BUSCADOR CATÓLICO

domingo, 6 de enero de 2008

EL NIÑO, EL BIENHECHOR



En un día como hoy, seríamos unos ingratos si no nos acordáramos del Gran Dador de todos los dones: Dios Padre. Los Reyes Magos, entrañables personajes, recorrieron una enorme distancia, guiados por el deseo de adorar a un Rey, o quizá a un Dios. No lo sabían, sencillamente siguieron la estrella y le ofrecieron sus dones, dignos sólo de un Rey, de un Dios. Pero es Dios quien cuida de nosotros, quien se nos dio a Si Mismo. Puede sonar a redundante. "ya lo hemos oído". Y seguramente también hemos oido lo de que "nos cuida con inefable amor". Es verdad, pero es que si hoy cogemos lo que nos han traido los Reyes, y lo valoramos, y tratamos de pensar un poco, veremos que la Providencia, que no es sino el brazo derecho de Dios, ha sido la que ha rodeado nuestro zapato o zapatilla de tanto regalo. Aunque sean pocos en número, o si son muchos, lo esencial es, por supuesto, disfrutarlos. Pero también es pensar que cada uno de ellos cubre algo de nuestras necesidades materiales y/o espirituales. Y ese "algo", es parte importante, no un mero grano de arena. El Amor de Dios se derramó en Navidad. Lo hemos podido acoger y disfrutar. En Nochevieja, tuvimos la ocasión de meditarlo y rememorar sus beneficios durante el pasado año. Hoy, vemos que Él, el Niño de Belén, es quien nos regala de verdad. Se ha acordado, y nos ha dado todavía más. Detalles, llenos de Amor y Ganas de complacernos. Nuestros padres, hermanos o quien nos hayan regalado, no son sino instrumentos guiados por ese Brazo Derecho de Dios. Que de verdad, este año seamos tan generosos como Él, y sepamos sacar lectura de lo que, en estas fiestas, se nos ha sido confiado: Primero, un Niño. Más tarde, regalos a mansalva, como si con Él no bastara. PAZ Y BIEN.

No hay comentarios: