de 2008

ANDIAMO VERSO ASSISI


Mañana, 15 de Agosto, Fiesta de la Asunción, dos Hermanos y yo nos vamos 10 días a Assisi. Iremos a disfrutar de la Presencia siempre viva de Dios en aquella Città Santa. Es mi intención disfrutar al máximo de lo que supone rezar delante de la Tumba de San Francisco, o en la Porciunculita, o en San Damiano (sobre todo con el Rezo de Vísperas). Resulta también muy grato y estimulante pasear por sus calles, tomar un helado, disfrutar de una buena cena en un restaurante de la Piazza del Comune, por ejemplo. Allá disfrutas de todo. Es muy diferente de Mallorca (y quiero mucho Mallorca), y ya dije una vez que cuando estás allá no volverías. Todo allá se disfruta y se vive al 100%. Si podéis, no perdáis la ocasión de ir allá y experimentar a María en la Porciúcula. A San Francisco en la Tumba, donde parece que es el centro del mundo. Unas Vísperas en San Damián no tienen desperdicio, y son preciosas. Allá los novicios, sentados en el coro, entonan Alabanzas al Altísimo, al unísono con el pueblo allá congregado, que se deja llevar por el "entusiasmo espiritual" que, sin hacer que no tengas los pies en el suelo, te anima a vivir con ánimo renovado tu experiencia de cristiano y tu vida corriente.

Y se me olvidaba hablaros de la Verna, el Monte Santo, Consagrado por la Presencia del Altísimo el día que otorgó las Llagas a Francisco. Allá, cual Sinaí, hombre y Dios se encontraron, aunque de forma más plena, porque allá bajó y se manifestó plenamente la Trinidad.

En fin, tengo cosas que preparar aún, y deciros que leáis mucho de la Vida de Clara, que su fiesta fue el lunes, y no posteé nada. Ya os contaré. PAX ET BONUM.

sábado, 2 de agosto de 2008

02 DE AGOSTO, DÍA DEL PERDÓN


Hoy celebramos la Fiesta del Perdón. Hoy celebramos la Fiesta de Santa María de los Ángeles. Hoy, se peregrina a la iglesita de la Porciúncula, en Santa María (Assisi). Hoy recordamos cómo Francisco amaba este lugar, cómo le fue concedida la Indulgencia Plenaria para todos los que peregrinen hoy a la Porciúncula (hoy se gana en cualquier lugar franciscano, si no puedes irte allá). Hoy, es día de fiesta y reconciliación. María Santísima se hace hoy presente como nunca a los que la buscan con sincero corazón filial. Hoy, la Pureza que baña los muros de la Porciúncula llega a todos los corazones que, con un ánimo franciscano, quieren reconciliarse con Dios y con los demás, participando de verdad de la Gracia que baña aquel especialísmo lugar.

Y es que la Porci es un pedacito de cielo. Allá dentro desaparece todo aquello que conforma el pesado traje que llevamos en el mundo, cada día: miserias, pecados, ingratitudes, sentimientos que no son los de Dios... Y nos vestimos del único traje que allá se da: la Pureza de Corazón, de Cuerpo y Alma. La intensidad espiritual traspasa allá todo muro, frontera o condicionamiento que nosotros, pobrecitos, podamos poner. Allá dentro, se funden Cielo y Tierra, y no querrías salir nunca. Allá, por encima de toda turbulencia del mundo, está la Paz y la Vida. Pero no sólo por encima, sino que baña siempre a la humanidad de esa Unidad y Gozo Espiritual que tanto ansía. Otra cosa es que la acojamos o no. Una vez sales de la Porci, sientes la necesidad de decir a todos que miren a María, que la busquen, que dejen todas esas cosas que lastran el corazón, que nos impiden amar a Dios y a los demás, y a ser, por tanto, felices. Y te lo dices antes a ti mismo, y eso es Gracia: tomar conciencia de cómo eres, a la Luz de la Gracia del Perdón que te acaban de conceder.

Gracias, Francisco, Gracias. Tu Vida Santa y Fiel produjo tantos frutos que apenas los sabemos ver y recoger. Y encima, a veces, los echamos a perder. Pero allá estás tú otra vez, acompañándonos, con Cristo Bendito, en el Camino de la Vida.
Virgen de los Ángeles, que desde tantos siglos has puesto tu trono de misericordia en la Por-ciúncula, escucha la plegaria de tus hijos que confiados recurren a ti. Desde este "lugar verda-deramente santo y habitación de Dios", particularmente querido al corazón de San Francisco, siempre has invitado a todos los hombres alAmor. Tus ojos, llenos de ternura, nos aseguran una continua y maternal asistencia, y prometen ayuda divina a cuantos se postran a los pies de tu trono o desde lejos se dirigen a ti, invocándote en su auxilio. Eres de verdad la dulce Reina y Esperanza nuestra. Oh Señora de los Ángeles, alcánzanos, por la intercesión del Bienaventurado Francisco, el perdón de nuestras culpas, la ayuda a nuestra voluntad, para mantenernos alejados del pecado y de la indiferencia, a fin de ser dignos de llamarte siempre Madre Nuestra. Bendice nuestras casas, nuestro trabajo, nuestro descanso, dándonos esa paz serena que se disfruta dentro de los viejos muros de la Porciúncula, donde el odio, la culpa y el llanto, al encontrar de nuevo el Amor, se transforman en canto de gozo, como el canto de tus Ángeles y del Seráfico Francisco. Ayuda a quien no tiene apoyo y a quien carece de pan, a los que se encuentran en peligro o en tentación, en la tristeza o en el desaliento, enfermos o en agonía. Bendícenos como hijos predilectos tuyos. Te pedimos que también bendigas con un mismo gesto maternal a inocentes y culpables, a fieles y descarriados, a creyentes y vacilantes. Bendice a toda la humanidad a fin de que los hombres, reconociéndose hijos de Dios e hijos tuyos, reencuentren en el Amor la verdadera Paz y el verdadero Bien.
Así sea.

miércoles, 30 de julio de 2008

TESTIMONIO PARA VOCACIONES (II)


Continuando con el tema de ayer, es obligado hablar del problema vocacional como tal. Ante todo, y partiendo de la Concepción de Gracia Increada, hay que decir que Dios siempre, siempre, llama. Dios no puede dejar de ser como es, y continuamente derrama su Gracia sobre el hombre. Otra cosa es que lo oigamos o no. Y para oirlo, hay que relacionarse con Él. Y, si un día oyes su llamada, no le des la espalda. Sea cual sea tu vocación (todos tenemos una), responde y dile SÍ. Sin temor, como María.

Lo que pasa es que vemos que desciende el número de vocaciones. ¿Cuál es el problema? Por un lado, puede ser la falta de vida espiritual que en general padece la sociedad. Pero el otro lado del problema es cosa nuestra: el TESTIMONIO. Si somos "Luz de la Tierra", "Sal de la Tierra" no es para "ponerla debajo del celemín", sino para que "alumbre a todos los que están en la casa". Es cierto que la sociedad está impresa de laicismo, pero si no damos testimonio de la vivencia de nuestro carisma, si no reflejamos una vida espiritual, si no damos frutos por la fidelidad, entonces nadie verá nada distinto. No podemos ni debemos -no tenemos derecho- a quedarnos de brazos cruzados esperando que Dios nos ayude y la sociedad vuelva algún día a ser religiosa. No estamos aquí para eso. Los sacerdotes deben dar testimonio de su Carisma. Los Religiosos y Religiosas deben dar testimonio de una Vida entregada a Dios y a los demás, dedicada a Instaurar el Reino. Los seglares debemos hacer lo mismo. Yo, como franciscano seglar, debo dar testimonio de que vivo el Evangelio según el ejemplo de Francisco de Asís. Si no, "¿con qué la salarán?". Así pues, no es que "mira, el mundo está mal y no hay vocaciones, ¡qué desastre!" sino: ¿tú y yo, qué hacemos para que la gente se sienta atraída por Dios?

martes, 29 de julio de 2008

TESTIMONIO PARA VOCACIONES


Se habla desde hace mucho tiempo que en la Iglesia no tenemos vocaciones sacerdotales, ni a vida consagrada o religiosa. De ahí que los seglares seamos cada vez menos prescindibles, y desde Juan Pablo II sobre todo se apueste cada vez más por que tengamos una presencia activa en la Liturgia y en la vida eclesial en general.

Entre ambas realidades - falta de vocaciones a vida clerical y consagrada, y la creciente actividad de los seglares, debe quedar clara una cosa: no debe ser una mayor participación a los meros y exclusivos efectos de sustituir-suplir la carencia de sacerdotes y religiosos. Más bien debe ser la ocasión de redescubrir el papel seglar, y así lo han visto los Papas, sobre todo Juan Pablo II y Benedicto XVI. Es decir, que cada vez se ve más claro que, en la Iglesia, cada cual tenemos nuestro papel y nuestro oficio. En la Misa, por ejemplo, el Sacerdote o Sacerdotes tienen su papel, y los seglares el nuestro. Ellos, que no es poco, actúan in Persona Christi, y ofician el Sacrificio de Cristo en la Cruz, rememorándolo y trayéndolo a la Asamblea, de modo que Cristo aparece verdaderamente presente en su Cuerpo y su Sangre, y el Pueblo participa de esa Consagración, constituyendo el Cuerpo de Cristo, la Iglesia.

Hasta aquí bien, pero a lo que quería llegar y de lo que quería hablar es del problema vocacional, pero de eso hablaremos mañana. Creo que debemos reflexionar sobre el papel del seglar en la Iglesia, y que debemos abandonar la antigua y predominante concepción de que la vocación religiosa o la vocación sacerdotal están por encima o son más dignas que la vocación de seglar. Un religioso profesa votos y una Regla, y consagra su vida a su carisma, a Dios y a los demás. Un sacerdote dedica su vida a Dios y a los demás, y además tiene el papel especialísimo de administrar los sacramentos, sobre todo la Eucaristía. Por esto los quería tanto Francisco, incluso aunque fueran muy pecadores. Pero el seglar, en su familia refleja el Amor Trinitario. En el trabajo, dando testimonio de cristiano, puede llevar también a muchas almas a Dios. Igual con los amigos, en la educación de sus hijos, etc. Hablaré también otro día de las Vocaciones.

lunes, 28 de julio de 2008

FRANCESCO