BUSCADOR CATÓLICO

viernes, 15 de mayo de 2009

Entender y vivir la Misa (I)



Me propongo empezar hoy una serie de post dedicados a la Eucaristía, el Sacramento Central de la Vida Cristiana, tan amado y tan vivido por Francisco. En este camino que empezamos hoy, quisiera hablar y reflexionar sobre la naturaleza de la celebración eucarística, entreverando meditaciones personales, los testimonios evangélicos y de la vida de Francisco, y enseñanzas magisteriales y/o de algún que otro autor de índole pastoral y litúrgico.


Mi propósito no es otro que aportar aunque sea un granito de arena para ayudar a entender, valorar, amar y por ende vivir este Magno Sacramento, en el que y por el que Jesús mismo se hace presente en el altar: ¡Tiemble el hombre entero, que se estremezca el mundo entero, y que el cielo exulte, cuando sobre el altar, en las manos del sacerdote, está Cristo, el Hijo del Dios vivo! ¡Oh admirable celsitud y asombrosa condescendencia! ¡Oh humildad sublime! ¡Oh sublimidad humilde, pues el Señor del universo, Dios e Hijo de Dios, de tal manera se humilla, que por nuestra salvación se esconde bajo una pequeña forma de pan! (CtaO, 26-27).


Pienso, asimismo, que para poder conocer y entender algo, lo que sea, en esta vida, es preciso antes saber de dónde viene, cuáles son sus orígenes y, en la medida de lo posible, averiguar, meditar y estudiar la evolución o evoluciones posteriores que lo han llevado a su actual fisonomía, estructura y forma de aparecer al mundo.

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