BUSCADOR CATÓLICO

domingo, 12 de octubre de 2008

CELIBATO OPCIONAL, ¿SÍ O NO? (II)


De todos modos, se acabó generalizando, y quien tiene vocación sacerdotal sabe que compromete su vida al celibato.

Hoy día, el problema acerca del celibato sacerdotal radica, básicamente, en la defensa a ultranza del o del no, como si de un derecho se tratara. En efecto, ni es un derecho inalienable el celibato opcional, ni, por otro lado, se debe considerar que la virtud radica sólo en ser cura y célibe. Las posturas opuestas chocan, y no se puede encontrar así, jamás, un acuerdo. La Iglesia mantiene el celibato, si bien hay una tendencia cada vez más generalizada a plantearlo como opcional. Y por el otro lado, están quienes, aprovechando su oposición sistemática a la Iglesia, lanzan dardos con el tema de la opcionalidad, como verdaderos oportunistas, pensando quizá que así el debate será más desestabilizador, y se impondrá una liberalización acerca del tema. Y lo reclaman como un "derecho", cuando estamos hablando de vocación, y ésta es Don, no derecho.

En mi opinión, no creo que un sacerdote lo sea menos, o vea mermadas sus facultades y su disposición por el hecho de casarse, como tampoco creo que el celibato opcional solucione los problemas que causa la falta de vocaciones. Así, pienso que, al ser el celibato un tema más humano que espiritual, no pasaría nada si se optara por hacerlo opcional.

Sin embargo, mientras la Iglesia lo mantenga, Fidelidad y Obediencia a nuestros pastores es lo que se nos pide, y no "hacerles la cama" como si el hecho de que no se cambie la postura fuera una actitud reprobable o destinada a fastidiar al personal. Ni mucho menos, sino como decía Francisco, "son mis señores". Ayudemos a la Iglesia a discernir qué es mejor en cada tiempo y época, y cuáles son las mejores decisiones a tomar. Debemos rezar mucho por ellos, y no generar división ni desconfianza.

sábado, 11 de octubre de 2008

CELIBATO OPCIONAL, ¿SÍ O NO? (I)


Me propongo hoy tocar un tema un tanto delicado, al menos para muchos católicos de hoy día.

Antes que nada, aclarar que el celibato no tiene nada que ver con el Voto de Castidad de los Religiosos/as y Consagrados/as. El Celibato lo define la RAE como "soltería", "estado de soltero". En cambio, el que profesa un voto de castidad se da en todas sus potencias y quereres a Dios. El soltero, sencillamente, opta por no casarse (de hecho, los sacerdotes no profesan "votos" como tales, sino promesas).

Bueno, en el I Concilio Laterano de 1123 se estableció el Celibato de los clérigos, en cualquiera de sus ministerios. Por tanto, vemos que se trata de una cuestión de tradición y de ley. También hay que decir que hasta tal fecha, el celibato se vivía como una opción muy estimada y valiosa, por hacer más libre para el Reino a quien optara por el mismo. Así que el Concilio lo reglamentó y lo generalizó no por fastidiar, sino porque se dio cuenta de que era algo muy vivido y apreciado en la Iglesia, si bien no lo vivían todos, y su aplicación precisó de tiempo, paciencia y prudencia, pues la conciencia general era la de un celibato opcional, y no todo el mundo estaba preparado.

miércoles, 8 de octubre de 2008

SANTOS, SANTIDAD...

Después de la fiesta de San Francisco, he hablado con alguien sobre la santidad, conversación que quisiera compartir.
Esta persona me decía que Santo lo es sólo Dios, y que no debemos hacer santo a nadie, ni tampoco considerarlo como tal. Yo le dije que la Santidad es verdad que sólo corresponde a Dios, hasta ahí podríamos llegar. Pero el hecho de llamar a alguien "santo" (del latín sanctus, que significa sagrado, y "sagrado" según el Diccionario de la RAE en su primera acepción es: "Digno de veneración por su carácter divino o por estar relacionado con la divinidad") significa dos cosas: o bien que ha sido propuesto como modelo a seguir en el camino del cristiano, y para ello ha sido canonizado (del latín canon, que significa regla, ley, norma - lo cual nos dice que la Iglesia ha agregado a tal persona al elenco normativo, por así decirlo, de personas que se pueden venerar como modelos de cristianos), o bien que ya está en la Gloria, junto a Dios y en Él, y por ello es Santo como Él lo es, puesto que ya es uno con Él. O sea, que San Francisco, por ejemplo, es Santo porque en vida entabló una relación especialísima con Dios (lo mismo vale para Santo Domingo o San Agustín, por ejemplo). Y, además, lo es porque ya está en la Gloria. Pero es que además nos ha dejado una vida a seguir para buscar a Cristo.
En definitiva, después de tanto rollo: Santo es sólo Dios, pero nos podemos asociar a su Santidad, faltaría más. De hecho, Francisco se hizo uno, igualito y calcadito con Cristo. Por tanto, es un "pedazo de ejemplo". PAZ Y BIEN.

sábado, 4 de octubre de 2008

HOY, DÍA DE SAN FRANCISCO


Hoy, este Blog y un servidor están de fiesta, igual que miles de personas en el mundo. Y es que celebramos la Fiesta de Nuestro Padre San Francisco de Asís. Ayer por la tarde celebrábamos su Tránsito de este mundo al Padre. La Hermana Muerte vino a buscarle cuando, como dice el biógrafo Tomás de Celano, fueron "cumplidos en él todos los misterios de Cristo". Creo que es la frase que resume la Vida y la Grandeza de este hombre, de este SANTO.


En efecto, su Fidelidad tuvo expresión diaria, continua, permanente, en caminar los mismos pasos de Cristo. Imitó su Vida, llevó a la perfección el Evangelio, se entregó a los demás como hizo el Señor. Recordaba asiduamente sus Palabras, "odoríferas palabras", decía Él. Y, así, su ser, su naturaleza, se iban conformando a la de Cristo, porque siempre le buscó por encima de todo. Y fue un segundo Cristo. En el vídeo que os he dejado más arriba es lo que trato de reflejar. Al final de su vida, su semejanza con Cristo ya no era semejanza, sino identificación, incluso en el cuerpo, no como algo sensacional, sino consecuencia del Amor al Crucificado.


1226 años después de la Encarnación del Señor, Francisco volvió a hacer visible la Revelación de Dios. Recordó al mundo que el Evangelio hay que vivirlo; que Cristo vino, se hizo pobre y murió crucificado por nosotros; que pidió que nos amáramos, que fuéramos pobres, fiándonos del Padre; que predicáramos a todos la Salvación. Sí, Francisco revivió los Misterios de Cristo, y por eso su figura resulta tan atractiva: porque llama a seguir a Cristo, porque de alguna manera, en el Poverello vemos a Cristo, tal cual, sin cataplasmas. Y no es presunción, sino el ejemplo acabado de lo que todos deberíamos vivir, de lo que todos deberíamos ser. Francisco vivió lo que Cristo pidió, y por eso reflejó tan perfectamente a Cristo. "Y haremos en él habitación y morada". Vaya morada, vaya habitación, que dejaba traslucir perfectamente a su huésped, el Crucificado.

jueves, 2 de octubre de 2008

ÁNGELES CUSTODIOS


Hoy celebramos la fiesta de los Santos Ángeles Custodios. Creencia antiquísima, que ya profesaban Orígenes y San Jerónimo, entre muchos otros. Y es que no es una novedad del cristianismo, sino que ya en la tradición veterotestamentaria aparecen estos seres sirviendo a Dios y ayudando al hombre. Véase el libro de Tobías, los Salmos, Judit... así como la continuidad en el Nuevo Testamento: la Anunciación, por ejemplo, y citas puestas en boca de Jesús.

Así pues, los ángeles los concebimos como seres puros, que moran siempre en presencia de Dios, y a los que Él envía para que nos asistan. De hecho, en griego angelos significa mensajero.

Y creo que es una Gracia más de todas las que Dios nos concede el poder contar con ellos. En la Porciúncula, sin ir más lejos, Francisco tenía presente la presencia de María, con los ángeles de Dios. De ahí que se llamara Santa María de los Ángeles, actualmente nombre de la Basílica y del pueblo en que radica, dependiente éste del Comune de Asís.

Y ¿qué decir de los Custodios? Pues, primero, que están allá para hacernos compañía, indudablemente, de forma que nunca estamos solos. Y segundo, que nos asisten de veras. Como muestra un botón: a mí mi Ángel de la Guarda me ha servido más de una vez como despertador. Sí, pedirle que me ayude a despertar a la hora que toca, y ver cómo te despiertas a esa hora. En fin, es un ejemplo, y no son magos ni criados a nuestra disposición, pero sí que son como el aliento de Dios permanentemente exhalado en nuestra cotidianeidad.