BUSCADOR CATÓLICO

viernes, 5 de octubre de 2007

CUANTA MÁS GRACIA, MÁS RESPUESTA

En el Evangelio de hoy vemos cómo Jesús reprocha a Corozaín y Betsaida su incredulidad. Y es que en tales ciudades obró milagros, pero ellos, judíos, que se creían justificados, no creyeron y no acogieron el Don de Dios. Les advierte el Señor que Sodoma y Gomorra hubieran creido si hubieran recibido lo mismo. Y es que todos deseamos que el Señor derrame sus Gracias en nosotros, y así se lo pedimos. No es que esté mal, ni mucho menos. Lo que ocurre es que cuando es al revés, nos cuesta y hasta nos olvidamos. O sea, cuando se trata de devolver y restituir lo que Dios nos concede, material o espiritualmente, ahí la cosa cambia. Habiendo recibido, no sabemos devolver. Y ¿cómo devolverle a Dios sus beneficios? Pues cada cual debe descubrir en su Relación Personal con el Señor qué es lo que, en su caso, más le agrada, y cuál es el camino, el Plan que Dios tiene para cada uno de nosotros. Vivir este Plan, o sea, Vivir la Propia Vocación a tope, sin reservas, es una forma de devolver a Dios sus inmensos beneficios (la misma Vocación es uno de ellos). Pero no se trata de "devolver un favor". No, es una continua entrega Amorosa de Dios a nosotros, que crea un torrente de Gracia y Comunión con Él, que debemos continuar para estar con Él. Es un continuo ir y venir, un flujo que es continuo en las relaciones Intratrinitarias Padre - Hijo por el Espíritu, y de las que participamos por la Gracia de Jesús Muerto y Resucitado.

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