BUSCADOR CATÓLICO

viernes, 14 de marzo de 2008

SU CORAZÓN


"El Amor no es amado", gritaba Francisco. En estos días que quedan de Cuaresma, y a poco de empezar Semana Santa, creo que fijándonos en el corazón de Jesús, y reviviendo desde él las escenas de la Pasión, Muerte y Resurrección es como mejor podemos contemplar. Lo que importa en todo esto es el Amor desbordante, Trinitario, que movía a Jesús para entregarse en la Cruz. Es desde ese Amor que se puede entender que aguantara las palizas, humillaciones y flagelación. Todo "como Cordero llevado al matadero", sin mediar palabra, ni queja ni murmullo alguno. Sólo desde ese Amor podemos hacernos a la idea, aunque sea mínima, de cuánto deseaba llevar esa Cruz por nosotros, aun a costa de un sufrimiento físico indescriptible. Sólo desde ese Amor entenderemos las palabras a Judas: "¿Con un beso entregas al Hijo del Hombre?". Sólo desde ese Amor entenderemos que abriera los brazos para ser crucificado. Sólo desde ese Amor podremos entender y, pobrecitos de nosotros, "tolerar" las tres horas de tortura, agonía, soledad y desconcierto. Desde pequeños hemos visto crucifijos, y por desgracia nos hemos acostumbrado, quizá, a un escenario que, per se, es abominable. Sólo el intentar captar ese Amor nos puede remover hasta lo más profundo y hacernos despertar de esa "sedación espiritual" por la que amamos poco a Dios y a los demás. Entonces, una vez despiertos, podremos mirar a nuestro alrededor y ver con claridad cómo el mundo necesita de este Amor de Dios concretado en la Cruz, pero también cómo Dios necesita del Amor del hombre. "El Amor debe ser Amado".

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