BUSCADOR CATÓLICO

martes, 16 de octubre de 2007

GENEROSIDAD, ETERNIDAD (II)


La Adoración en Espíritu y en Verdad no es un concepto abstracto, y por lo tanto, no debe quedar como tal en nuestras vidas. Es algo concreto, diario, permanente, constante. Vimos que se concreta en el Sacrificio de la Cruz, y en el Lavatorio de los Pies de Jn 13, como en un díptico quecalibra, por un lado, hasta dónde llega nuestro Amor realmente, y en el otro, cómo vivimos el Amor día a día, momento a momento, en consonancia Eterna con Mt 25 ("lo que hicistéis... a mí me lo hicistéis"). Ambos lados del díptico conforman un Único Modelo: Jesús Hombre, Pobre y Crucificado, que se da a los suyos hasta revestirse de lo que llamaríamos Servitud Humana, pero que a los Ojos del Altísimo no es sino Auténtica Realeza, consistente en la Capacidad del Amor en llegar hasta lo más profundo del Hermano para llevarle el Soplo de Dios, y dejar que su corazón lo sienta, lo acoja, y le haga sentirse Querido por Dios, Comprometido con Él y Animado Irreversiblemente a vivir lo mismo que su Maestro vivió.

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