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jueves, 17 de julio de 2008

EL EJEMPLO DE JUAN PABLO II


Hace ciertamente tiempo que falleció S.S. Juan Pablo II, Papa de feliz memoria. Fue para mí un ejemplo, sobre todo en los últimos años de su vida, dado que yo nací en 1981 y poco recuerdo realmente de su Ministerio, en comparación con la cantidad de cosas que hizo y dijo. Pues como decía, fue un ejemplo porque supo, como pocos, acoger la Cruz que sabía le mandaba el Señor. Dijo en cierta ocasión: "Cristo pudo haber bajado de la Cruz y no lo hizo", para explicar que él tampoco pensaba dimitir por muy mala salud que tuviera. Siguió trabajando, a cada momento, hasta donde sus fuerzas le permitían llegar. No le importaba el ridículo que pudiera presumirse que hiciera al caerle la baba o apenas poder hablar. No, porque, por Amor a Dios y a la Iglesia, sabía que tenía que estar allá, y así lo sintió y vivió. Los que no le entienden o no le quisieron dirán que se aferró al poder. Y yo pregunto: ¿en serio alguien con más de 80 años, enfermo de Parkinson, débil, en clara evolución negativa, que apenas puede tenerse en pie y hablar con fluidez, es capaz de tener ganas y humor de seguir siendo Papa simplemente por ocupar el puesto? Afirmar esto es ser oportunista y, si me permitís, corto de vista. O sea, que Juan Pablo II no aguantó con sus solas fuerzas, sino con las de Dios. Y amó la Voluntad de Dios, que era estar allí, entregado, gobernando la Iglesia. El Señor le necesitaba, y seguramente le pedía este esfuerzo mayúsculo. Se lo habrá recompensado, sin duda, con el Cielo.

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