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martes, 29 de julio de 2008

TESTIMONIO PARA VOCACIONES


Se habla desde hace mucho tiempo que en la Iglesia no tenemos vocaciones sacerdotales, ni a vida consagrada o religiosa. De ahí que los seglares seamos cada vez menos prescindibles, y desde Juan Pablo II sobre todo se apueste cada vez más por que tengamos una presencia activa en la Liturgia y en la vida eclesial en general.

Entre ambas realidades - falta de vocaciones a vida clerical y consagrada, y la creciente actividad de los seglares, debe quedar clara una cosa: no debe ser una mayor participación a los meros y exclusivos efectos de sustituir-suplir la carencia de sacerdotes y religiosos. Más bien debe ser la ocasión de redescubrir el papel seglar, y así lo han visto los Papas, sobre todo Juan Pablo II y Benedicto XVI. Es decir, que cada vez se ve más claro que, en la Iglesia, cada cual tenemos nuestro papel y nuestro oficio. En la Misa, por ejemplo, el Sacerdote o Sacerdotes tienen su papel, y los seglares el nuestro. Ellos, que no es poco, actúan in Persona Christi, y ofician el Sacrificio de Cristo en la Cruz, rememorándolo y trayéndolo a la Asamblea, de modo que Cristo aparece verdaderamente presente en su Cuerpo y su Sangre, y el Pueblo participa de esa Consagración, constituyendo el Cuerpo de Cristo, la Iglesia.

Hasta aquí bien, pero a lo que quería llegar y de lo que quería hablar es del problema vocacional, pero de eso hablaremos mañana. Creo que debemos reflexionar sobre el papel del seglar en la Iglesia, y que debemos abandonar la antigua y predominante concepción de que la vocación religiosa o la vocación sacerdotal están por encima o son más dignas que la vocación de seglar. Un religioso profesa votos y una Regla, y consagra su vida a su carisma, a Dios y a los demás. Un sacerdote dedica su vida a Dios y a los demás, y además tiene el papel especialísimo de administrar los sacramentos, sobre todo la Eucaristía. Por esto los quería tanto Francisco, incluso aunque fueran muy pecadores. Pero el seglar, en su familia refleja el Amor Trinitario. En el trabajo, dando testimonio de cristiano, puede llevar también a muchas almas a Dios. Igual con los amigos, en la educación de sus hijos, etc. Hablaré también otro día de las Vocaciones.

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