BUSCADOR CATÓLICO

viernes, 26 de octubre de 2007

DABAR


"Dabar". La Palabra de Dios. En la Liturgia, ocupa un puesto no ya relevante, sino vital, indispensable. San Francisco decía que son las Palabras las que hacen que el Pan y el Vino sean Cuerpo y Sangre de Cristo.  Y ello lo profesaba en Comunión con la Iglesia, consciente de que sólo las Palabras de Cristo en la Última Cena hacen posible que el Hijo de Dios descienda "en manos del Sacerdote". Y es que "Dabar" no es una palabra como las nuestras, que no "garantizan" ni "hacen presente". La Palabra de Dios es Él mismo. El Verbo, la Manifestación de Dios. Se ha dicho muchas veces que Jesús es la Palabra de Dios, y Francisco la llama "Esta Palabra del Padre". O sea, que SER, ACCIÓN y PALABRA no son instancias separadas, sino que en Dios, en la Trinidad, y para el hombre, Palabra es Acto, Manifestación, Intervención de Dios en la Historia de forma real, palpable, eficaz. Por eso las Palabras de Cristo son Consagración, un descender Glorioso para, bajo una pequeña forma de pan, permanecer en nosotros, estar con nosotros. Y es que la Verdadera Relación con Dios es ESTAR con ÉL, ser UNO CON Él. Y la Promesa "vendremos a Él y haremos morada en Él", que se cumple con la Fidelidad del Hombre se Verifica en la Eucaristía, cuando Jesús mora en el Fiel Físicamente.

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