BUSCADOR CATÓLICO

miércoles, 8 de octubre de 2008

SANTOS, SANTIDAD...

Después de la fiesta de San Francisco, he hablado con alguien sobre la santidad, conversación que quisiera compartir.
Esta persona me decía que Santo lo es sólo Dios, y que no debemos hacer santo a nadie, ni tampoco considerarlo como tal. Yo le dije que la Santidad es verdad que sólo corresponde a Dios, hasta ahí podríamos llegar. Pero el hecho de llamar a alguien "santo" (del latín sanctus, que significa sagrado, y "sagrado" según el Diccionario de la RAE en su primera acepción es: "Digno de veneración por su carácter divino o por estar relacionado con la divinidad") significa dos cosas: o bien que ha sido propuesto como modelo a seguir en el camino del cristiano, y para ello ha sido canonizado (del latín canon, que significa regla, ley, norma - lo cual nos dice que la Iglesia ha agregado a tal persona al elenco normativo, por así decirlo, de personas que se pueden venerar como modelos de cristianos), o bien que ya está en la Gloria, junto a Dios y en Él, y por ello es Santo como Él lo es, puesto que ya es uno con Él. O sea, que San Francisco, por ejemplo, es Santo porque en vida entabló una relación especialísima con Dios (lo mismo vale para Santo Domingo o San Agustín, por ejemplo). Y, además, lo es porque ya está en la Gloria. Pero es que además nos ha dejado una vida a seguir para buscar a Cristo.
En definitiva, después de tanto rollo: Santo es sólo Dios, pero nos podemos asociar a su Santidad, faltaría más. De hecho, Francisco se hizo uno, igualito y calcadito con Cristo. Por tanto, es un "pedazo de ejemplo". PAZ Y BIEN.

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