BUSCADOR CATÓLICO

lunes, 15 de octubre de 2007

GENEROSIDAD, ETERNIDAD


"Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad". (Jn 4, 24). Estas Palabras del Evangelio de San Juan nos dicen cuál es la verdadera relación que el hombre debe desear tener con Dios. Una relación conformada a la del Hijo por el Espíritu. Si el Hijo, en la Trinidad, mantiene relaciones perpetuas con el Padre en esa Eterna Perijóresis de la que alguna vez ya hemos hablado, el hombre, por la Resurrección del Hijo del Hombre, está llamado también a incorporarse a esa peculiar forma de ser divina. "En Espíritu y Verdad" es lo contrapuesto a Templo, Culto Humano, Sacrificio. Porque el Templo ahora es Él (en Espíritua). El Culto es el Culto de la Ofrenda de uno mismo en la línea de Jn 13 (en Verdad). El Sacrificio es la Entrega de la Vida hasta "el extremo" (en Verdad). Ya no hay distinción de Lugar ni de Culto. Dios es Todo en Todos. El Verbo se ha derramado hasta la Última gota de sangre. Es el Verdadero Culto acepto al Padre. Que sepamos encarnar esta dimensión de entrega.

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